Capitulo 3

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Los humanos siempre han sentido... fascinación ante otros humanos, una atracción inmediata ante un solo detalle que algunos considerarían taboo y otros considerarían una característica natural.

La primera cosa que notas en una persona que acabas de conocer, la razón por la cual tu pareja se convirtió en el centro de tu atención, y probablemente también la razón por la cual le escogiste, el detalle único que hizo que tú crush fuera tan espléndido ante tus ojos...A veces son cosas simples; la forma en que luce su cabello, su sonrisa, el color de sus ojos, una infinidad de química física que buscamos con desesperación de manera involuntaria.

El mío fue siempre la voz, si la voz de alguien era suave o fuerte, aguda o grave, sutil o directa...Solo escuchar a alguien por primera vez se había vuelto una sensación embriagadora desde mi accidente hace 3 años... Nunca creí que todo eso lo fuera a cambiar una sola persona.Jamas tuve un interés en las manos hasta que lo conocí a el, y ahora solo me preguntaba ¿Su agarre es firme? ¿Son suaves o rígidas? ¿Sus dedos son largos o cortos? ¿Las venas se marcan?... Todas esas preguntas comenzaron a invadir mi mente por qué el logro hechizarme con el solo movimiento de sus manos.

Por días creí que era una atracción temporal pero luego entendí que era más que eso, siempre al conocer a alguien lo primero que escuchaba de ellos era su voz, pero el me torturaba cada noche con solo la música que creaban sus dedos al deslizarse de una manera sutil pero segura sobre las piezas oscuras como la noche que nos rodeaba y pálidas como el lienzo en el que el bosque de sus ojos había sido pintado.En ningún momento había podido escuchar una sola palabra dejar sus carnosos labios, y por días continuo hasta que finalmente una noche donde la luna estaba alta y brillaba sobre la ciudad de Bordeaux, el pianista del Devil's Night me dirigió la palabra.

Dorian, como había aprendido se hacía llamar cuando trabajaba en las paredes del elegante lugar,era un hombre atractivamente detestable.Tenia una mirada silenciosa y penetrante de ojos verdes, que te hacía dudar si había algo mal contigo.Sin embargo nunca alzaba la voz, excepto al final del turno cuando todas se iban y le pedía a Opal que le sirviera un Bourbon, nunca alcanzaba a escucharlo solo lograba verla a ella servir la bebida y entregársela.Por eso me sorprendio cuando aquella noche el me dirigió la palabra cuando todos los clientes se fueron y solo quedábamos Opal, Oliver, Dorian y yo.Oliver estaba terminando algo en su oficina, Opal esperaba una orden de botellas que llegaban más tarde, Dorian era Dorian y yo solo esperaba tener una razón para irme.

-Adikia, sirveme lo de siempre, por favor- pidió/ordeno desde el lugar que había tomado 17 minutos atrás apenas se fue el último cliente de la noche.Habia dejado su lugar en el piano y ahora estaba sentado en uno de los asientos de cuero frente a la barra.Le mire unos segundos con curiosidad antes de servir el Bourbon como había visto a Opal hacerlo cada noche desde hace 3 semanas cuando comencé a trabajar aqui.Deje el vaso frente a el, notando como el bolígrafo en su mano se deslizaba por las hojas y comenzaba a acomodar notas, estaba haciendo partituras. -Gracias... ¿Por que te sorprendiste?- levantó el vaso y tomo un trago, su pregunta me tomo desprevenida así que solo me alce de hombros aunque el ni siquiera volteara a verme ¿Acaso me sorprendía finalmente escuchar su voz? No podía decirle aquello -Sabes mi nombre- respondí lo más natural posible, en parte no era mentira, eso también era una sorpresa para mí.No habíamos hablado en este tiempo y sin embargo recordaba mi nombre de la primera vez que nos presentamos.

-Y tu sabes mi orden de siempre- sus ojos finalmente dejaron las partituras y cayeron sobre mi, su mirada atravesaba el antifaz y penetraba mi alma de manera casi acusadora, el sabía bien que había ganado esa conversación con aquello.Su voz era grave, algo rasposa pero seguía siendo suave como si las palabras salieran con tanta facilidad como las canciones que tocaba, portando un ligero acento que no lograba identificar -Pides lo mismo cada noche- me excuse rápidamente, dejo el bolígrafo con una sonrisa ladina, divertido por mis palabras -¿Y acaso tu cambias de nombre cada día?- su tono burlón fue lo más notorio en aquellas palabras.-Al menos uso mi nombre ¿Es cierto lo que dijo Oliver? Sobre que Dorian es solo un apodo- no pude evitar preguntar con algo de curiosidad, si el era tan silencioso como había sido en ese tiempo entonces tal vez sería mi única conversación con el.

El Devil's NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora