23-No fue tu culpa

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Géminis:

—¿Entonces...? —pregunté cuando todos nos sentamos en el salón, frente a la desconocida. —¿Quién es ella?

—Soy Seijun—se presentó la chica, con una enorme sonrisa—. Encantada de conocerlos.

—Ella es mi amiga—asintió Hiromi—Nos conocemos desde hace un montón de años. Es tan fuerte e inteligente como confiable.

—Y felicidades al que le puso colonia de mujer—añadió la chica—. Fue una buena manera de dejarlo en ridículo.

Me relajé un poco, antes de ver como Harry sonreía con maldad. Seijun parecía una chica normal, que no habría tenido problemas para mezclarse con "los humanos". A diferencia de Gin, el chico que tenía ojos morados. Sí sería un shock ver una persona con ese color de ojos.

La chica era más baja que Hiromi. Tenía el pelo marrón llegándole a la espalda y los ojos del mismo color. Parecía relajada y tranquila, con una pequeña sonrisa en la cara.

Hiromi, a su lado, no dejaba de lanzar miradas entre ella y nosotros, seguramente preocupado por nuestra reacción.

—¿Por qué estás aquí? —preguntó Piscis—. ¿Y por qué pareces muy tranquila, en compañía de "los intrusos"?

—Estoy aquí porque quiero ayudarlos—explicó, encogiéndose de hombros—. El abuelo Sao me trató muy bien y me ayudó una infinidad de veces cuando era más pequeña. Además, pienso que es demasiado injusto la razón por la cual lo van a ejecutar.

—¿Está bien...? —susurró Escorpio, antes de mirar a Hiromi—. ¿Deberíamos confiar en ella?

—¿Por qué me lo preguntan a mí, si saben muy bien qué diría que sí? —cuestionó el capitán con confusión.

—Nos dejaste vivir en tu casa y nos trataste como tus propios hijos—le expliqué—. Hasta aceptaste entrenarnos, sin pensar ni un segundo que hay posibilidades de que te engañemos y te matemos. Si existe una persona en La Sociedad de Poder en la cual confiamos, eres tú. Por eso queremos saber tu sincera opinión.

Hiromi se quedó con la boca abierta, mirándonos con incredulidad. Después de eso sonrió, antes de asentir. Parecía muy feliz de nuevo, como siempre.

—Prometo que Seijun es una persona buena—nos aseguró—. Ella es una persona de confianza.

—Entonces está bien—asintió Ofiuco—. ¡Oh, y queríamos darte las gracias! —le informó a Hiromi.

—¿Las gracias? ¿Por qué? —preguntó el chico con confusión.

Sonreí con incredulidad. ¿En serio existía alguien tan inocente y tierno en este mundo?

—Si necesitan mi mano siempre contaran conmigo—nos tranquilizó—. Agradecer no es necesario cuando se salva un amigo.

—Estábamos caminando a oscuras aquí hasta que apareciste—sonrió Tauro—. Es verdad lo que dicen, que hay luz, incluso en los lugares más oscuros.

—Solo en la oscuridad puedes ver las estrellas—susurró Harry, poniéndose de pie y acomodando su ropa—. Estoy cansado, iré a mi cuarto.

El chico pasó frente a nosotros, sin mirar a nadie, antes de subir las escaleras con rapidez y cerrarla con más fuerza de lo normal.

Miré a los demás, pero ninguno parecía haber notado eso. Hiromi se giró en nuestra dirección y se acomodó en el sillón, suspirando con cansancio.

—¿Les parece si entrenamos? —preguntó con una sonrisa—. Hay que darse prisa para que estén listos para cuando Sao nos necesite.

—Yo iré a quedarme con Harry—nos avisó Henry, poniéndose de pie.

La Aventura Zodiacal: La Sociedad de PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora