Equipo Dinamita

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Tras un rato de camino, Martín reconocio la calle principal de su casa - Puedes dejarme en la esquina, mi casa queda cerca - agarró la mochila entre sus manos.

- Estas seguro? - Isaza bajó la velocidad para poder mirarlo de reojo.

-Si, no quiero desviarte más - dijo mientras abría la puerta cuando este se detuvo, bajó del vehículo, Y adentrándose en la calle en dirección a su casa, Isaza le perdió el rastro, no cuestionó que no le permitiera dejarlo hasta la puerta, sus razones tendría, "ya bastante extraño sería explicarle a sus padres que lo trajeron hasta acá, eso sin mencionar la hora que era" pensó mientras tomaba el volante con fuerza, una gota cayó en el parabrisas, seguida de una más, y pronto los limpiadores automáticos se encendieron.

- Espero que si viva cerca - dijo bajo mientras movía la palanca para mover el vehículo.

Siguió su camino, se adentro entre las calles de la ciudad mientras que Martín apenas llegaba a su casa con apenas unas gotas que se escondían entre sus cabellos, su madre como de costumbre no estaba, soltó un fuerte suspiro al cerrar la puerta detrás suyo, la mochila cayó al suelo y sus pies torpemente se movieron hasta la cocina, miró dentro del refrigerador y sacó lo primero que vio dentro, el cartón de leche, miró la fecha de caducidad, 9 de Agosto, nada de que preocuparse, seguía fresca.

Se sentó a cenar cereal, un plato, dos platos, tres platos, la leche se terminó y dejo el envase en la basura, tomó la caja de cereal, aún tenía la caricatura del tucán impresa, no como las nuevas cajas, le dio la vuelta y subió las escaleras encontrando mentalmente las palabras de la sopa de letras que tenía en la parte posterior.

-Tesoro..... - dijo mientras tomaba un puñado de cereal y lo metía a su boca - a•ja, aquihsta - dijo con la boca llena señalando la palabra que justo no encontraba.

Se tiro en la cama y siguió comiendo cereal hasta que se quedó dormido.

Su mamá llegó en la madrugada, la luz en el cuarto de Martín seguía encendida, al ir a apagarla vio a su hijo con la cara llena de migas de colores por el cereal y la caja sobre su estómago subía y bajaba conforme este respiraba, soltó una suave risa, puso la caja en su escritorio y lo tapó con una manta - Descansa cielo - dijo al cerrar la puerta.

La mujer se fue a su habitación y se recostó en la cama, normalmente se quedaría dormida en ese instante, pero en su lugar miraba fijamente al techo "necesitas alguien que pueda cuidar de ti" pensaba con la miraba fija en la lámpara apagada.

————-

Como era costumbre Martín se despertó en la madrugada al baño, sabía que debía ir antes de acostarse o esta clase de cosas pasan, pero lo seguía ignorando y de nuevo 2:40 de la madrugada, hora de ir al baño. Se paró arrastrando los pies, con los ojos casi cerrados, adivinando la ubicación de la perilla, apenas se lavó las manos se tiró en la cama, los cereales aún estaban esparcidos por toda la colcha, sintió como se deshacían conforme se acomodaba para volver a dormirse, llegó un mensaje, lo ignoro por completo, sono uno y otro más, demasiada insistencia, quien se atrevía a escribirle a las 3 de la mañana?

Se lo que piensan, pero eran sus compañeros de grupo, y fácilmente pasaban de las 6 de la mañana... Martín odiaba que pasara eso, era como si de un pestañeo la noche se acabara.

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