Capítulo 12

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 Predominaba más la satisfacción que la inquietud, al entender de Donghae. La mirada que Hyuk le dedicó cuando le abrió la puerta fue justo la que el esperaba.

—Necesito un instante de recogimiento para dar las gracias —dijo él. Donghae le sonrió seductor.

—Entonces deja que te diga que eres bienvenido. ¿Quieres entrar?

Hyuk acortó distancias y le acarició el hombro y el brazo. Sus ojos grisáceos se clavaron en el.

—Se me acaba de ocurrir que podríamos entrar y olvidarnos de la inauguración.

—Ni hablar —protestó el apartándolo de un codazo y dando un paso atrás. Le dio el abrigo y se volvió de espaldas para que él se lo echara sobre los hombros—. Me has prometido pinturas raras, vino peleón y canapés duros.

—Podríamos quedarnos en casa. —Hyuk se inclinó para mordisquearle el cuello—. Te haré unos dibujos eróticos, tomaremos un buen vino y llamaremos para que nos traigan una pizza.

—¿Por qué hay que estar siempre eligiendo? —protestó Donghae mientras ambos se dirigían hacia el coche—. Vayamos a la inauguración primero y luego nos dedicaremos a los dibujos eróticos.

—Si es absolutamente imprescindible... —Hyuk se detuvo al llegar al coche y se recreó dándole un beso—. Me encanta tu aspecto. Estás soberbio.

—Esa era la intención. —Donghae posó su mano en el jersey color pizarra que Hyuk llevaba bajo la chaqueta de piel—. Me encanta tu aspecto, Hyuk.

—Ya que estamos tan guapos, supongo que será mejor que nos vean. —Él se sentó tras el volante y le dedicó una sonrisa franca—. ¿Qué tal el fin de semana?

—Ha sido un agobio, como era previsible. Aunque se saldó con éxito, porque Heechul recomendó a los clientes que alquilaran unas carpas para el sábado. Y cuando se puso a llover, nadie se mojó. Incluso fue mejor, porque pusimos unas velas y unas flores para cubrir la emergencia y, entre la iluminación suave, la fragancia y la lluvia repiqueteando en las carpas, el resultado fue precioso.

—Pensé en vosotros. El sábado por la tarde fui a una obra nueva, pero a nosotros nos salió el tiro por la culata. Necesitamos que haga buen tiempo para trabajar.

—A mí me gustan las lluvias de primavera. El sonido, el olor... No todas las novias piensan igual, pero conseguimos que esta fuera muy feliz. ¿Qué tal fue tu noche del póquer?

Hyuk frunció el ceño sin dejar de mirar al frente. Los faros del coche recortaban la oscuridad.

—No quiero hablar de ello. Donghae estalló en carcajadas.

—He oído decir que JongWoon os limpió los bolsillos.

—El tío no paraba de quejarse con todo ese rollo de que él no suele jugar a las cartas, poniendo cara de tío sincero y honrado, pero te aseguro que es un depredador.

—Sí, ya... JongWoon es un depredador.

—No has jugado a las cartas con él. Créeme.

—Tienes mal perder.

—Eso sí, ¿ves?

Divertido, Donghae se recostó en el asiento.

—Cuéntame algo sobre la artista.

—Ah... sí. Habría tenido que hablarte de ella. —Duró poco más de un segundo, pero Hyuk tabaleó en el volante—. Es amiga de un cliente mío. Creo que ya te lo conté.

—Sí. —El se había referido a su estilo artístico, pero detectó algo en el tono de su voz que le hizo prestar atención—. Y además es amiga tuya, ¿verdad?

Rosas que lastiman *EunHae*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora