Al abrir la puerta me encontré con Ezra a punto de tocar, vistiendo sweatpants negros y una camiseta verde oscuro.Cada vez que lo veía vestir tan relajado era un pequeño privilegio que memorizaba a la perfección, asi me aseguraba de no olvidar lo bien que lucía así.Tan tranquilo, dejando la máscara a un lado y permitiéndome disfrutar de su persona.-Oliver tiene razón sobre estos sillones... Son muchos pero me encantan- comenté a Ezra mientras me estiraba cómodamente en el sillón colgante frente al piano, era como estar en una cama hecha de nubes.Podia escuchar las gotas chocando contra el cristal que funcionaba como pared del lugar, aunque entre la lluvia alcance a escuchar ligeramente las teclas del piano, voltee mi rostro solo para ver a Ezra parado frente al piano, tocando tranquilamente aquella canción que el sabía bien era mi favorita... Así que deje que la tocará para mí; deje que me hipnotizara como solo el podía hacerlo.Luego de unos minutos cuando termino fue al sillón donde yo estaba y se sentó en el borde para llevar su mano a mi mejilla y acariciarla lentamente, trazandola como si llegara a trazar las notas de partituras.Se acercó, poco a poco hasta que unió sus labios con los míos en tranquilidad total.-Estas tan fría...te vas a enfermar- se quejo al separarse, un tono bajo y gruñón, tan típico en el -Ven, necesitas calentarte, luego podemos ver una película mientras tú ropa se seca... o podemos dejar tu ropa secándose y vamos a dormir- indico.Solte una pequeña risa -Primera cita y ¿Quieres que me quedé a dormir? Besarte debió de ser en la tercera, conocer tu apartamento debio de quedar para la quinta cita... ¿Por qué la prisa?- pregunté.Me regaló una sonrisa traviesa -Me gusta tenerte aquí, y no es un crimen disfrutar de tu presencia... te llevaré más tarde a casa, lo prometo- me aseguro -Pero primero, debes entrar en calor o vas a enfermar-.
-Para eso tienes que dejar que me levanté- comenté, sus brazos estaban a cada lado de cabeza, yo acostada y el parcialmente encima de mi, sosteniendo su propio peso sin tocarme, se mantenía cerca luego de varios besos robados.Sonrio culposo y se levantó, ofreciéndome su mano para ir al sillon pero me llevo al sillón de la izquierda y no al que había visto primero frente a la tele.Cuando rodeamos el mueble finalmente note que aunque los sillones semicirculares fueran iguales, en el mueble no había otra televisión, en su lugar había una chimenea electrica, de esas que no causan humo, un alivio para mis pulmones problemáticos -Debo admitir que tu apartamento me gusta cada vez más-.Tomamos asiento en el sillón, lado a lado, su brazo pasando por mis hombros y uno de sus dedos enredándose en mi cabello, un gesto juguetón e inocente -Ezra- le llame suave para obtener su atención, sin dejar de ver la chimenea frente a nosotros.Murmuro, afirmandome que su atención estaba en mi -¿Por qué te gusta ser un misterio para todos?... No lo entiendo... No eres un imbecil como para tener que ocultarte bajo el antifaz- por un momento tome su silencio como algo malo pero sentí sus labios en mi sien y viajar por mi mejilla hasta mi oído donde susurro mi respuesta, la única respuesta que no espere, no respondía realmente mi pregunta y sin embargo era la respuesta perfecta -Las cosas son diferentes contigo... Un diferente especial-.
Después de aquello vimos una película tal y como dijo, en algún momento de la película había una chica coqueteando con su jefe y la pregunta del millón surgió en mi mente.Ezra me había explicado aquello durante la cena, el era el dueño legitimo del Devil's, los papeles estaban a su nombre y la idea había sido suya junto con Oliver, pero dejo que Oliver manejará todo, el solo quería tocar el piano. -¿No será malo que estemos saliendo?... Eres el dueño del Devil's, así que eres el jefe- comenté en voz baja, algo alarmada ante la idea -En teoría, Oliver es tu único jefe, el es el gerente del Devil's Night, y uno de los dueños, sin importar que yo también lo sea...yo no tengo un puesto de jefe, soy más bien tu compañero de trabajo... Aparte, si alguien tiene un problema no tiene por qué importarnos- me dijo tranquilo y me dio un beso suave, finalizando el tema.Sus palabras me mantenían en calma, había algo en Ezra que siempre me tranquilizaba, era la misma intimidación que sentía a su lado lo que me hacía sentir segura, era ese aroma tan embriagante que lograba hacerme sentir que estaba en otro mundo, y sus ojos terminaban de transportarme a mi propio mundo...Donde solo éramos nosotros dos y eso era lo único que importaba.
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El Devil's Night
Teen FictionEn la ciudad de Bordeaux, ubicada al suroeste de Francia.Existe un pequeño secreto, que se ha convertido en los últimos años la atracción principal para políticos, famosos y ricos... El Devil's Night. Adikia Roland, una joven inocente pero testaruda...