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Nicolás

Me despierto por el sonido de la ducha, abro lo ojos y ella no está en la cama.
Me siento en el lado derecho y veo como se ducha, pasa las manos por su cabello dejando caer el resto de la espuma. Paso mis ojos por sus piernas, su culo, sus perfecto ombligo, sus tetas con pezones erectos y su rostro con los ojos cerrados. Tiene los labios ligeramente abiertos y se me viene la imagen de ella ayer chupandome la polla.
Me levanto desnudo y voy a la ducha.
-Ya te estabas tardando - dice sin abrir los ojos
-Estaba observado la obra de arte que tenía en frente. - beso su hombro y voy subiendo por su cuello. Dejo mis manos en su vientre y las bajo hasta tocar su punto débil. Victoria recuesta su cabeza en mi hombro y abre la boca gimiendo.
-Bésame - dice y no lo hago. Abre los ojos y se gira para mirarme - sigues siendo igual que hace cuatro años. - pone sus manos en mi cuello bajándome para besarme.
-Tu si que has cambiado
-¿Si?- pregunta y asiento - ¿en que soy diferente?
-Follas mejor que antes -rueda los ojos y sonríe.
-Eso ya lo sé, ¿ pero que más?
-Tienes las tetas más grandes - otra vez empiezo a tocar su clitoris.
-Más
-Eres más sexy que antes. - muevo mis dedos más rápido.
-Ma...más- gime
-¿Que quieres que haga ? - susurro en su oído.
-Que me folles - pide y no tardó de ponerla contra la pared de la ducha inclinado un poco su cuerpo.
Separo sus piernas y sin pensar meto mi polla dentro de ella.
-Si que tenías ganas, rubia, esas mojada- digo sonriendo y bajo a besar su cuello y apretarlo con mi mano.
-¡Ah! - gime cuando entro con fuerza - más rápido
- Te doy lo que quieras- suena como una promesa. La meto más rápido y veo como muerde su labio, desde el primer día hace esto cuando esta a punto de correrse. Bajo mi mano a su clitoris y me muevo más rápido.
-¡Joder... si ! - gime y quiero grabar sus gemidos para escucharlos las 24 horas del día.

Pasamos hasta la tarde en la cama y no durmiendo, después decidimos caminar hasta la playa. Ahora estoy de pie viendo como la mujer de mi vida está haciendo fotos al atardecer con una sonrisa de oreja a oreja. Sonrío al verla feliz y sé que estoy igual o incluso más feliz, aún no existe la palabra para decir cuanto la extrañaba. Su vestido amarillo se mueve por viento que hay en la playa, tiene el pelo recogido en una trenza y al verla así no se si se me para el corazón o me va más rápido.
-Es precioso - dice caminando con cuidado sobre las rocas y le paso mi mano que acepta.
-Gracias, sé que soy precioso. - rueda los ojos y yo la abrazo por detrás apoyando mi mentón en su cabeza.
Después de varios minutos de silencio ella habla
-No quiero irme
-Yo tampoco
-Pero tenemos que irnos
-O no - se gira mirándome los ojos
-¿Como ?
-Podemos quedarnos todo el tiempo que quieras y empezar todo desde cero. - No tardé mucho pensando esto, me da igual dejar el trabajo, romper mi compromiso con Diana, me da igual, solo necesito a ella.
-No podemos
-Si podemos, pero no quieres
-No todo es tan fácil - admite y la miro con el ceño fruncido- hay cosas que no sabes y ...
-Entonces dímelas- niega y empieza a caminar para salir de la playa.
Lo que pasó hace cuatro años fue culpa de la puta droga que me metió Jane a la bebida y que me fulminó el cerebro y no voy a negar que estaba consciente, porque si lo estaba y cometí el mayor error de mi vida.

Por la noche después de hacer las maletas salgo al balcón donde esta Victoria que después de la playa no hemos hablado mucho.
Me pongo a su lado y veo en su mirada confusión, tristeza y duda.
-Estaba embaraza - dice y se me paraliza el cuerpo. - al principio de septiembre me enteré de que llevaba un mes de embarazo- su mirada está fijada en sus dedos que de mueven por nerviosismo- a finales de noviembre el feto dejó de crecer. No se desarrollaba - una lágrima de desliza por su mejilla.
Podría ser padre
Mi corazón late con fuerza al imaginar el dolor que pasó Victoria sola.
Me acerco a ella y la abrazo.
-Lo siento - susurro y ella sozolla
-Si todo hubiera sido diferente, nos mudaríamos los dos a Madrid y todo estaría bien, no hubiera perdido a mi niño.
-Era un niño - asiente con un sonido- lo siento Victoria, no quería que todo fuese así. Por favor perdóname - la cojo de las mejillas limpiando sus lágrimas con mis pulgares
-No puedo, cuando te veo me imagino a nosotros tres en una familia feliz. Te perdoné la infidelidad hace mucho tiempo porque te amo, te amo y no dejo de hacerlo. Pero lo otro no
-Victoria no  hagas esto. Estamos los dos bien, yo...
-No Nicolás, cuando volvamos, todo seguirá igual que antes y no quiero nada relacionado contigo.
-¡Te amo!¡ Te amo Victoria! ¡¿Que quieres escuchar ? !- grito desesperado.
-Hace tiempo Nicolás las palabras dejaron de importarme. - coge su maleta y se va.
Apoyo los codos en las barandillas y paso mis manos por mi pelo suspirando.
Cojo el jarrón que había en la mesa y lo tiro contra la pared.
-¡Joder !

Destinados (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora