00

3.3K 97 10
                                    

Ahí iba otra vez con su jodidamente cortos y provocativos vestidos

Dios, Ni siquiera frío siente?

Fruncí el ceño en molestia al mismo tiempo que la miraba darse unos últimos retoques al espejo mientras se miraba fijamente a través de este.

Agh, se veía tan jodidamente sexy. Ese vestidos sin duda ha resaltado su suave piel de porcelana. En cualquier momento podría perder el control y ella, aún así, sigue con este maldito juego.

Joder, ¿Cómo llegué a vivir con esta idiota?

Ah, si es culpa de Paola

- vamos, Fer. Deberías irte de aquí ya. Tienes veintitrés años. Estás mayorcita— Siguió insistiendo. Rode los ojos.

- Paola, sabes que no tengo siquiera un trabajo para poder mantenerme. Moriría de hambre— Argumenté

Paola pareció pensar en algo mientras miraba a otro lado. Su rostro se iluminó— Deberías de tener una compañera.

Fruncí el ceño y la miré—¿Una compañera?

- si, así los gastos serán menores, mientras lo dividan entre ambas.

- ¿Ambas? Paola, creí que no sería algo bueno convivir todos los días con una chica cualquiera.

- no va a hacer una chica cualquiera, Fer. Conozco a alguien- dijo

- ¿Tienes que ser necesariamente una chica?- cuestioné- ¿No puede ser un chico?

- ay porfavor, Fernanda- bufo- no eres una maldita hormonal. No tienes trece años como para que se te pare cada chica que se te acerca- rode los ojos ante lo último- una amiga vive en un departamento, pero está en la misma situación que tú- eleve una ceja- Mariana Hinojosa, ese es su nombre. Ha estado algo complicada con los gastos, por lo que está buscando al alguien para dividirlos.

-¿ Y por qué no vas tú? Caso cerrado- dije intentando dejar el asunto y seguir con mi vida. Me levante de la cama, dispuesta a irme a mi habitación, pero Paola tomo mi mano, obligandome a sentarme de nuevo a su cama.

- no seas idiota, Fernanda. Vamos, no te arrepentirás. Mariana es una buena chica.- insistió.

Pensé en un momento- está bien- los ojos de Paola se iluminaron y una gran sonrisa se hizo presente en su rostro- pero- recalque fuertemente la palabra y la sonrisa de mi hermana se desvaneció, dando paso a un adorable puchero- solamente tengo que conocer a la tal Mariana, ¿De acuerdo? Si me agrada tal vez considere la opción, de lo contrario seguiré haciéndoles la vida imposible aquí, ¿Entendido?- dije en tono de advertencia mientras la apuntaba con mi dedo índice. Ella, muy animada, asintió.

Agh, Mariana jugó duro ese día. Seguramente lo planeo junto con Paola.

Estaba ya en el lugar elegido por Paola, esperando a la tal Mariana.

Una chica linda se acercó a mí con una sonrisa. Primero la miré extrañada pero luego caí en cuenta de que era la misma chica de las fotos que Paola me mostró.

-¿Eres Fernanda? ¿La hermana de Paola?- pregunto. Su voz era algo suave y algo tierna a decir verdad.

Dudosa respondí- si esa soy yo. Mariana, ¿No?- su sonrisa se amplió, asintió y estiró su mano hacia mí. Rápidamente la estreché.

Ahí, y pensar que esa tierna chica, con una sonrisa linda y carita inocente se encuentra caminando hacia mí con un jodidamente corto vestido y un peinado que la hacía ver demasiado sexy. Mordí mi labio inferior.

No sé cómo ha llegado a sobrevivir 6 meses sin abalanzarme apoyarla como si no existiera un mañana. Supongo que me autocontrol puede más que mis hormonas.

Yo misma me llamo masoquista, porque, a pesar de que puedo no me alejo de ella. Puedo fácilmente a recoger mis cosas e irme de tu lugar pero saber las razones por la que está aquí me impide por completo marcharme.

- entonces, dime porque quieres una compañera- le propuse

- no me puedo mantener sola- alce una ceja- No en el modo que crece idiota, mis padres murieron repentinamente y toda la herencia se la quedó la egoísta de mi hermana. No me quiso compartir nada y los trabajos de medio tiempo que tengo no me alcanza para pagar el departamento- contó. Mi expresión se suavizó- Paola es mi mejor amiga ella. Me contó que su hermana, o sea tú, debería de irse de casa- si recuerdo su palabras "Dependes mucho de nosotros. Tienes que independizarte ya"- así que le ofrecí para que seas mi compañera- finalizó. Ahora entendí el por qué de tanta insistencia por parte de Paola.

Terminé aceptando, ella era buena chica.

Exacto, era.

Al inicio sólo eran simples coqueteos que me tomaba con humor. Pero, cuando en uno de esos juegos se subió encima de mí y descubro el problema ubicado entre mis piernas todo se fue de nuestras manos. En una semana tuve más erecciones de las que había tenido en mis 23 años de vida. Bueno, creo que es exagerar, tomando en cuenta mis años de pubertad conocedora, pero aún así es lo más cercano.

Constantemente hacia distintas cosas para provocarme; Caminar en ropa interior o, incluso, desnuda en frente de mí. En público muchas veces se sentaba en mis piernas y empezaba a mover sus caderas contra mí, o llamarme para ver su atuendo, que, la mayoría de veces, son vestidos cortos, lencería o cosas así, como justo a ahora.

Pocas veces me liberaba de las constantes provocaciones e insinuaciones por parte de mi compañera. Pero cuando eso sucedía me volví a la persona más feliz en todo este maldito mundo, bueno hoy no.

Se sentó en mi regazo con ambas piernas a los lados de mi cintura. Su vestido se subió levemente, dejando ver un poco de su ropa interior. Apoyo sus brazos sobre mis hombros.

- dime Fernanda. ¿Que tal?.- pregunto en un tono provocativo mientras juntaba nuestras frentes. Mi vista bajó a sus rojos, grandes y carnosos labios.

Al no obtener respuesta de mi parte, hizo un movimiento con su cadera hacia delante, haciendo que su centro roce mi miembro. Mordí el interior de mi mejilla para evitar soltar un jadeo. Mi gran autocontrol me pidió tomar sus caderas, tomarla en la cama y follarmela de una buena vez por todas. Lo cual agradezco enormemente. Volvió a mover sus caderas, creando una fricción entre nosotras.

- s- se te ve bien- fue todo lo que logré decir. Se acercó, dispuesta a besarme pero rápidamente tapé su boca con mi mano cuando estuvo a escasos centímetros de mis labios.

Joder, ya sentía como mi pene empezaba a despertar. Al parecer, Mariana lo sintió ya que soltó una burlona sonrisa que logre sentir en la palma de mi mano. Rápidamente, retire esta de su boca.

- ¿Porque no vas conmigo a la fiesta? Es bueno que te distraigas- dijo. Negué. Todo por no estar ebria a su lado. Sabía cómo iba a terminar, y sabía que iba a ser yo la que iba a ceder.

- llegarás tarde. Deberías irte- hablé, rogando para que no hiciera algún otro movimiento que termine mi cordura. Para mí fortuna, no hizo nada.

- tienes razón. Daniel debería de estar esperándome- hizo un último y brusco movimiento de pelvis que, debido a lo rápido que fue, logró sacarme un gemido. Mariana sonrío satisfecha ante esto para levantarse finalmente de mi regazo.

Genial, aquí vamos otra vez

...

ROMMATE ( COMPAÑERA DE CUARTO) |Fercha y Mariana G!P[...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora