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Mierda, no

No, no, no

Ese cosquilleo se hizo presente en mi estómago, ese jodido y agradable cosquilleo que siempre siento cuando la tengo cerca.

¡Joder! ¡Se supone que eso ya no debe suceder!

Me usó, me lastimó y ahora me viene a buscar solo porque su novia es una mierda. Maldita sea, corazón. ¡Reacciona! ¡Deja de latir por ella! ¡Es una mierda de persona!

Forcejee con mis muñecas y cerré mis ojos con fuerza mientras me resistía lo más que podía en corresponder el beso, no quería caer a ella. No.

Intentaba buscar una salida de ella, forcejear no sirve....ah, ya sé

Elevé repentinamente mi rodilla con fuerza, deseando hacerlo en el lugar correcto.

— ¡Mierda! ¡¿Estás mal o qué, Hinojosa?!— bingo, justo en la entrepierna.

Me había calmado un poco, seguía pegada a la pared con mis brazos como si ella no los fuera soltando. Mientras tanto, Fernanda se encontraba retorciéndose del dolor tras el golpe que le había dado.

Con dificultad y una mueca, ella se incorporó.

— ¿Podemos hablar, Mariana? ¿Ya estás más calmada?— cuestionó. Asentí levemente, todo sea por deshacerme de ella. Fer se acercó a mi y tomo mi cintura, manteniéndose pegada a la pared para juntar su frente contra la mía. Suspiró.

— Fernanda, si me llegas a manosear o besar, te voy a dar otro rodillazo y está vez te voy a dejar estéril.— amenacé.

— No vengo a insinuarme, ni vengo a aprovecharme de una Mariana ebria y tampoco te voy a besar más— aseguró, sus ojos cerrados y su frente aún pegada a la mía.

— Fernanda, ¿Por qué te gusta tanto lastimarme? ¿Por qué tuvistes que dejar tanta marca en mí?— cuestioné al borde nde las lágrimas.

— Lo siento, lo siento, lo siento, Mariana. Perdóname, lo lamento tanto— empezó— De verdad, perdóname, fui una ciega, idiota, estúpida, desgraciada, malagradecida. Fui una mala persona— oi un sollozo— Lo lamento...ni siquiera todas las disculpas del mundo me bastarán, Mariana— habló y su voz se rompió— Sólo te pido que me perdones. No que olvides, sólo perdones. Lo lamento mucho, Mariana Hinojosa. Lo siento. Fui a una jodida insensible y te juro que quise golpearme a mi misma al darme cuenta del montón de estupideces nque dije e hice. Quiero de verdad tu perdón. Es lo único nque pido, tu perdón.

Ante sus palabras, las lágrimas empezaron a bajar por mi rostro. No sabía qué hacer, sus disculpas se oían sinceras, pero no sabía si perdonarla o no. Mi corazón sólo aumentó su ritmo.

Ella levantó la vista, haciendo que ambas estemos finalmente de frente a frente.

Estaba llorando.

Fernanda Pacheco estaba llorando.

— ¿Fer?

— Perdóname por Dios— su agarre paso de mi cintura a rodear mi torso con sus brazos— Estoy muy pero muy arrepentida, Mariana. No debí dejarte, no debí hacerlo, te lastimé y ni siquiera valió la pena

No sabía que hacer.

¿La abrazo?

¿La perdono?

— Si no me quieres perdonar, lo entiendo. No lo merezco, no te merezco, Mariana— siguió diciendo cerca de mi rostro, veía como lágrimas salían de sus ojos una tras otra— Pero...¿Puedes responder una pregunta?

Dudé pero terminé asintiendo. Un par de lágrimas más se escaparon de sus ojos. Me dolía verla así.

— ¿Por qué me dolió tanto en el pecho cuando me dijistes que me fuera y que querías hacer una vida sin mi? ¿Por qué me dolió más en el pecho que en mi mejilla cuando me diste una cachetada? ¿Por qué ahora mi corazón está latiendo tan rápido? — abrí los ojos en grande ante la última pregunta y sentía que mi corazón quería huir de mi cuerpo—¿Por qué ahora me siento feliz de poder abrazarte? ¿ Por qué ahora que me hicistes tanta falta? ¿Por qué ahora mi corazón no late por Emma— no sabía que responder. No me esperaba para nada esas palabras— Mariana, tengo tantas ganas...y creo...que lo estoy sintiendo...

ROMMATE ( COMPAÑERA DE CUARTO) |Fercha y Mariana G!P[...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora