Seed of Madness 🍂 YoonMin

Capítulo 6

Espero que haya quedado algo decente, ya no confío ni en lo que escribo. En este capítulo por primera vez va a aparecer la narración desde el punto de vista de JiMin, cuando planeé la historia no lo había contemplado, pero no me disgusta. Tampoco había pensado en escribir una historia muy larga, pero se me ha salido de las manos, como siempre jajajaja.

Disfrutad de la lectura.

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El calor de la mañana dio paso al bochorno intenso del mediodía, el sudor se deslizaba abundantemente por toda la superficie de mi piel. Me limpié una gota que se deslizaba sin prisa por mi frente y suspiré. Toda esta situación era un caos. Diablos, se suponía que la isla no estaba habitada y que iba a ser un viaje sencillo y rápido. Ni siquiera sabía que había sido de mis compañeros. ¿Me estarían buscando? ¿Estarían preocupados por mí? Un pensamiento más lúgubre se abrió paso por mi mente. ¿Me habían dado por muerto y habían abandonado la isla dejándome atrás? Coloqué mis manos sobre mis ojos y solté un suspiro exasperado.

Un toque en mis muslos me trajo de vuelta a la realidad, mis pensamientos silenciosos fueron reemplazados por el festival de ruidos de la jungla a mi alrededor, y mi visión fue captada por el dueño de la hermosa sonrisa. Estaba sentado a mi lado, mirándome con curiosidad, su pequeña mano apoyada sobre mi muslo, acariciando la piel con la yema de los dedos, haciendo que se erizara en anticipación, intentando abarcar toda la superficie que podía. Tragué saliva deseando que no subiera su mano, no necesitaba una erección frente al joven.

Al ver que había captado mi atención, soltó una risa suave y sacudió los pies. Mi corazón se aceleró ante la tierna imagen, y al mismo tiempo quise estrangularme por tener tales pensamientos con él. Mi mente estaba desorientada y nerviosa, y estaba sacando de contexto todas las acciones que hacía. Su pequeña lengua rosada pasó sobre sus labios rojizos y no pude evitar carraspear y levantarme en un apuro. Necesitaba detener el rumbo de mis pensamientos antes de hacer algo indeseado o que asustara a JiMin.

Intentando alejarme, bajé de la entrada de la cueva y di unos pasos sobre las hojas y las ramas que cubrían el suelo como una alfombra colorida. Las ramas chasqueaban y se rompían cuando apoyaba mi peso sobre ellas, y los insectos detenían su canto cuando pasaba a su lado, para proseguir cuando me alejaba, camuflados, invisibles a mis ojos.

Apenas había avanzado una decena de pasos de la cueva, cuando oí la voz tierna de JiMin llamarme. -¿YoonGi?

Me giré a mirarlo, más calmado ahora que estaba a una buena distancia de seguridad de él. Seguía sentado a la sombra de la cueva, mirándome mientras mordía su labio inferior. Sabía que quería comunicarse conmigo, pero las barreras del lenguaje eran demasiado amplias para poder superarlas. Me pregunté entonces si seríamos capaces de entendernos algún día. En algún futuro lejano, después de que pasaran los años. Él y yo envejeciendo juntos.

Esta vez no pude evitar el grito que salió de mis labios. Se suponía que debería estar buscando la manera de volver al claro, no imaginando historias en mi mente sobre JiMin y yo, ¿Qué tenía? ¿Quince años? Era un adulto por dios, debía parar esta obsesión absurda con el chico e irme ya, antes de encariñarme más de la cuenta.

Alertado por el grito, JiMin llegó a mi lado en unos segundos. Sin hacer ruido, sin perturbar el ambiente a nuestro alrededor.

-Museun il-iya? Gwaenchanh-a? Wae soli chyeoss ni? -Sus manos palparon mi cuerpo y se colocaron en mis mejillas, haciendo que ambos nos miráramos. Su rostro reflejaba preocupación. Un sentimiento inexplicable de seguridad se instaló en mi mente, si estaba a su lado, ¿Qué podía salir mal? (¿Qué ocurre? ¿Estás bien? ¿Por qué has gritado?).