Epílogo

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*Coge aire*, estamos aquí, al fin. Después de tantas semanas (y años) de espera. El capítulo final, el desenlace de esta historia tan turbia que mi mente se inventó allá por el 2017.

Prepararos porque será un capítulo intenso.

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-¡Tenemos que irnos! -le grité a JiMin. Todavía sentía mi corazón doler por la discusión que habíamos mantenido instantes antes, pero ahora no era el momento de continuar, teníamos que ponernos en movimiento.

Los gritos enloquecidos y violentos no eran los únicos que provocaban una sensación amenazante, había algo en el ambiente que estaba poniéndome los pelos de punta, como si el mal estuviera corrompiendo cada fragmento de tierra bajo nuestros pies, esperando el momento exacto para acabar con nosotros y hundirnos en una muerte agonizante y lenta.

-Debes llevarnos de vuelta, JiMin. -Susurré acariciando su mejilla. El menor me miró con ojos heridos y resignados; negó por un momento.

-Tengo miedo. -Susurró, abrazándome con cuerpo tembloroso. -Tengo miedo de perderte.

Asentí, yo también estaba aterrorizado. Le apreté con fuerza por unos instantes y besé el lateral de su cabeza, oliendo su aroma corporal y queriendo guardarlo en mi memoria.

-Yo también. -Respondí con suavidad. -Pero tenemos que luchar, mi Luna, juntos. No hay nada que no podamos conseguir si nos tenemos el uno al otro. -Le dije mirándole fijamente a los ojos. -Tenemos que salir de aquí. No permitiré que te ocurra nada.

JiMin cogió aire y tembló una última vez. Asintió con seguridad y apretó mis hombros una última vez. -Sígueme, no perdamos más tiempo.

Mientras corríamos por la frondosa selva, repentinamente oscura y amenazante, me pregunté el verdadero significado de la carrera. Sí, era para salvarnos la vida pero, ¿era también una contrarreloj? ¿Una carrera contra la muerte misma? ¿Qué nos esperaba al final del camino? Mis pies temblaban por el dolor y mis pulmones ardían intentando recuperar el oxígeno.

Maldije una vez más mi mala forma física.

-Ya casi estamos Yoonie. -Jadeaba JiMin, no tenía mejor aspecto que yo. El menor tenía el rostro demasiado rojo y le costaba respirar. En ese momento me di cuenta de que la razón era que la selva se estaba incendiando, y que el humo comenzaba a acumularse bajo la copa de los árboles y se estaba extendiendo por toda la isla, acabando con toda la vida a su paso. Nosotros sólo éramos unos seres insignificantes al lado de la fuerza de la naturaleza. -Sólo un poco más.

La esperanza que comenzaba a nacer en mi pecho, desapareció cuando repentinamente desde una rama sobre nuestras cabezas, hubo un grito de guerra y una sombra saltó bloqueando nuestro camino.

JiMin y yo nos detuvimos en seco cuando frente a nosotros se alzó TaeMin, irreconocible. El hombre nativo había cambiado. Su piel estaba pintada de sangre, su rostro surcado por una sonrisa malvada y sus ojos brillando con locura.

-¿A dónde crees que vas JiMin? -Dijo con voz sedosa. -No tenéis escapatoria.

JiMin gruñó e intentó abalanzarse sobre el hombre. Le detuve a duras penas y le coloqué detrás de mí. Este ser era peligroso, más de lo que JiMin parecía pensarse y muy diferente al hombre que había desafiado infinidad de veces en el pasado.

-Entrégamelo, basura. -Me dijo con asco. -Y me aseguraré de que tengas una muerte rápida.

-Jamás. -Respondí metiendo mi mano en el bolsillo. -Para poner tus asquerosas manos encima de él, antes tendrás que pasar sobre mi cadáver.

Seed of Madness 🍂 YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora