Cuando desperté mi mente daba vueltas aunque ahora pudiera enfocar mejor mi vista y prestar al menos algo de atención.Suspire bajo un momento antes de acurrucarme leve en las sábanas y colcha tan cálidas de aquella cama, un aroma familiar a colonia hormigueaba entre la tela y me hacía querer acurrucarme ahí por horas.Mi cara enterrandose en la almohada en un intento de razonar a levantarme -Dormiste bastante- aquello me dio suficientes razones y finalmente me senté en la cama, solo para reaccionar que aquella cama no era mía.-Cuidado, vas a jalar la intravenosa- dijo aquel hombre a unos metros de la cama, aún vistiendo la camisa de su traje pero sin el saco.Mis ojos fueron a mi brazo donde había una ligera molestia y efectivamente, en la unión donde mi hombro y brazo se conectan había una intravenosa, seguí con la mirada el tubo hasta llegar a una bolsa de suero que era sostenida con un soporte metálico a un lado de la cama -Gracias- murmure leve pasando una mano por mi cabello, más por nerviosismo que por intentar peinarlo.Alce la mirada un momento, el estaba recargado en el marco de una ventana se conectaba a un balcón, las puertas abiertas permitían entrar en su totalidad la hipnotizante luz grisácea proveniente de la luna, la cual ahora alumbraba la habitación en su totalidad.
Finalmente era capaz de admirar esas facciones, cabello negro cayendo ligeramente sobre sus ojos aunque antes hubiera estado peinado de la manera más impecable; ahora había mechones traviesos que parecían no molestarle -No hay nada que agradecer- dijo.Sus ojos eran verdes, un verde oscuro con una ligera mancha grisácea en los bordes, como si sus ojos hubieran decidido ser una obra de arte que mostrará el contraste entre la naturaleza y la ciudad, los trazos grises brillando pero el verde apaciguando aquel tono -¿Como te llamas?- pregunté curiosa, en un intento de sacar la respuesta a la pregunta que le hice tiempo atrás.Sus facciones eran marcadas en algunos lugares pero ligeras en otros, su mandíbula era perfectamente delineada y estaba segura de que si las mandíbulas cortaran, la suya sería la más filosa.Sus pómulos eran más ligeros, y por la sonrisa que surgió en sus carnosos labios fui capaz de notar los hoyuelos aventurandose en sus mejillas que tenían el balance perfecto entre existentes e inexistentes.
-Ezra- cuando escuché ese nombre tuve una sensación inmediata de victoria.Senti a una mariposa traviesa aletear desesperada en mi vientre mientras por fuera intentaba no inmutarme, mentalmente repitiendo aquel nombre varias veces, temiendo llegar a olvidarlo.Me senté en la orilla de la cama, notando en aquel momento mis tacones en el suelo y sin embargo el vestido seguía intacto en su lugar, cosa que agradecía.Me sostuve leve del soporte del suero para ponerme de pie pero mis piernas me traicionaron de la forma más patetica posible.Sin embargo en lugar de caer o simplemente tumbarme en la cama termine siendo rodeada por esos brazos que aunque antes hubiera notado eran firmes, ahora podía estar segura de que lo eran, gracias a la forma en que rodeaban mi cintura, sosteniendome contra el.Quedamos ligeramente cara a cara, la diferencia de altura salvandome de lo que podría ser un beso accidental embarazoso aunque el estuviera levemente agachado.
-Ezra- no pude evitar probar su nombre con mis propios labios, sus ojos viajaron a mi rostro y se encontró con mi mirada.Se mantuvo ahí unos instantes antes de alejarse con suavidad, sin dejar su agarre en mi, me hizo tomar asiento en la cama y sus brazos dejaron mi cintura solo para darse la vuelta e ir a otra parte del cuarto.Un minuto había tenido esas mariposas y calidez aventurandose por mi piel, como si los rayos del sol me abrazaran ... y ahora solo esa sensación había desaparecido, dejando que copos besaran mi piel, esfumando así aquella sensación .Al minuto regreso con algo en sus manos y lo dejo con suavidad en la cama -Ponte esto, será más cómodo que el vestido- me indico -Avisa a tu hermana que te quedaste con alguna amiga, en la mañana te llevaré a casa- hubiera objetado por su extraña amabilidad si no fuera que me lanzó una mirada, aclarando que negarme no se encontraba entre mis opciones.
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El Devil's Night
Teen FictionEn la ciudad de Bordeaux, ubicada al suroeste de Francia.Existe un pequeño secreto, que se ha convertido en los últimos años la atracción principal para políticos, famosos y ricos... El Devil's Night. Adikia Roland, una joven inocente pero testaruda...