Lugares Prohibidos

7. La presidenta escolar

Habíamos amanecido en la casa le June, la mamá estaba feliz de que hubiera hecho tantas amigas en tan pocos días.
La mamá no sabía que ella tenía un novio porque donde se diera cuenta pues se iba a empatar ya que él no era tan humano que digamos.
Ella lo tenía escondido al parecer.

—Bueno hay que decirle a la señora que la deje ir con nosotras a este viaje —informo Salome —¿Quién va?

—pues la que dijo ¿no? —dijo Melisa mientras la señalaba.

—Ve y yo por qué? —dijo Salome ofendida.

—Vamos todas —dijo Angélic con desesperación.

—se van a ir de viaje y no me habían dicho —reclamo june indignada con nosotras.

—perdón es que pensábamos que teníamos que pedirle permiso a tu mamá primero —explicó Sofía ante la situación.

—Eso déjenme lo a mí yo lo digo —agregó ella con demasiada seriedad.

Justo cuando íbamos a pedir permiso por ella, nos dimos cuenta que íbamos a llegar tarde al aula de clases.
Nos despedimos rápido de ella, mientras ayudamos a June arreglarse y nosotras igual.
Llegamos temprano y dimos gracias a que no había llegado nadie pero eso habíamos pensado, la entrada era por la otra puerta y estaban rodeando alguien, al parecer importante para la escuela.
Nos acercamos para mirar y era una chica, al parecer con el cabello largo morado. De ojos verdes casi azules, era bonita.
Parecía de buena familia la muchacha había llegado en un carro supremamente lujoso.
«Que hace una chica como ella en esta escuela» pensé mientras la observé.

—Entremos que ya casi cierran —dijo angelic mientras me jalaba el brazo.

—perdón es que me quedé abriendo la boca, en esa dirección —mencioné mientras señalaba donde estaba la chica.

—Es la presidenta escolar creo —informó Leidy mientras la veía.

Me había quedado demasiado impactada con ella porque era la primera vez que yo veía una clase de persona así como digamos de solvencia económica pero en una escuela pública.
Pero Teníamos cosas más importantes, el paseo todavía teníamos que planear quién iba a manejar el carro de los papás de Salomé ya éramos siete.
Sin prestarle mucha atención a la persona o a la chica no nos dimos cuenta que se estaba acercando.

— ¿Que está pasando aquí? —pregunto alguien.

Cuando giré la cabeza era chica que aparentemente era adinerada, me estaba mirando de arriba abajo, sin decir una sola palabra.

—Hola me llamo Daniela ¿Y tú? —dije extendido la mano.

—me llamo Saori... Pero eso no responde mi pregunta... Y mucho gusto —dijo ella un poco tranquila pero parecía imperiosa.

La grosera no me extendió la mano simplemente se quedó mirándome esperando una respuesta de mi parte.

—Bueno lo que estoy haciendo es un... un... —se me había olvidado lo que iba decir.

Sofía se había ido al baño y en ese momento al parecer sonó el timbre y llegó a toda velocidad.
Pero mientras venía escuchó lo que ella me estaba preguntando.

—Un permiso —dijo una de mis amigas después de llegar corriendo —soy Sofía —dijo agitada.

—Hola mucho gusto ¿Y para que es el permiso? —pregunto ella mientras miraba las demás.

—Para ir a el bosque de niebla —dijo salome, descansando porque también había llegado corriendo —por cierto soy salome.

—tambien es un gusto ¿Y tienen quien las lleve? —continuo preguntando.