6. La corona de flores

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Iban cinco días de haber conocido a mis nuevas amigas, no me esperaba tantas en tan poco tiempo de llegar a esa escuela.
Estaba emocionada por lo que fuese a pasar el día de hoy, el fin de semana fue un poco diferente.
Invite a Sofía, Angélic Melisa, salome y Leidy a ver películas el fin de semana en mi casa y mi mama estaba muy emocionada porque ya había hecho amigas, mi abuela había llegado, para quedarse unos días y les dió de comer.
No había vuelto a suceder extraño después de lo de la vieja y a mí se me hacía muy raro porque después pasó lo de la criatura.
Pero sin ninguna preocupación pues llegué primero a la escuela y no había ni un alma.
Había sido la primera en llegar, literalmente abrí el lugar, eso es tan incómodo.
Es muy incómodo llegar a un lugar de primera sin que no haya nadie.

—Hola —dijeron las tres al mismo tiempo.

Llegaron todas al mismo tiempo, las tres, pero no había rastro ni de Salomé ni de Leidy.

—Hola Sofía Angélic Melisa y ¿dónde están las otras? —pregunte.

—ve no sé, demás que ahora llegan o algo así —dijo Melisa con su despreocupación normal en ella.

—Si... Hay que esperar, ¿Por qué no nos sentamos? —pregunto Sofía señalando el piso.

—Si... ¿Y seguimos pensando en el viaje? —pregunto Angélic al ver que nosotras no habíamos sacado el tema.

—Si... Es mejor mientras llegan las otras —dije tomando asiento.

Estábamos hablando con calma, todavía no sabíamos a quien decirle para que manejara el carro que tenía Salomé de los papás en la casa.
Nos miramos mientras pensábamos para poder aportar ideas.
Y saber a quién decirle, estamos callados sin ninguna proposición.
En eso llegó salome y Leidy ya que las estábamos esperando.
El lugar se estaba llenando de gente poco a poco.
Sin necesidad de estar adentro vimos problemas, una chica que estaba siendo molestada por un grupo grande de tanto chicos como chicas.
Nos preocupamos, nos dió mucha rabia ver cómo habían profesores y no hacían nada.
—¡Ayuda! ¡Auxilio! —gritaba la chica con desesperación.
Los chicos solo se reían de lo patética que se veía ella ante la situación de que nadie la ayudaba.
Se podía escuchar lo que le estaban diciendo y era cosas horribles.
Deseando los chicos que creo que se me hacía conocido parecía goes.

—ves nadie te ayuda —le afirmaba el mientras se reía.

—Te vas a arrepentir —mencionó a ella con miedo y rabia.

—Ay no se está maldiciendo —mencionó Cristina que también era un poco conocida en la escuela.

Mencionó de manera burlona ante lo que ella estaba diciendo la pobreza veía muy afectada y no hacía sino llorar.

—Haber —pronunció Carla mientras le arrebataba una diadema de flores.

—No, devuelveme eso —reclamó ella mientras la perseguía.

—para qué rara, esto ya me pertenece —decía mientras proclamaba el objeto como suyo.

—Eso es mío —agregaba la pobre chica mientras intentaba arrebatarle la diadema.

La indignación de nosotras era tanta que estábamos esperando a que hicieran algo para poder atacar también eso nos parecía injusto que actuar viendo tantos profesores por fuera no hicieran nada.
Nos dió mucho mucho miedo cuando nos dimos cuenta de que las chica estaba siendo arrastrada hasta otro lugar por todos los hombres del grupo.

—¡Ayuda! ¡Por favor! —gritaba ella ante el dolor de ser agarrada por el pelo.

Eso nos alarmó muchísimo y se activó el instinto protector en nosotras.

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