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Me había levantado a las 9:00 de la mañana. Mariana había entrado para despertarme a ir a desayunar. El desayuno fue bueno, pero sólo para ella. Quién me da pequeñas y burlonas sonrisas. Mierda, la odio.

Cómo es domingo, ambas estamos libres y a Mariana se le quitó el celo. Lo que único que nos queda hacer es cualquier cosa.

- ¿Que soñastes?- pregunto apoyando su cabeza en mi hombro. Aunque no le veía la cara, podía sentir su burlona sonrisa en su tono.

- No te incumbe

- Claro que sí, te oí gemir mi nombre anoche- abrí los ojos y el calor subió a mi cara. Ella río y levanto su cabeza para mirarme. Yo evité el contacto visual- es broma, idiota. Pero por tu cara ya veo que si soñastes conmigo- me dió una sonrisa genuina y yo le di una mala mirada- eres tierna sonrojada- dijo riendo y se levantó del sofá. Rodé los ojos

- Eres insoportable.

- Fer- un escalofrío recorrió mi cuerpo al oír mi apodo salir de su boca de una manera tan...¿Normal? Sin su tono provocativo- busca sinónimos, me has dicho lo mismo incontable veces.

- Es que es la única palabra que te define- Argumenté- los sinónimos no estarían a tu altura- ella rodó los ojos divertida.

- ¿Sabes? En algún modo esto nos marca- comento. Le di una mirada confundida- estoy segura de que si yo fuera así, no llegaríamos a esto- dijo con una cálida sonrisa.

- ¿Ah, si? Yo creo que sí fueras así yo sería feliz- ella río

- Simplemente, no sería lo mismo- se acercó a mi, tomo mi rostro y plantó un tierno beso en la comisura de mis labios para luego irse.

Espera, ¿Tierno beso? ¿Mariana era capaz de eso?

Inconscientemente mi mano fue a mi mejilla, la cual ardía como nunca, y, por primera vez, no era por exitación. Fruncí el ceño. Le estoy dando muchas vueltas a eso. Ella volverá a la normalidad más tarde.

En tres...

Dos...

Uno...

- ¡Por cierto!- su llamado llama mi atención- ¡Sabes que te encanta!- y ahí está.

Tomé mi celular y vi la hora; no 11 con 29. Se lo que se viene.

Tres...

Dos...

Uno...

— ¡Fernanda! ¡Leslie trajo té verde! — ahí está también.

Me levanté del sofá y me acerqué a la puerta para abrirla, consiguiéndome con mis dos amigas en la entrada.

— ¡Películas! — Leslie entró corriendo y se abalanzó en el sofá. Miré a Ana.

— ¿Por qué no ven películas en la noche o en su propia casa como la gente normal? — cuestioné.

— ¡No! Nosotras no somos normales — dijo y me dio una palmada en el hombro para adentrarse en el departamento.

— Prepara el té — exigió Verónica desde el sofá al verme entrar.

— Lo trajiste tu — dije.

— ¡Por eso mismo! Bueno, que lo haga Ana — dijo mirando a la pelinegra.

— ¿Que? ¡No!

— Que lo haga Mariana — sugerí. Las dos se miraron y luego asintieron.

— ¿Qué yo haga que? — Mariana entró a la sala.

ROMMATE ( COMPAÑERA DE CUARTO) |Fercha y Mariana G!P[...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora