Izzy

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Despierto cegada por los rayos del sol. Olvidé cerrar las cortinas, siempre me pasa lo mismo, soy un desastre y lo admito.
De mal humor me obligo a bajar las escaleras, al final de estas padre se encuentra allí, dirigiéndose al salón.
-Pequeña te he dejado un batido de frutas del bosque, coge frutos secos y ven al salón, me tienes que contar muchas cosas.
Me dirijo rápidamente a la cocina. Al ser de la alta clase nos podemos permitir muchos lujos y disponer de desayunos deliciosos, todo y que nosotros no usamos nuestro prestigio para cosas materiales, si no para ayudar a los pueblos de alrededor con sus necesidades.
Sobre la encimera se encuentra mi delicioso batido de frutas del bosque, sin duda alguna el mejor sabor del mundo, junto con el chocolate. Acerco el vaso a mis labios y doy un pequeño sorbo. Abro la despensa donde se encuentran todos los frutos secos y opto por unas nueces.
Al llegar al salón tomó asiento en el sillón enfrente de mi padre.
-Cuéntame pequeña, ¿que tal la selección?
-Bien, aunque al principio no fue de mi agrado padre. Nadie notaba mi presencia y tampoco me dirigían la palabra, fue bastante aburrido. Sin embargo a mitad de la noche empecé a tener buena compañía.
-¿Te refieres a un muchacho?- sonrió pícaramente
-Si padre, un muchacho alto, muy atractivo, tenía varios tatuajes adornando su cuello pero no te preocupes es de fiar.
-No me preocupo por sus tatuajes, al fin de cuentas tú tienes uno adornando tu bonita espalda.
Y así era, desde el principio de la nuca hasta la mitad de la espalda un dragón yacía allí, casi nadie sabe de la existencia de ese tatuaje, pues lo tapo con maquillaje.
-Bueno y que hay de su nombre? ¿Sabes si es de buena familia?
-No padre, no me dijo su nombre. Comentó que la próxima vez que lo viera quizás me lo diría.
-Ni hablar Lisa, olvídate de ese muchacho ahora mismo, una persona que no dice su nombre no merece la confianza ni la mano de mi hija. Le diré a la Señora Wirrow que prepare la boda con su nieto, Izzy estará muy contenta de que su hermano contraiga matrimonio con su mejor amiga.
-No padre, ya le dije mil veces que no me casaré con Cris, es como un hermano para mi, no lo veo de esa manera. A parte Izzy es mi mejor amiga, no quiero que sea mi futura cuñada, se resentiría nuestra amistad y no voy a permitirlo.
-Esta bien, está bien. No te alteres hija, solo... me preocupo. ¿Si es de fiar, por què no te dijo su nombre?
-Dijo que quería que lo conociese antes, le da un toque misterioso padre y realmente me gusta, porfavor concédeme seguir viéndolo.
-Solo... ten cuidado, si?. Por cierto, le has contado a Izzy sobre tu gran chico misterioso?
-Por supuesto que no, si nada más levantarme he venido ha hablar con usted padre. - le digo a carcajadas.
-Pero, se lo comentarás?
-Claro, es mi mejor amiga padre. Si me permite retirarme, iré a mis aposentos a cambiarme y le haré una visita a Izzy, tenemos muchas cosas que contarnos.
-Si hija, ves, si necesites que te lleve me lo dices.
-No se preocupe padre, daré un paseo hasta su mansión.
Dicho esto, recojo la mesa y frego todo lo sucio.
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ADVERTENCIA: contenido adulto
Me dirijo hacia la mansión de Izzy, un vestido floral amarillo se amolda a mi cuerpo. Hoy dejé mi precioso tatuaje al descubierto, sé que la familia de Izzy es bastante liberal.
Durante el camino me hago un moño alto y dejo varios mechones sueltos.
Al llegar, toco al timbre y la Señora Wirrow me recibe con una amplia sonrisa.
-Hola mi niña, que tal estás? Ya veo que igual de reluciente que siempre. El amarillo te sienta muy bien querida.
-Gracias Señora Wirrow, usted también está espléndida.
-Solo Constance, Lisa, no debes tratarme de usted.- me dice con dulzura.
-Es simple educación Señ... Constance. Venía a ver a Izzy. ¿Está en casa?
-Claro, está en su habitación, pasa.
Entro a la casa y visualizo la presencia de Cris en el salón.
-Buenos días Cris, que te aproveche el desayuno.
-Que alegria verte por aquí Lisa, mi hermana ya se estaba poniendo insoportable. ¿Quieres?- me señala su desayuno.
-No gracias, desayuné en casa.
Seguido de esto me dirijo hasta la habitación de Izzy, que se encuentra al final del pasillo. Durante toda mi vida ella y yo hemos sido el ying y el yang. Yo soy como el demonio, en el buen sentido, sin embargo ella es el ángel.
-Hola, buenas. ¿Alguien pidió a una mejor amiga de pelo azabache para llevar?- digo fingiendo que soy un cartero.
-¡Hola Lisa! Que alegría, ven siéntate y cuéntame todo sobre la selección.
Ella desafortunadamente, por su diagnosticada ansiedad social no acude a eventos como este.
-Pues estaba todo bellísimo y ni hablar de las hermosas damas y atractivos caballeros que había.
-Me encantaría haber podido ir contigo Lis, pero ya sabes que me agobia la gente y...
-No te preocupes la pasé muy bien.
-¿Eso significa que alguien te acortejó?-asentí- ¡Cuéntame!- me dijo entusiasmada.
Nos pasamos la mayoría de la mañana así, chismorreando sobre el señor misterioso y de lo hipnotizada que me había dejado.
Extrañaba pasar momentos así, desde que le diagnosticaron ansiedad social ella se encerró todavía más en sí misma y su madre actuó como mamá oso.
-Lis, te puedo preguntar algo?
-Claro boba. Dime.
-Ayer por la noche, mantuvisteis relaciones sexuales?
-No Izzy. ¿Como se te ocurre? Jamás perdería mi pureza sin una alianza de por medio.
-Disculpa, pero como sé que te gusta divertirte de esa manera, pensé que alomejor el señor misterioso te persuadió.- sonaba arrepentida, sé que no quería ofender mi persona.
-No pasa nada Izzy, aunque si es cierto que pase un buen rato yo sola, ya me entiendes.
Una sonrisa pícara y coqueta se le escapa de su bello rostro. A ser sinceros ella no es como todas las rubias que he conocido, no está descerebrada y no se deja llevar por la belleza exterior.
-A que te refieres?- preguntó haciéndose la inocente.
-Pues ya sabes...-me acerqué a ella para susurrarle- me di placer a mi misma.
De un momento a otro Izzy me acorraló contra la pared, no sabía que carajos estaba haciendo, seguro que estaría bromeando pero comenzaba a asustarme.
-¿Y como se sintió Lis?
Su mano viajó por el interior de mi muslo y acabó en mi intimidad. Al parecer estaba totalmente equivocada con mi descripción de antes, no era tan ángel como yo creía.
-Se sintió así?-pregunta entre susurros y respondí con un simple asentimiento.
-Dime Lisa, cuántos dedos introduciste en ti?¿Uno?-su dedo índice hizo presión con mi entrada haciendo que soltase un jadeo-Contesta bonita. ¿Cuantos fueron? ¿Tal vez fueron dos?
Su dedo índice seguía dentro de mí, añadió su dedo corazón también y comenzó a moverlo, mandando corrientes de electricidad por todo mi cuerpo. Mis pezones empezaron a cobrar forma y a estar erectos. No conseguía omitir sonido alguno, solo jadeos, solo gemidos.
-Oh Lisa, estás tan resbaladiza, tan preparada para mis juegos.
Siguió jugando con mi entrepierna y cuando se cansó me giro bruscamente, cogiéndome de la cadera y poniendo mi trasero en su intimidad.
-¿Alguna vez te dije lo mucho que me gusta tu cuerpo? Sería pecado no hacerlo Lis, eres hermosa- me susurró en la oreja.
Estaba ida, no podía pensar, estaba en una nube de placer de la que no quería salir jamás.
Empezó a dar besos húmedos alrededor de mi cuerpo, erizándome la piel. Su mano izquierda seguía divirtiéndose con mi vagina, extrayendo gemidos y jadeos llenos de deseo.
-Dios Lisa, no puedo más.
Seguido de esto tornó a girarme y empezó a besarme con desesperación, con ansia, como si su vida dependiese de eso. Su mano libre viajó a mi pecho y se detuvo por un instante.
-Eres jodidamente preciosa Lisa, no lo dudes jamás.
Apretó mi seno derecho con suavidad e intensidad y aumentó la velocidad allí abajo, llevándome al climax que tanto ansiaba. Nuestras respiraciones chocaban y cada vez eran más aceleradas. No sabía que acababa de pasar pero lo estaba disfrutando. A pesar de haber acabado en su mano no dejamos de besarnos. Acaricié su rostro con una mano mientras que con la otra la acercaba más a mi. Necesitaba más, mucho más.
La puerta sonó y nos separamos de inmediato, nuestras miradas entraron en pánico pero le puse la mano en el hombro para tranquilizarla, me acomodé el vestido, que hasta entonces estaba mucho más levantado de lo que debería.
-Voy, un momento- dijo Izzy.
Se dirigió a la puerta con rapidez y la abrió, encontrando a un Cris confuso.
-¿Por qué tardabais tanto?- preguntó curioso.
-Lisa me estaba contando como le fue anoche, ya sabes lo mucho que me gusta el chisme hermanito.
-Parecéis dos viejas de pueblo de verdad.-empezó a reírse- Bueno a lo que venía. Lisa, madre pregunta si te quedarás a comer.
-Dile que no Cris, de hecho debería de irme a casa ya, padre debe de estar esperándome.
-Vale, se lo diré ahora.
Dicho esto se fue. Izzy se volvió acercar a mi.
-Izzy lo dije enserio, padre debe de estar esperándome.
-Okey señorita aguafiestas, pero te advierto que esto no se quedará así.
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Hola:)
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Mis últimas nubesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora