Estábamos calladas, no sabíamos que decirle a clarisa. Nos sentimos horribles en especial yo, le dije a Pamela que encendiera el auto, pero no para que la matará.
Eso había sido obra de ella pero aún así, seguía siendo su mamá.
Yo hubiera estado igual si hubieran atropellado a mi mamá de una manera tan brutal.
Ella no nos hablaba, solo escuchábamos que lloraba desconsolada por su mamá.—Clarisa —dije mientras me aclaraba la garganta —yo...
—No quiero hablar por ahora —expreso ella sin mirarme.—Wey sabemos que no es justo lo paso pero algunas no tenemos la culpa —explico kurenai.
—Es mi decisión no hablar —afirmo ella sin ningún atisbo de expresión en su rostro.
Cómo ella no quería, respetamos su decisión y la dejamos sola para que tal vez así, pudiera superar su perdida y volver a su casa tampoco era una opción, su mamá iba a estar en todas partes. Se estacionó el carro aún lado de la carretera.
—Vamos a salir ¿Quieres venir? —le pregunto Melisa.
—No... Tranquila, me voy a quedar acá —dijo mientras se secaba los ojos.
Los tenía hinchados de llorar, y era entendible, estaba de luto, no era cualquier persona era su madre, que a pesar de la tuvo por años en una silla de ruedas ella la quería.
Solo quería lo mejor para ella y creía que lo iba hacer postrándose en una silla.
Pero bueno salimos a comer, era casi un picnic a unos metros del carro.—Ojala no pase nada hoy —dijo salome.
—Si yo tampoco quiero que pase nada, ya bastante tengo con lo de la noche anterior —exclamo Pamela.
—Si eso es verdad —agrego Sofía a la conversación.
Pero como era el bosque de niebla, nada era posible, nada de lo que no queríamos que pasará.
Clarisa se había quedado en el carro y nosotras estábamos hablando y riéndonos con las cosas que hacía Mandy, bailaba muy chistoso, pero estaba feliz de estar con nosotras.
Ya nos habíamos sentado para poder comer y esperar a que tal vez solo tal vez clarisa se nos uniera.
No estábamos muy lejos del camino o del carro, nos pusimos a cantar.—Esa canción me encanta —dijo Sofía.
—¿Y si bailamos? —pregunto en forma de sugerencia Saori.
—Si... Sería buena idea —aceptamos todas.
Estábamos por fuera del mantel y nos pusimos a bailar como si no existiera un solo en lugar en la tierra para nosotras o como si no hubiera un mañana.
Obviamente sin ignorar el hecho de que clarisa la estaba pasando mal.
Pero así ella no quisiera, fuí a sacarla del carro para que estuviera con nosotras.—Clarisa... Me vale si estás enojada, te vas a parar de esa silla —dije mientras la arrastraba hasta el lugar donde estábamos nosotras.
—No quiero... Déjame —renego ella.
—Esto va sonar muy cruel pero... El muerto al oyó y el vivo al baile —le dije aún sabiendo que tal vez no me iba a hablar de por vida.
Dejo que yo la arrastrará hasta el sitio donde estábamos todas animadas.
Después de un día de recocha y alegría, ya que pudimos hacer que clarisa volviera a sonreír después de lo de su madre.
Todas se pusieron a mirar un solo lugar y yo no entendía lo que pasaba, hasta que gire mi cuerpo por completo y pude notar como alguien se acercaba con pasos firmes y agraciados.
Cuando pude ver quién era tuve una mezcla de sentimientos, desde el pánico hasta la ira y algo en mi interior me dijo «esconde te» e inmediatamente moví mis pies para alejarme de él.—Oye, podemos hablar —pronuncio el sin importarle que había público presente.
Mientras mis amigas estaban de espectadoras mi cabeza no tenía más fuerza para soportar el hecho de tenerlo otra vez al frente y volver a estrellar me con la realidad de lo que me espera en un futuro.
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Lugares Prohibidos
RandomCuando llegas a un lugar nuevo sin conocer a nadie y poco a poco vas teniendo nuevas amistades, te vas dando cuenta que en ese lugar nada es lo que parece y que tu vida se puede volver un caos en un abrir y cerrar de ojos, pero tus amigas te van aco...