-Nena, te juro que cuando Oliver dijo que vendrías casi lo beso- me contó Celeste con su forma de ser tan despreocupada cuando me senté a su lado y reí -Yo te juro que no dejaba de decir que si faltabas ella misma iría a buscarte- me dijo Opal refiriéndose a Celeste la cual solo sonrió, asegurando que aquello era verdad -Luces increíble, me alegro que vinieras- dijo Harmony -Imposible no concordar, te ves hermosa está noche Adikia ¿Tuviste problemas en la entrada?- pregunto Oliver sentandose a mi lado en los sillones de cuero blanco, pasandome una copa de vino rosa que tome con una sonrisa, era imposible no sonreír con personas tan dulces -Gracias... Y no, no tuve problemas, fueron muy atentos- dije y asintió sonriendo.En algún momento de la noche, entre música y alcohol las chicas fueron a bailar y otras a la barra privada como si de una cata de vinos se tratara, excepto por qué en lugar de vino eran muchas bebidas alcohólicas... Aunque el propósito principal seguía siendo emborracharse -¿Estás disfrutando estar aquí?- pregunto Oliver sobre la música y le asenti con una sonrisa -Si, solo que no salgo mucho a clubs- intenté explicar y asintió leve, asegurando que me escucho.-Oliver ¿Tu eres el dueño de este lugar?- no pude evitar preguntar, recordando lo que habían dicho los gigantes de la entrada, aparte que era la zona más exclusiva del lugar y estaba reservada para nosotros.El rubio a mi lado soltó una risa, divertido por mi pregunta que me hacía sentir algo boba -No, no lo soy, pero el dueño es... Un amigo cercano- pareció vacilar en la última parte pero su sonrisa no se borró, algo en su mirada me aseguraba que había una historia interesante sobre aquel amigo -El insistió en que las invitara está noche... No estoy seguro de que siga aquí, seguro le dio un infarto al verte con ese vestido- le mire curiosa ante lo último, intentando distraer el fuerte sonrojo de mis mejillas mientras pensaba en que decir por aquello.
Sin embargo, como si de destino se tratara, Celeste llegó y me jalo del brazo con prisa para llevarme a bailar con ella, jamás me sentí tan agradecida de verla como en ese momento, en especial por qué cuando me voltee a ver a Oliver el solo sonreía antes de llevar su vaso de Whiskey a sus labios carnosos.Celeste me mantuvo cerca, aunque no hubiera mucho espacio considerando los demás cuerpos a nuestro alrededor.Katlina no tardo mucho en hacer presencia a mi lado y bailamos juntas, la música era alta y podía sentir mi corazón retumbar por el volumen tan fuerte, aunque no estuviera acostumbrada aquello, había ido a suficientes clubs anteriormente como para de cierta manera disfrutar la noche.No estuve segura de cuántas canciones pasaron cuando fui a la barra con una molesta sed, ni siquiera preocupándome de ver dónde estaban las demás o de ir a la barra privada, quería algo de tomar.
-Una soda por favor- pedí y el chico de la barra me lanzó un guiño antes de dejar el vaso frente a mi.No fue hasta ese momento que comencé a notar una incomodidad en mi nuca, una sensación que mandaba escalofríos por mi cuerpo, pero estaba segura de que no me había golpeado de alguna forma.Mire levemente a los lados, analizando breve los rostro en la barra, sorprendentemente había pocas personas y por eso había logrado tomar uno de los asientos sin sentir la misma sofocación que en la pista -Gracias- dije agarrando el vaso alto donde estaba el refresco con una pajilla delgada negra.La lleve a mis labios y el sabor a vodka no tardo en golpear junto al sabor dulce de algúna soda de limón, no esperaba el vodka pero no resultaba molesto, sorprendentemente aquella combinación me recordaba a alguna bebida energética de las que contienen más cafeína que calorías.
Me quedé sentada un rato, no tenía prisa por volver a la pista o al reservado, me relaje en mi asiento, permitiendo a mis piernas tomar un respiro y a mis tobillos relajarse entre la correa de los tacones que llevaba.Cuando menos lo noté sentí la vibración de la barra por el vaso cayendo de lado, seguido de una disculpa por el hombre que había tumbado mi vaso accidentalmente -Lo lamento, por favor permítame invitarle otro trago- dijo el hombre con rapidez, el barman tomando mi vaso y limpiando rápido para que la bebida no fuera a caer sobre mi -No es necesario- intenté negarme luego de agradecer al barman por sus rápidos reflejos.El hombre parecía ser todo un caballero y no me dejó objetar por qué le pago otro trago al barman, dándole el billete con un apretón de manos que verías en las películas -Gracias, no era necesario- le dije suave con una sonrisa, creyendo que era un gesto amable suyo.
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El Devil's Night
Teen FictionEn la ciudad de Bordeaux, ubicada al suroeste de Francia.Existe un pequeño secreto, que se ha convertido en los últimos años la atracción principal para políticos, famosos y ricos... El Devil's Night. Adikia Roland, una joven inocente pero testaruda...