Boliche

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Como era de esperarse, llegó tarde al día siguiente, llegaron, mejor dicho, pero igual pudo hacer sus entregas y terminar sus proyectos, Isaza regresó con él a su casa en la tarde con la excusa de que jamás podría terminarse tantos cupcakes solo, pero esta vez si regreso a su casa a dormir, Martín se quedó en la ducha un largo rato, su madre volvía mañana, eso lo hacía feliz, se fue a dormir, no soñó nada, se arregló y bajo a buscar algo de desayunar, eligió una manzana, demasiados cupcakes por el resto de la universidad.

Se fue a la escuela, los pasillos cada día estaban más vacios, se topó con Angela.

-Martín, hey, qué tal? Cómo te ha ido, tiene tiempo que no hablamos, estas semanas me trajeron como loca, pero cuéntame, como has estado? - comenzaron a caminar por el pasillo.

-Bueno, muy bien, la verdad, no he reprobado nada, ya es ganancia.

-Ja, estamos igual, oye, vi a mi hermano en la mañana, dijo que habías dejado esto olvidado - le dio una usb -tenía que llevar a papá a una consulta, y no sabía si la ibas a necesitar - explicó.

-Gracias, la había estado buscando - en realidad no, pero que se dice en esas situaciones?

-No hay de que, y dime, vas a hacer algo hoy? Se suponia que saldría con mi hermana, pero la llamaron de España y me canceló... ya no hay respeto por las hermanas menores en estos días - se quejó dramáticamente.

-Martín rió, supuso que tampoco tenía planes, es decir Isaza no estaba y su mamá seguro llegaba a la hora de cenar como era costumbre, algo de distracción no le caería mal - No planeaba hacer nada hoy, qué tenías en mente?

-Abrieron un boliche la semana pasada, si quieres podemos ir ahí, yo invito los nachos - propuso.

-Bien, nos vemos a la salida entonces.

Martín se despidió con la mano, realmente no quería dejar atrás esta vida, no ahora.

Ignoro esta idea, buscando el lado positivo.

Antes de darse cuenta, era libre, por lo menos ese día, le escribió a Angela, se quedaron de ver en la entrada y se fueron en el auto de Angela, no se arriesgarían a tomar un taxi, Isaza le había contado el asunto a Angela, omitiendo la parte de besarse en el auto, claro, pero a grandes razgos tenía noción de lo que había pasado.

-Tuviste suerte, eso rateros son unos malvados algunas veces - dijo haciendo como si se preparara para una pelea de box mientras estaban en el alto.

-Si, realmente si, tomaré clases de defensa personal en el verano - terminó riendo.

-Oye, ya, pero enserio, qué pasó ente tú y Juan? Nunca lo vi tan pegado a nadie de sus alumnos.

Martín entró en pánico, su cara tiñéndose de todos los colores posibles - emm, nada, yo creo que... no lo sé, quizá solo le agradé.

-No me mal entiendas, no insinúo nada, es solo, que no lo veo tan feliz desde hace años. No soy yo quien debería contar el chisme ajeno, solo me da gusto por el.

-Me dejas con la intriga.

-Ya tendrás oportunidad de preguntarle, quizá te lo cuente. No lo presiones, es un tema delicado.

-No es un asesino en serie, o algo así, verdad?

-Rayos, pensé que lo había disimulado bien - bromeó entre dientes.

-Que chistosa - le dio un golpe en el hombro.

-No, ya en serio, no soy quien para contártelo, venimos a divertirnos y a pasar un buen rato, no a hablar de temas personales.

-Tú empezaste.

-Y tu te pusiste nervioso, no me culpes, el chisme es una necesidad básica de los seres humanos.

-No estoy seguro de que eso sea verdad - lo interrumpió.

-Llegamos, deja tus hipótesis a un lado y bajemos - dijo estacionando el auto y jalando a Martín fuera del vehículo.

-Demasiada agresividad.

-No te trataré como princesa, ahora date prisa - lo jalo al interior del lugar.

La verdad el juego estuvo bastante reñido, por poco quedan 20 a 20... de 300 puntos posibles.

Lo importante es que fue divertido. Y que Angela invito los nachos. Saliendo fueron a comer/cenar arepas (no juzguen, no conozco muchas comidas colombianas) y cada quien se fue a su casa.

Martín se quedó en la sala viendo él televisor un rato, su madre llegó después de casi dos capítulos justo cuando el Agente P estaba por destruir el Duplicador-inador del Dr.Dofensmirtz.

-Amor, regresé, vas a cenar algo? - dijo mientras dejaba el bolso en el perchero, Martín con cara de "que no me vez que estoy sentado aquí frente de ti y pude ver que llegaste? "

-Hola ma, casi acabo de comer... aunque... podría cenar...

-Ven que te preparo algo.

-Algo como que?

-Algo como lo qué hay en el refri, no te pongas exigente.

-Algo es algo - fue detrás de su madre a la cocina.

-Cocinaste algo? - dijo viendo la cocina de reojo.

-Algo así.

-Uy, cuéntame, que hiciste? Ya te nació el amor por la cocina?

-Hey, se cocinar lo básico - se defendió.

-Te tocará aprender más que lo básico si te irás al otro lado del mundo.

-Eso me da mucho ánimo - se sentó en la barra.

-Te preparo para la vida real - le revolvió el pelo - Hotdogs? Esas salchichas se van a echar a perder - dijo sacándolas - te dije que no comas solo cereal cuando no estoy - dijo notando como el cereal era mucho menos que hace un par de días.

-Perdón, estaba cansado al llegar y simplemente quería comer algo y dormir - se excusó.

-Ya veo - siguió preparando la comida.

Platicaron un rato, Martín le contó de su salida al boliche con Angela, probablemente nunca antes le había contado de ninguna otra salida, principalmente porque no salía con nadie. Tras un ameno rato de charla, se fueron a dormir. Las cosas iban bien... en realidad no quería irse ahora.

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