Can

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De una patada Naru abrió la puerta y con el mismo pie la cerró, una vez entramos no lo dudo si quiera antes de recostarme sobre el sofá besándome con lujuria para bajar por mi mentón hacia mi cuello erizando mi piel

Débora mi cuello con tanta hambre, con tantas ganas que por un momento me siento perdida en lo que hace, tomo su cabello cuando suelta pequeñas mordidas para luego pasar la lengua con delicadeza

Naru— su nombre sale de mi boca más como un gemido

—Es increíble lo excitante que acaba de sonar eso...

Me sostiene fuerte de la cadera, mientras que yo sigo aferrada a su cabello inmersa en las exquisitas sensaciones

—Espero estés preparada y me permitas probarte por que la idea a estado en mi cabeza todo el viaje, y la espera me está volviendo loco

Él espera una respuesta y yo estoy tan hipnotizada por todo lo que me hace que asiento desesperadamente

Naru desabrocha el botón de mis Jeans y no lo detengo, para estos momentos eh perdido cualquier tipo de razonamiento, cualquier tipo de moral

Es un asesino, es un demonio, y vaya que me prende el saber eso

Está bajando el cierre cuando el timbre del departamento suena

Me mira en busca de alguna expresión que lo haga saber que tiene que parar, sin embargo no estoy dispuesta a aceptar que me deje a medias, no estando así de húmeda y no cuando siento su erección crecer más y más

Pero de pronto...

—¿Dayana, estás ahí?—preguntan a través de la puerta

Inmediatamente empujó a Naru lejos de mi, mi acto parece tomarlo por sorpresa porque inmediatamente cae al suelo de manera brutal

—Pero- ¿Qué carajo?!—Se toca el pecho ofendido

—SHHHHH!!! Cállate!—le susurro abrochando mi jean y dirigiéndome al lavabo de la cocina para echarme agua en la cara

—¿Quién es?—pregunta con cierto molestia pero trata de ocultarlo

—Lo sabrás en un momento, por ahora conviértete en perro y hazlo ahora Nagaru o juro que voy llevarte a castrar—Sentenció mientras lo señaló con mi dedo y el solo levanta las manos en señal de rendición mientras salgo de la cocina y me dirijo a abrir la puerta

Me peino un poco tomando el pomo de la puerta lista para abrir y rogando internamente que la persona al otro lado haya olvidado como luce alguien que acaba de darse una fajoneada

—¡Hola abuela! lamentó la tardanza estaba en el baño

—¡Hola cariño!—Mi abuela se arroja a abrazarme

—¿Dónde está el abuelo?—pregunto mientras la invito a pasar

—Oh el abuelo decidió quedarse en el negocio trabajando como siempre ya sabes—Habla mientras toma asiento en el sillón, sip el mismo sillón donde hace unos momentos Naru y yo estuvimos apunto de profanar—Pero me pidió que te diera esto, es para la puerta—me extiende un colgante que consiste en 3 campanas pequeñas, junto con algunas medallas con símbolos raros

—Oh, vaya gracias abuela—lo cuelgo en la puerta de la entrada antes de cerrar y una vez entro me topo con mi abuela mirándome raro—¿Pasa algo?

Atados [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora