Meses sin ti

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—Hijo de perra—Dean intentó ir tras Nagaru pero rápidamente lo detuve del brazo

—¡No! No te vayas, no me dejes sola—Lo apreté a mi cuerpo temblorosa

—Dyna—voltea con preocupación tomándome de los hombros—¿Te hizo daño? ¿Le dijiste algo sobre?...—No termino la pregunta, pero me hice a la idea de lo que iba a decir cuando volteo a ver mi abdomen

—No, y no—respondí apartandolo, me había puesto de muy mal humor de repente

—¿Vas a decirme que fue lo que te dijo?

—No me dijo nada—¿Porque le estaba mintiendo a Dean? Claro, quería dejar el tema a un lado, no quería tocar el tema ¿hablar de el siempre fue así de doloroso? Claro que sí, desde que se fue, si

No me cree, lo sé pero me conoce tan bien que sabe que aunque siga insistiendo no voy a decirle nada, así que se resigna a sentarse en la cama

—No se para que volvió, ni que quiere pero no te voy a mentir, es doloroso para mí tratarlo así, se fue, como todo un hijo de puta se fue sin mirar atrás, pero me guste o no la sangre pesa, la sangre siempre pesa y compartimos la misma

Se que a Dean le duele tratar así a su hermano, pues apuesto a que es el único de su familia que no ha intentado matarlo, se criaron juntos y en su adolescencia solo se tuvieron el uno al otro, así que por esa razón aprecio aún más el echo de que Dean siga conmigo, que esté de mi lado

Coloco mi mano sobre su hombro, es de los gestos las afectivos que a recibido de mi desde que salí del hospital

—Tranquila, estaré bien, solo necesito meditar un rato

Se levanta y sale de la habitación sin decir más

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NAGARU

El corazón parece que se me fuera a salir del maldito pecho y odio la sensación

No se a que se deba, la impresión de tenerla tan cerca después de tanto tiempo o el coraje, y el dolor que me produjo ver sus cicatrices, han pasado meses y esa imagen de ella en el suelo rodeada de un charco de sangre sigue tan fresca en mi mente, torturandome casi diario

—Oh, ya llegaste—Lidian se lanza a mis brazos en cuanto abro la puerta de aquella fea habitación de hotel y le correspondo el gesto

Desde aquel día que salí del hospital me dirigí a mi viejo hogar, iba a pasar a despedirme por última vez de Lidian pues tenía planeado irme del maldito estado, lo más lejos posible

Pero para mí sorpresa me tope con ella perfectamente despierta, su cabello había crecido, sus rasgos eran más adultos, en cuanto entre en la habitación los dos nos paralizamos, enserio no se sabía cuál estaba más en shock

—¿Nagaru?—pregunto dudosa y la entendía, pues ya no era aquel chiquillo que no pudo cuidarla años atrás

—Ho-Hola, manzanita—las palabras salieron de mi boca sin siquiera ser procesadas por mi cerebro antes, de un momento al otro, estaba 5 años atrás

Sus ojos se cristalizaron al instante y me abrió los brazos, automáticamente mi cuerpo fue directo a ella y se sintió justo como lo que necesitaba, sus brazos por una fracción de segundo se sintieron como un lugar seguro

Limpie sus lágrimas y me expreso su confusión, fue muy difícil y me tomo un buen rato poder explicarle que había quedado en coma por cinco años, vi en sus gestos lo aterrada y dolida que estaba, habia perdido 5 años de su vida sin darse cuenta y no los iba a poder recuperar nunca

Atados [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora