21. Cita peligrosa

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Estábamos recostadas en la hierba sobre una colcha solo algunas ya que habían otras en el carro de Salomé.
Después de lo de Fiorella, el novio prisionero y los angeles, ya había sido demasiado, hasta se nos unieron al grupo.
Así también nos iban conociendo.
Para mi buena suerte Angelique no había vuelto a preguntar por el rubio, yo no había tenido que encontrarme esa cabeza o cosa que estába viendo en mi casa.
Estábamos decididas a no mover un dedo pero en ese lugar no se sabía que nos iba a traer el destino.

—¿Y si hay espíritus en este lugar? —pregunto Samantha con ganas de algo paranormal.

—Lo paranormal hay que dejárselo a June —menciono Pamela acomodando se de lado.

—¿Y porque a mí?? —pregunto ella extrañada.

—¿Como que porque June? —devolvió la pregunta Melisa.

—A usted se le olvidó que tiene un novio del plano que no se ve —menciono Cordelia mientras me estaba bocabajo.

—A ya, ya vi porque —agrego ella forzando una sonrisa —Perdoname amor mío —dijo en voz alta.

—Que descaro mana, con el pobre balrogh —dijo Leidy negando con la cabeza.

—Nos vamos a quedar acá sin recorrer el lugar —dijo Eileen aburrida.

—Mana despues de lo que nos ha pasado durante estos nueve días —dije mientras contaba los días girando a mirar a Eileen —¿no le da miedo?

—A mi no —Agrego ella con mucha seguridad.

La miré un poco asustada, asombrada, no sabía cómo sentirme al respecto pero ella hizo que nos levantaramos y guardemos las colchas para ir a recorrer el lugar, había que aceptar que era una aventura.
Estábamos caminando en medio de ese bosque, esos árboles, eso era casi mágico hasta que más o menos al fondo se escucho un grito desgarrador, que nos dejó pensando.

—Hay un espíritu —dijo una de las rubias asustada.

—Hay vos y tus espíritus... Samantha deja la bobada —dije blanqueando los ojos.

Pero al parecer había otra chica por rescatar, lejos de nosotras, tal vez con frío entre las penumbras del extenso bosque que había a nuestro alrededor.
Esa se iba a convertir en una amiga más que había que rescatar a como diera lugar.
Sin importar cualquier cosa que fuera me guíe con los gritos mientras me retiraba de la vista de mis amigas.
Estaba asustada pero eso no quita el hecho de que estar sola conmigo misma era una experiencia diferente pero con la diferencia de que sin que ellas se dieran cuenta me traje a Roberta la piedra.
Ellas no sabían que yo siempre cargaba con Roberta,
Entre más lejos del grupo más cerca se escuchaba el grito de auxilio de la muchacha.
Localice rápidamente a la muchacha, estaba atrapada bajo un árbol. «Como pudo gritar tan fuerte» me preguntaba internamente mientras la miraba detenidamente.

—Necesitas ayuda —dije en voz baja.

—Si... Un tipo me metió aquí —me advirtió —quiere mi sangre sácame de acá por favor.

Eso me hizo mirar hacia todos los lados, me asusté un poco porque si quiere su sangre significa que no es humano y debe estar cerca de aquí.
Me alarme un poco ya que había llegado sola con ayuda de una piedra y no tenía la fuerza suficiente para levantar a Roberta.

—No creo que tarden mucho mis amigas... No te preocupes —dije mientras esperaba.

Sentí que alguien se acercaba entonces me escondí cerca del tronco caído.
Solo esperaba que no se me escuchara la respiración ya que ese es el problema en las películas de terror.
Estaba vigilando y lo ví, era un tipo atractivo, diría que demasiado, me sentía desprotegida, al ver el tamaño.
Un poco alto pero fuerte, Rubió, era pálido, daba miedo, me quedé agachada mientras lo observaba. La escuchaba gritando llena de miedo.
«Ojala pudiera salir para ayudar la» pensaba mientras reflexionaba.

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