Seed of Madness 🍂 YoonMin

Capítulo 8

Aquí os traigo el capítulo de esta semana, es el más largo de todos los capítulos que escribí hasta ahora, y también es el que menos me gusta.

Quería escribir algo fluff y bonito, y ha terminado siendo lo contrario lol. ¿Cuándo voy a aprender que lo fluff no es lo mío y punto? En fin, espero que os guste de todas maneras.

⚠️🔞Atención, este capítulo contiene intento de smut cutre, no me hago responsable de sangrados de ojos por lo horrible que ha salido.

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Temblando por el frío que el agua de la lluvia y el viento provocaban, metí las manos bajo el cuerpo de JiMin y lo incorporé, sentí mi cuerpo resentirse por el esfuerzo y las heridas volver a sangrar. Mordiéndome los labios lo sujeté con más fuerza contra mi pecho y miré a mi alrededor bajo las torrenciales cascadas de agua, si no hacía algo pronto o nos llevaba a un lugar seco y resguardado, la vida de JiMin seguiría estando en peligro, pero, no sabía dónde estaba o cómo podía volver a la que ahora me parecía una acogedora cueva.

Por primera vez pensé que la presencia del pesado doctor SeokJin sería un alivio, al menos en el aspecto médico. Yo no tenía los conocimientos necesarios para tratarnos, ni sabía qué hacer ni cómo hacerlo. ¿Y si no era capaz de detener la hemorragia del menor? ¿Y si nuestras heridas se infectaban? ¿Y si algo me ocurría a mí durante el trayecto y JiMin moría por mi culpa? ¿Y si los cortes eran tan profundos que necesitaban puntos? Sintiendo venir un nuevo ataque de desesperación, hice acopio de todas mis fuerzas e intenté comenzar a andar, mis brazos temblando por la fuerza ejercida.

Resoplando para apartar un mechón de pelo que había caído sobre mis ojos, miré al cielo, oculto tras las copas de los altos árboles, y pedí un nuevo milagro.

-Ya sé que he pedido mucho ya, pero sólo una ayuda más. Sólo para llevarlo a un lugar seguro. -Imploré mientras volvía a mirar al suelo, intentando buscar alguna señal que me dijera por donde habíamos venido antes del enfrentamiento con la pantera. Una marca, un agujero, lo que fuera. Tenía que haber algo.

Miraba y volvía a mirar, podía asegurar que la jungla estaba jugando conmigo, todo el suelo cubierto uniformemente por plantas, embarrado, con materias naturales en estado de descomposición, y ninguna señal de que hubiéramos pasado por ahí, nada. Solté un gruñido de frustración, sintiendo como el menor se escurría un poco entre mis brazos. Pensé en lo que haría NamJoon, el mayor siempre sabía qué hacer, usaría hasta el último recurso para intentar encontrar lo que deseaba. Abrí los ojos cuando una idea surgió en mi mente, era descabellada y podía hacer que me perdiera en el frondoso bosque, pero no tenía nada mejor en estos momentos, cogiendo aire y apoyando mi frente en la cabeza húmeda de JiMin durante un instante, miré hacia donde estaba el cadáver de mi enemigo, intentando reconstruir la batalla a la inversa.

Reproduje en mi mente los recuerdos caóticos de la batalla, mirando al suelo, al tronco y todos los lugares a los que había rodado intentando escapar de sus garras letales, finalmente miré hacia donde el cuerpo de JiMin había dejado una marca que rápidamente comenzaba a desaparecer, siendo cubierta por un charco de agua y barro, caminé hacia una dirección y me interné entre los árboles, era el momento de la verdad.

Si antes caminar por la jungla era una tortura, caminar mientras llovía cargando a alguien mientras estaba herido, era una sentencia de muerte. Caminaba en tensión, pisando con cuidado y miedo, queriendo evitar los tropiezos y mis posibles caídas. Fue entonces cuando vi en el suelo una fruta vagamente familiar, el recuerdo de JiMin comiendo de ella, su lengua rosada eliminando los jugos de la exquisita fruta de sus labios, sus contoneos y el juego en el que nos había atrapado vino a mi mente. Abriendo los ojos con sorpresa mi corazón se aceleró sabiendo que de alguna manera me encontraba en el camino correcto y proseguí mi búsqueda, no era el momento indicado para perder el tiempo.