«Me gustan las fiestas», se repitió Donghae. Le gustaba la gente y la conversación. Disfrutaba eligiendo el atuendo que se pondría, maquillándose y peleándose con su pelo.
Era un doncel.
Le gustaban ChanYeol y Baekhyun... De hecho, fue el quien hizo las presentaciones cuatro años antes, cuando le quedó claro que Chanyeol resultaba mejor como amigo que como amante.
Votos había organizado su boda.
Le atraía Sehun, pensó con un suspiro mientras aparcaba frente a un moderno edificio de dos plantas y bajaba el parasol para comprobar su maquillaje en el espejo.
Le gustaba salir con él a cenar, ir a una fiesta o a un concierto. El problema era el chispómetro. El día que lo conoció, marcó un siete en firme, un siete alto. Además, lo encontró listo y divertido, y le encantó su físico y su seguridad. Sin embargo, el beso de la primera cita desplomó el chispómetro a un miserable dos.
No había sido culpa de él, admitió Donghae mientras salía del coche. Lo que pasaba era que faltaba «eso». Había probado con unos cuantos besos más (besar era una de sus actividades favoritas). Sin embargo, nunca superaron el dos... y eso, siendo generoso.
No era fácil decirle a un hombre que no tenías intención de acostarte con él. Entraban en juego los sentimientos y los egos; pero lo había hecho. El problema, tal como lo veía Donghae, era que él en realidad no se lo creía.
Quizá en la fiesta encontraría alguien a quien presentarle.
Entró en la casa, lo envolvieron la música, las voces, las luces... y no tardó en ponerse de buen humor. Le encantaban las fiestas.
Echó un vistazo rápido y vio que conocía a una docena de personas.
Fue repartiendo besos y abrazos sin dejar de avanzar hacia los anfitriones. A cierta distancia reconoció a una prima política y la saludó con la mano. Addison, pensó, y le hizo un signo de que iría luego a hablar con ella. Soltera, divertida, espectacular; sí, Addison y Sehun se caerían bien.
Se aseguraría de presentarlos.
Encontró a Baekhyun en la moderna y amplia cocina hablando con unos amigos y llenando una bandeja de comida para la fiesta.
—¡Donghae! Pensaba que no podías venir.
—Solo me quedo un rato. Estás fantástico.
—Y tú también. ¡Oh, gracias! —Baek cogió el ramo de tulipanes veteados que Donghae le ofreció—. Son preciosos.
—Siguiendo la onda del «Mira por dónde, ya ha llegado la primavera», te he traído estas flores. ¿Te echo una mano?
—Ni hablar. Te daré una copa de vino.
—Media. He venido en coche y, de verdad, no puedo quedarme mucho rato.
—Pues media copa de cabernet. —Baek dejó las flores sobre la encimera para tener las manos libres—. ¿Has venido solo?
—En realidad, he quedado con Sehun.
—¡Aaah! —exclamó Baek arrastrando la sílaba.
—De hecho, no va por ahí.
—Oh.
—Mira... Dame, eso lo haré yo —dijo cuando Baekhyun sacó un jarrón para poner las flores. Se puso a arreglar el ramo y bajó la voz—: ¿Qué te parecen Addison y Sehun?
—¿Están juntos? No me había dado cuenta...
—No, solo barruntaba. Creo que se gustarían.
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Rosas que lastiman *EunHae*
FanfictionA los 11 años Donghae soñaba con bailar un vals nupcial en un jardín recóndito a la luz de la Luna. Y es que de pequeño, Hae fue el más romántico y soñador de sus amigos. Un romanticismo y unos sueños que ha volcado en sus dos pasiones: las flores y...