-¿No es una noche hermosa?- el cielo nocturno era adornado por nubes grises que parecían brillar con la luz de la luna, miles de estrellas adornaban la oscuridad y daban una imagen única frente a los ojos curiosos,era hipnotizante, como si supieran que eran simplemente encantadoras, como si conocieran su efecto en las personas -Adi ¿escuchaste algo de lo que dije? Que importa como luce la noche, se supone que me estabas ayudando con esto- se quejo Lidia, o como yo le llamo "La pequeña monstruo Li".Por más que amara a mi hermana menor, las diferencias entre nosotras eran obvias hasta a la mirada ajena, no solo por su personalidad pero también por el físico.Su cabello era corto y actualmente estaba teñido de azul oscuro, sus ojos apenas se aventuraban a un tono chocolate y para mí mala suerte, parecía tener un fanatismo por el bronceador artificial al qué yo era alérgica al punto en que cuando recién lo aplicaba, yo debía de ocultarme en una mascarilla.-Si te escuchaba, es la opción b- le respondí con una risa leve, me levanté del pequeño sillón color guinda y fui directo a la cocina, aprovechando pasar a su lado para despeinarla un poco -Crei que odias la fisica ¿por qué eres buena en ella si la odias?- su comentario fue ignorado por unos segundos mientras abría el refrigerador y buscaba con la mirada una de mis sodas -Las aborrezco, pero eso no significa que sea mala, aprobé física con 100 de promedio- le respondí tranquila luego de tomar un trago de soda -Yo no sabía eso- dijo mirando a la cocina.
Nuestro departamento estaba dividido de una manera simple, al entrar te encontrabas directamente en medio de un pasillo con paredes de madera blanca y piso de madera oscura, en el extremo izquierdo estaba mi cuarto, y al extremo derecho el de Lidia.Habia una entrada amplia en medio del pasillo que daba con la entrada a la sala de estar, tenía un estilo desalineado por nuestro intento de conectar estilos y volver el lugar acogedor, aunque nuestros esfuerzos aun eran dudosos y tomados de manera abstracta considerando que apenas llevábamos 3 semanas en aquel lugar y nos habíamos concentrado más en nuestras propias habitaciones.Sin embargo, debía admitir que disfrutaba el espacio abierto y simple que portaba aquella sala de estar conectada a la cocina donde yo estaba buscando mis galletas -Hay muchas cosas que no sabes por el tiempo que me fui pero luego nos pondremos al día- dije tranquila para que dejara atrás el tema.Me senté en la isla de mármol y comí mis galletas en silencio mientras la veía hacer tarea a intervalos tomando la gaseosa que hacía feliz a mis papilas gustativas.
Li había comenzado la universidad hace unos días y mi única opinión en ello era intentar apoyarla pero darle su espacio, ese había sido el trato con mis padres.Ellos sabían que Lidia podía ser algo abusiva con que la ayudarán con las cosas, esos tres años en que yo no estuve por la universidad fueron sus años de ser una niña mimada, y mis padres aunque no lo admitieran en voz alta, sabían que yo era la única esperanza de corregirla.Antes ellos pasaban mucho tiempo con nosotras, pero cuando Lidia era pequeña el trabajo los consumió, yo no salí afectada por que ya tenía una idea de independencia formada pero Lidia solo se volvió mimada por sus niñeras.Por eso me ofrecí a acompañar a Lidia hasta el suroeste de Francia, cuando me explicaron que ella quería ir a la universidad aquí -Cuando te irás?- pregunto de la nada, distrayendome de mis pensamientos, revise la hora rápido en el reloj de la cocina y fulmine con la mirada el objeto al recordar que no sabía leer ese tipo de relojes, ni siquiera recuerdo por qué lo compramos... Oh si, ya recordé, yo pensé que luciría elegante en el lugar... Y si lucía elegante pero debí de considerar mejor su uso, mire mi celular con más esperanza -En media hora- respondí con calma antes de terminar mi última galleta.
Media hora para ir al trabajo nocturno que había conseguido... Nuestros padres no querían que trabajará, eran el tipo de personas que prefieren a sus hijas con todas las comodidas posibles, pero a diferencia de Lidia, yo adoraba hacer las cosas por mi cuenta, me gustaba mantenerme ocupada y aunque a veces me quejara de salir o tener responsabilidades, era algo que terminaba disfrutando.Fui a mi cuarto a arreglarme y pronto salí para despeinarla un poco -Regresare en unas horas, recuerda cerrar y no te quedes despierta hasta tarde,okay?- le dije suave y me asintió, lanzandome un beso como despedida.
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El Devil's Night
Teen FictionEn la ciudad de Bordeaux, ubicada al suroeste de Francia.Existe un pequeño secreto, que se ha convertido en los últimos años la atracción principal para políticos, famosos y ricos... El Devil's Night. Adikia Roland, una joven inocente pero testaruda...