Dos conceptos unidos.

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-Ya acabaste con tu ronda de preguntas chica curiosa?
-Obvio no-suelto una risa risueña-pero aún así las reservaré para nuestros próximos encuentros.
-Admite usted, señorita Elisabeth... No me ataques-levanta las manos en gesto de inocencia y gesticula un pequeño puchero-Tengo una idea, Elisabeth es tu nombre real y Lisa te llama todo el mundo.
-No, enserio? ¿En que te basas para sacar esa valiosa información?-digo de manera sarcástica.
-Perdóneme usted, señorita con datos obvios. A lo que quería llegar es: podría llamarte Beth, pues nadie te llama así, verdad? Digamos que me gusta bastante la originalidad.
-Te doy permiso para llamarme Beth, mejor que Elisabeth es, o sea que si, puedes llamarme así.
-¡Estupendo!
Nos quedamos en silencio por unos instantes mientras veo de reojo como él me observa con una gran sonrisa, como si a un niño le hubiesen dado un caramelo.
-Antes de todo el lío acerca de mi nombre ibas a decir algo James-le digo trayéndolo otra ve a la realidad.
-Querida Beth, suena tan bien mi segundo nombre cuando usted lo pronuncia. Considerase afortunada, nadie sabe acerca de mi segundo nombre.
-Todo un halago vamos-digo rodando los ojos- ¿pero me quieres decir de una vez que era lo que ibas a decir?
-A si, es verdad, pero no tiene importancia la verdad. Solo era que si insinuaba usted que nos íbamos a volver a ver.
-Diría que si, no? Es decir, si usted quiere claro. No quería sonar atrevida, pero creo yo que la estamos pasando bien, no?
-No te preocupes heftig, la estoy pasando bastante bien, no eres como las demás, eres carismática y demasiado divertida, pero lo que más aprecio es mirar tu rostro mientras observas el cielo, se ilumina de una manera impresionante y es muy bello de ver.
Al escuchar tan dulces palabras mi rostro se vuelve de un carmesí intenso. Se sentía a gusto saber que alguien pensaba así de mi, me sentía cómoda y demasiado bien conmigo misma, pero no podía mostrarle que me interesaba, si no, mi honor se iría al garete y quedaría por los suelos. Pero, ¿qué estoy haciendo? ¿Como se me ocurre estar aquí a solas, con un hombre y sin supervisión? Nono, esto no está bien.
-Debo irme, no es apropiado.
-¿Qué? ¿Te he incomodado o algo?-preguntó preocupado.
-No es apropiado que una dama esté aquí con un señor sin supervisión.
-¿Por qué no es apropiado? No estamos haciendo nada malo, solo estábamos hablando. Si hice algo que la incomodó señorita Mcblay déjame darle miles de disculpas, jamás sería esa mi intención.
Su rostro se tornaba cada vez más pálido y su ceño mostraba su gran confusión.
-James... no sé cómo harán las cosas del lugar en el que vienes, pero aquí si ven a una señorita con un caballero se la trata de fulana y se la tacha de adúltera de por vida.
-¿Fulana? ¿Adúltera? Pero si usted no está casada, verdad?
-Por supuesto que no, es solo que aquí se hacen las cosas. Ni siquiera hablaste con mi padre para pedirle permiso, tuve que mentirle y decirle que iba con Izzy.-de un momento a otro las facciones de James hicieron notar la sorpresa al escuchar aquel nombre-¿Ocurre algo James? ¿Por qué esa cara de sorpresa ante el nombre de Izzy?
-No ocurre nada Lisa, es solo que...vinieron miles de recuerdos hacia mi, no te preocupes.
-Okey...-dije poco convencida.
-Escucha heftig. Tengo una idea. Delante de la gente hagamos como que esta cita no ocurrió, aunque ambos sabemos que si pasó. Lo haremos a tu estilo. Jamás querría dañar tu reputación. El lunes a primera hora pasaré por tu casa y hablaré con tu padre, educadamente y haciendo las cosas bien, solo con la condición de que me prometas que no le contarás a nadie de nuestros encuentros, ni siquiera a esa tal Izzy. Tampoco puedes estar en la casa mientras yo hable con tu padre.
-¿Por qué no puedo contarle a Izzy? Es de confianza.
-No lo dudo, pero las paredes, arboles e incluso el viento tienen ojos y oídos.
-Esta bien James. Mi última pregunta: ¿por qué no debo estar en casa mientras usted habla con él?
-Son solo dos condiciones Elisabeth, cúmplelas y tu reputación seguirá en pie. Lo haré a tu manera, pero solo con esas condiciones, vale?
Su voz era amenazante y a la vez dulce, creo que es la primera vez que escucho salir ese tono de voz de su hermosa boca. Por un momento James no pasó de un extremo al otro, si no que se mantenía en medio de dos conceptos contradictorios.
Dulzura y amenaza.
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Dios santo, perdón por la demora. Sé que prometí subir cada día.
¿Que creen que pasará con Lisa y James?
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Mis últimas nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora