08

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Lentamente abrí los ojos. Los sentía jodidamente pesados.

Cuando logré abrirlos lo primero que siento es un agudo dolor en mi cabeza que me hace volver a cerrarlos a la vez que arrugo el entrecejo.

— ¿Estás bien? — la dulce voz de Mariana acaricia mi audición y me hace abrir los ojos nuevamente, encontrándola justo en frente de mi. Miré levemente debajo de la sabana que nos cubría a ambas, encontrándome son sus rosados pezones al aire junto con su torso desnudo.

De un momento a otro, los recuerdos de anoche me invaden.

Mierda, tuve sexo con Mariana.

Mierda, mierda, mierda y más mierda. ¿Para que coño acepté ir a esa jodida fiesta?

— Ma-Mariana, tu... yo... Mierda — me bajé de la cama, para mí suerte tenía mi bóxer puesto. Empecé a caminar de un lado a otro poniendo las manos en mi cabeza. Repetí tanta veces 'mierda' en mi mente empezó a hacer que me cuestionara si de verdad existe palabra.

La miré, estaba sentada, la sábana enrollada en su cintura, dejando ver su torso desnudo. Su entrecejo fruncido.

Una sonrisa triste adornó su rostro — Te arrepientes, ¿verdad? — dijo con tono indescifrable —. Está bien, debí tener en cuenta que estabas ebria. Lo siento — se disculpó y se levantó con dificultad para caminar de igual modo hacia el baño, demostrando que solo cargaba la parte inferior de su ropa interior.

Un extraño impulso me hizo tomar su mano, ella me miró.

¿Me arrepentía? Eso no lo sé. ¿Me gustó? Sería una jodida mentirosa si dijera que no. Por Dios, ¡Incluso lo llegamos a hacer en el baño! No me impresionaría si de repente ya no hay agua.

— ¿Qué pasa? No tienes que decirme nada — Dijo —. Si te quieres ir, está bien. Se que desde hace tiempo quieres hacerlo — dijo mirando al suelo.

La estampé contra la pared más cercana y apoyé mis antebrazos en esta a cada lado de su cabeza. Ella soltó un jadeo de dolor cuando tocó bruscamente con su espalda la pared.

— Joder, ¿Podrías callarte y dejarme hablar? ¿Podrías dejar de hablar por mi? — cuestioné —. No, no me quiero ir — dije. Recorrí su cuerpo de arriba a abajo  —. Joder, Mariana. Incluso volvería a hacértelo aquí y ahora. Pero mierda. No lo sé, ¿Bien? Estoy confundida es-... — tomó mi rostro con sus manos y estampó sus labios con los míos.

Tras unos segundos nos separamos — ¿Recuerdas todo lo que te dije? — Asentí recordando lo que había dicho de las provocaciones —. Dijiste que hablaríamos de esto hoy.

— Estaba ebria — murmuré.

— Pero eso no quita que sea verdad — suspiró —. Fernanda... ¿Tu... llegarías a volver a hacerlo conmigo?

— Mariana, ¿estás sorda? — toqué su cuello y frente con el dorso de mi mano —, ¿O estás enferma?

Ella soltó una leve sonrisa — Estoy bien. Solo responde.

— Si, si volvería a tener sexo contigo, una y otra vez — solté. Hubo un silencio, miré su rostro pero antes de poder leer lo que sentía, su expresión cambió.

— Sabía que caerías a mi — dijo en un tono egocéntrico. Rodé los ojos y me volteé dispuesta a irme pero tomó mi brazo para jalarme hacia ella y abrazar mi cuello para acercar su rostro al mío —. ¿Y si lo dejamos así? — le di una mirada confusa —. O sea, algo que no pase más allá de sexo, Fer. Tu lo quieres, yo lo quiero. No tenemos que limitarnos.

Lo pensé un momento, es una oferta verdaderamente tentadora — Un pasatiempo. No tenemos que fijarlo como algo — hablé yo. Ella asintió —. Bien, entonces te puedo follar cuando quiera.

ROMMATE ( COMPAÑERA DE CUARTO) |Fercha y Mariana G!P[...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora