Saciar deseo

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James

Lisa desde mi punto de vista es de esas chicas que valoran bastante la naturaleza, que son bondad pura pero a la vez toda una fiera.
Sus expresiones son graciosas de visualizar, el como frunce el ceño cada vez que la llamo heftig, la manera en la que se muerde levemente sus carnosos labios cuando le digo algo un tanto atrevido o el simple acto de su mirada recorriendo todo mi ser, solo con una mirada podría hacer que mi cuerpo se activase completamente.
Tenía tanto poder sobre mi que ni sé lo esperaría.
Juro totalmente que mis intenciones con ella son buenas, realmente tiene grandes valores a pesar de lo estricta que es esta sociedad, no es para nada clasicista y eso me encanta, pues se, que a la hora de decirle la verdad no huirá de mi como la gran mayoría. Aunq pensándolo mejor, sinceramente, prefiero que huya a que se acerque tan solo por lo que soy o dejo de ser. No diría que lo que siento por ella es amor, pues es demasiado precipitado pensar eso cuando tan solo hemos coincidido un par de veces. Pero, claramente, hay un nivel demasiado elevado de atracción sexual entre ambos. Hay química aún hablando de hormigas y que sepa ponerme de los nervios con tan solo pronunciar palabras acerca de hormigas significa que tengo un grave problema.
Ahora mismo es un dragón dormido y estoy dispuesto a hacer lo que sea para despertarlo.
Realmente la he imaginado de todas las maneras posibles, lo confieso.
La mayoría de hombres la hubiesen imaginado a raíz del placer masculino, en cambio, yo no. Solo la había imaginado dándole placer a ella. Aferrándola a mi cuerpo como si no hubiera un mañana, apretando su diminuta cintura para que se estremeciera.
Me imagino como su piel quemaría la mía y como nuestros cuerpos encajarían a la perfección, como un puzzle al que le falta su última pieza.
Me encantaría que su pequeña boca rodeara mi miembro mientras que mis manos rodearan su hermosa y delicada figura.
Sujetar sus finas manos, impidiéndole la movilidad para así poder deslizar con mi mano libre todo su cuerpo, que mis gruesos dedos entrarán y salieran de ella hasta hacerle llegar al climax.
Lo admito, mis noches se basan en saciar esas ganas que genero cada día que pasa por una pelinegra con ojos esmeralda.
Miles de imágenes cada noche desde que la vi en el jardín ensuciando su bello rostro con gotas saladas pasaban por mi mente, como un pequeño libro para niños pequeños, con la gran diferencia de que dichas imágenes no eran aptas para las personas.
En los tiempos que vivimos una cosa así jamás se podría pensar, muchos lo llaman hacer el amor, yo lo llamo en busca de saciar mi deseo. Todas esas mujeres sumisas invadidas por un vacío de placer debían de tener esperanzas para que algún día sus pretendientes o maridos las tocaran como es debido. Eso a Lisa jamás le ocurriría si decide estar conmigo, pues lo que más deseo desde que la conocí es saciar esa mirada de lujuria que esconde tras ese rostro angelical.
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Al parecer Lisa no era la única pervertida aquí.
¿Qué les pareció?
Siento muchísimo la demora de verdad, pero se me hace bastante difícil focalizar tantas ideas.
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