Dedo en anillo, heftig.

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Rudolf y yo seguimos el tramito hasta donde nos citó nuestro señor misterioso.
Llegamos y me pongo a observar, simplemente este lugar es lo más precioso que vi en mi vida, sin duda es mi boulevard de sueños rotos, un sitio donde podría pasarme horas aquí y sentirme tan acompañada a pesar de estar sola físicamente. Los diferentes tonos de verde causan tranquilidad en el ambiente, solo se respira paz, se oye el cantar de los pájaros y el movimiento de las hojas de otoño.
Estoy un tanto nerviosa, jamas había hablado con nadie más a parte de con la familia Wirrow y mi padre. Quizás decía una estupidez o a lo mejor estropearía todo interés que tuviera él hacia mi.
Me obligo a tranquilizarme o directamente mi corazón se saldría del pecho a causa de mi angustia.
Todo saldrá bien, solo... no lo estropees.
A si gracias conciencia, eres la reina tranquilizando a la gente.
Si, gracias, es que soy la mejor.
Si tú lo dices querida.
No puedo evitar negar levemente la cabeza sonriendo cuando me doy cuenta de que estoy manteniendo una conversación con conciencia.
-Veo que a parte de que te queda increíble el mono te la pasas increíble sin mi, no sé si sentirme ofendido por eso- una sombra sale de un par de árboles.
Me levanto inmediatamente de la roca en la que estaba sentada hace unos instantes.
Ahí estaba él, con su cabello alborotado, con su caballo al lado y con una gran sonrisa en la cara. Me encantaría quitarle la sonrisa de su hermoso rostro. Sería demasiado satisfactorio.
-Veo que a parte de misterioso eres muy silencioso.-le digo con el mismo tono con el que él me sobresaltó.
-Gracias por esos cumplidos que aprecio tanto pequeña aprendiz de Sherlock o debería de decir dragoncita- al escuchar esto mi cuerpo se hiela, se congela.
-No vuelvas a llamarme así.-le digo agresivamente.
-¿Por qué no? Creía que así te nombra tu madre, a parte por tu tatuaje y ese carácter que tienes el sobrenombre te queda como dedo en anillo.
-Para empezar, mi madre está muerta.-digo fríamente-No pareces ser tan buen investigador como yo creía, que decepción caballero. Para acabar, es anillo en dedo, no dedo en anillo. Los refranes no son lo tuyo eh-le digo burlonamente para calmar el ambiente.
-Dios lo siento tanto... No, no debí decir eso... Que estupido soy... Perdóneme Lisa.
-¿Te acuerdas de mi nombre? Sorprendente- digo asombrada.
-¿Por qué no debería de recordarlo? Es hermoso, igual que la persona que posee ese bello nombre.
-Meeec-imito el sonido de una bocina- Error, mi nombre real es Elisabeth, pero tu llámame así y juro que no vivirás para contarlo.
-Calma heftig, debería de llamarte así a partir de ahora. ¿Tú que crees Rudolf?
-¿Qué significa heftig?
-Significa violento, en alemán. Dado a que eres toda una fiera el adjetivo violento te queda genial, no crees? Al parecer a Rudolf le gusta bastante.
-No es que le guste, es que le diste una manzana roja. Son sus favoritas. ¿Espera pronuncié esa dichosa palabra bien acaso?
-No exactamente, dijiste "eftic" y realmente se pronuncia "jeftish".
-Demasiado complicado para mi. Me gusta más el francés, es más.. atractivo.
-Wie wählerisch du herausgekommen bist, heftig.
-¡Que no me hables en alemán, no ves que no lo entiendo!
-Te dije "que quisquillosa eres, fiera"
-Bastante, no lo sabes tú bien petit malin.
-¿Qué me dijiste? No me insultes bella dama que sales perdiendo, los alemanes tenemos mal genio.
-Ya lo veo ya. Te dije sabelotodo, aunque al parecer no lo eres tanto.
-De hecho si lo soy, ya sabía lo que significaba, solo te tomaba el pelo.
-Sili ti timibi il pili.
-¿Eso que acabas de hacer ha sido una burla hacia mi persona?-me dice sonriendo de lado. Dios su sonrisa es tan... atractiva. Simplemente hipnotiza, incluso más que sus bellos ojos
-Jamás, como osas pensar eso de una refinada dama como yo?
-No sé en que estaría pensando la verdad. Ah si en tu mal genio heftig.
-Te odio.
-No puedes odiar a alguien que no conoces.
-Si no te conociera no estaría aquí. Pero quizás tengas un poco de razón. Creo que ya merezco saber tu nombre, no crees?
-No lo sé. ¿Te has enamorado de mi?- dice levantando las cejas y acercándose a mi sigilosamente.
-Por supuesto que no.- digo nerviosa por su cercanía.
-Entonces no, no mereces saber mi nombre.
-Plus patan ne sait pas tenir parole. *1
-Heftig, sin faltar el respeto.
-Disculpa, es que me molesta demasiado que tú sepas muchas cosas sobre mi vida y yo de la tuya nada.
-Soy alemán. Tengo 23 años.- vaya, no pensé que fuera tan mayor, yo apenas había cumplido mi mayoría de edad.- Sé cuatro idiomas: inglés, francés, español y, obviamente, alemán. Tengo una hermana de quince años: Abigail. Tengo un gato siamés, se llama Carlitos y ni se te ocurra reírte de él porque Rudolf es más ridículo. ¿Ahora te parece que sabes más cosas sobre mi?
-No sé, quizás. ¿Son suficientes cosas para tener el honor de saber tu nombre?
-La verdad es que no. Te diré mi nombre cuando la alianza y símbolo de nuestro amor te quede como dedo en anillo querida heftig.
-Anillo en dedo petit malin.- le digo en tono de burla, corrigiéndolo.
-Wählerischer Esser.*2

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*1 Ademas de patan no sabe cumplir su palabra.
*2 Quisquillosa.
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Holaaaa:) ¿Qué tal estáis? Espero que bien
Os informo que hoy conseguimos estar en el número 22 de #cuernos y en el número 8 de #sanguinario, a pesar de no haber escrito todavía lo fuerte, realmente os lo agradezco mucho.

No se olviden de votar kleine Tiere.
(Pequeñas fieras)

Mis últimas nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora