Criaturitas del señor... ¡¡Amarán esto!!
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Se puso una camisa con un estampado alegre . Se decidió por un estilo desenfadado, sencillo y bastante dulce combinándolo con un ligero pantalón negro.
Lo que llevaba debajo era letal.
Satisfecho del resultado, giró ante el espejo y se dispuso a echar el último repaso al dormitorio. Velas para que la luz fuera suave y romántica; lirios y rosas para que las flores desprendieran su romántica fragancia. El reproductor de CD preparado con una música tranquila y suave.
Las almohadas ahuecadas y las cortinas cerradas.
Había creado un reducto de seducción. Un reducto del que se sentía muy orgulloso.
Ahora solo le faltaba el hombre.
Bajó al piso inferior para comprobar que allí también estuviera todo listo: vino, copas, velas y flores. Sin olvidar la música, baja, pero con un ritmo más marcado que la que los esperaba arriba. Conectó el aparato, ajustó el volumen y empezó a encender las velas que había distribuido por la sala.
Pensó que beberían vino y charlarían. Luego cenarían y seguirían conversando. Nunca les había costado conversar. Aunque conocieran el rumbo que iba a tomar la noche (o quizá porque ya lo sabían), podrían hablar, relajarse y disfrutar mutuamente de la compañía antes de que...
Giró en redondo, hecho un manojo de nervios, al oír que la puerta se abría. Era Sungmin.
—Hola, Hae. ¿Puedes arreglarme un par de...? —Sungmin se detuvo en seco y arqueó las cejas al ver la sala—. Tienes una cita. Tienes una cita sexual.
—¿Qué? ¿A ti qué te pasa? ¿De dónde sacas que...?
—¿Cuánto tiempo hace que te conozco? ¿Desde siempre? Has puesto velas nuevas, y suena música para los prolegómenos.
—Pongo velas nuevas continuamente, y además resulta que me gusta esta música.
—Déjame ver la ropa interior que llevas puesta. Donghae ahogó una carcajada.
—No. ¿Qué querías que te arreglara?
—Eso puede esperar. Te apuesto veinte dólares a que llevas ropa interior sexy.
—Sungmin se acercó a el con decisión y empezó a tirar de su pantalon... hasta que su amigo lo paró de un manotazo.
—Basta, quieto.
—Te has dado un baño de espuma en plan «Esta es la noche» —dijo Sungmin olisqueándolo—. Se huele de lejos.
—¿Y qué? Tengo citas a menudo. Y a veces son sexuales. Soy un hombre adulto. No es culpa mía que no hayas practicado el sexo desde hace seis meses.
—Cinco meses, dos semanas y tres días. Y eso que no lo cuento. —Sungmin se quedó callado, y entonces suspiró profundamente—. Tienes una cita sexual con Hyuk.
—Basta. ¿Quieres parar? Me va a dar un telele.
—¿Cuándo llega? ¿Cuál es el plan?
—Pronto, y el plan, todavía lo estoy montando. Lo que te aseguro es que tú no estás incluido. En absoluto. Así que largo.
Sin hacer caso de la orden, Sungmin se cruzó de brazos.
—¿Vas con la lencería blanca en plan «soy un niño bueno, aunque puedo ser malo» o con la negra de «esto es lo único que llevo, arráncamelo, grandullón»? Necesito saberlo.
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Rosas que lastiman *EunHae*
FanfictionA los 11 años Donghae soñaba con bailar un vals nupcial en un jardín recóndito a la luz de la Luna. Y es que de pequeño, Hae fue el más romántico y soñador de sus amigos. Un romanticismo y unos sueños que ha volcado en sus dos pasiones: las flores y...