19-Chico gravedad

61 20 45
                                    

Virgo:

Después de desayunar pastel de chocolate, el cual les encantó a todos, seguimos a Hiromi, el cual nos llevó hasta el sótano de su casa. Parecía ser viejo, sucio y pequeño, y no entendía como haríamos para entrenar en un lugar como este. Pero en vez de eso, Hiromi abrió una pequeña puerta en el suelo y se metió por ella, por lo cual tuvimos que seguirlo.

—Esto parece la entrada del lugar de entrenamiento donde nos llevó Hiroshi—observó Géminis.

De lo cual me aseguré al bajar todas las escaleras que separaban la puerta del suelo, del lugar escondido. Era igual de grande y parecía un desierto, exactamente como el lugar de Hiroshi.

—Cada casa de La Sociedad de Poder posee un lugar como este—explicó con orgullo, viendo como nos quedábamos con la boca abierta.

—¿Pero no es imposible? —pregunté—. El lugar parece ser infinito. Si tu casa posee este lugar, y la casa de otra persona también el suyo... ¿Significa que en algún momento ambos lugares entran en contacto? ¿Significa que alguien nos puede ver?

—La Sociedad de Poder tiene tantos secretos que puntos en una historia. Hay más cosas desconocidas para nosotros que cosas que sabemos de su existencia.

Asentimos, no muy convencidos. Hiromi notó que estábamos tensos, ya que sonrió, dándome una palmadita en el hombro, ya que era el más cercano a él.

—No tienen que preocuparse por nada mientras están conmigo—nos tranquilizó—. Nadie los atacará, y si eso pasa, no dejaré que les hagan ningún daño. Prometo que siempre estaré aquí para protegerlos.

Hiromi pareció darse cuenta de lo confuso que estábamos, ya que sonrió en modo de disculpa.

—Ni siquiera expliqué que vamos a aprender aquí—sonrió, rascándose la cabeza con nerviosismo—. ¿Díganme, porque pelear con Daikin fue complicado?

—¿Por qué es muy resistente? —contestó Aries.

—Pero también...—nos alentó Hiromi.

—Porque no tenemos espadas—asentimos—. ¿Entonces eso aprenderemos?

—¿A pelear con espadas? —añadió Géminis.

—No van a aprender a pelear con espadas, sino que crear vuestra propia espada. —explicó.

El chico se me acercó y me pidió con la mirada si quería empezar. Asentí, por lo que Hiromi tocó mi frente, haciendo que sintiera como todo a mi alrededor giraba. Cerré los ojos con dolor, y cuando los abrí me encontré en un lugar diferente al de antes: me encontraba en una ciudad desierta, flotando en el aire como lo había hecho antes The King. Solo estaba yo, Hiromi y Virgo.

Espera... Yo era Virgo...

Fruncí el entrecejo, confuso. La copia no parecía ser realmente yo: tenía el cuerpo entero, pelo, cara y ropa incluida, de color blanco. Solo sus ojos tenían un tono gris muy claro, casi parecido al blanco. Miré a Hiromi con confusión.

—Cada persona que posee poderes tiene otro yo, o un yo malvado, llámalo como quieras—explicó—. Y cada persona ha tenido que pelear con su otro yo para conseguir una que otra habilidad.

—¿Entonces tú también peleaste con esta cosa tuya? —pregunté, aun confuso.

—Sí—asintió—. Mi yo malvado es igual a mí, entero de color blanco, menos sus ojos que son azules.

—Entiendo—susurré, sin realmente entender—. ¿Entonces qué debo hacerle?

—Necesitas pelear con él y ganarlo en un combate—explicó—. No te presiones mucho. Si no lo consigues hoy, será otro día. Recuerda que el mínimo de tiempo que le llevó a una persona conseguir su espada ha sido un año.

La Aventura Zodiacal: La Sociedad de PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora