Capítulo 17

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"La magia es peligrosa, pero el amor lo es todavía más."

Desperté muy temprano, necesitaba despejarme de todos esos pensamientos que no me permitían coinciliar mi pasado con mi presente, que mantenía a mis demonios en continua pelea.
Vi a Laia dormida a mi lado y, con cuidado, me escapé de sus brazos colocando una almohada a mi reemplazo, me levanté y me fui a duchar.
Me encerré en el blanco baño del motel y encontré una mochila negra en su interior. Tenía una nota.
"Roxy, lamento muchísimo todo, no haber ido esa mañana a nadar contigo. Era tu cumpleaños, pero tampoco imaginé nunca que fuese a ser el día en el que te perdería para siempre. Llevo años en el campamento, hoy es otro día más aquí y sólo hay torturas. El último día juntos te prometí algo, te prometí ayudarte, ser un superhéroe y ayudar a todo el mundo, siempre con esa supersonrisa que tú me veías, siempre con ese corazón de oro que tú llevabas y contagiabas con una mirada. Te echo mucho de menos, y me siento en deuda contigo. Desde que te has ido yo soy ese superhéroe, lo hago lo mejor que puedo. Ya tengo amigos aquí, ojalá tú también los tengas, ojalá sigas viva... El día en el que te vuelva a ver te daré esta carta y espero que estés viva y puedas leerla. Te quiero mucho Chica Maravilla. "
Estaba firmada por Hugo. Mi vista se emborronó, ¿Cómo no iba a hacerlo? Era una carta preciosa. Sólo podía pensar en él, en el pasado y en esos días juntos. Abrí la mochila y encontré un neceser, una toalla y un vestido azul precioso. Me acordé de la ropa que tenía Lucía en las manos, no había nada así. Pero... De la mochila de Laia sí que asomaba algo azul.
"Esa pequeña..." Sonreí.
Me liberé de esos trapos ya manchados y me metí en la ducha. Dejé el agua correr por mi espalda, por mi pelo...
"16 años" pensé "ya tengo 16"  "He perdido muchos años de mi vida en esos campamentos... Y hoy es mi 16 cumpleaños."
Miré hacia arriba, permitiendo al agua mojar mi rostro, tapando así las lágrimas del pasado que inhundaban en ese instante mis ojos. Me permití unos minutos antes de cerrar y salir con cuidado.
Cuando me puse a secarme el pelo vi que ya estaba seco.
"¿Cómo puede ser?"  Me pregunté, asombrada.
Me puse la ropa interior de la mochila y el vestido azul, las bailarinas blancas que se escondían en el fondo y usé la cuchilla del neceser para depilarme las piernas.
Después, lo recogí todo y salí, dejando la mochila donde la cama y guardando la nota en el interior del sujetador.
Salí de la habitación con gran silencio, igual que del edificio. Cuando me acerqué al monovolumen, escuché a alguien silbar.
- Hugo- murmuré
Él se sobresaltó y sonó el golpe bajo el coche
- ¿Qué haces ahí?- reí
- ¿Y tú? Vaya maldito susto- maldijo
- No puedo dormir más
- ¿Y eso?
- No no no, ahora te toca a tí responder. ¿Qué le pasa?
- En 6 palabras. Desprendimiento de la mangueta de admisión.
-Y eso es...
-Que tengo que cambiar una abrazadera, que la otra rompió.
-

¿Y cómo lo vas a hacer?
Hugo sale de bajo el coche, se levanta lleno de aceite y se acerca a otro coche, para meterse debajo. Sale poco después con una pieza en la mano.
- Así.
- Robando.
- No tenemos otra opción.
Vuelve a meterse bajo el coche, y haciendo uso de sus habilidades, cambia la abrazadera, dejando el monovolumen listo para su uso. Sale y se quita la camiseta mostrando sus abdominales y haciéndome apartar la mirada, además de enrojecer.
- ¿De verdad?- ríe- Puedes verme, no me voy a enfadar.
Aún con esas palabras, me negué a mirar. No hasta que se cambió y se puso otra.
Después se subió al asiento del conductor y yo al de copiloto. Los asientos estaban echados.
- ¿Me vas a contar qué te pasa?
- Leí la carta- dije para cambiar de tema.
Silencio.
- No tienes que disculparte por nada, de verdad. No tienes la culpa de nada. Me alegro mucho de que al final seas el superhéroe que tienes dentro.
- Tengo muchas de esas cartas. Cada día te escribía una. - me miró de arriba a abajo- estás preciosa chica Maravilla. Mi único consuelo en el campamento era pensar que tú podías haber escapado, que cuando saliera de allí te iba a encontrar intacta, que no ibas a morir y que íbamos a seguir luchando juntos.
- ¿Cuántas cartas?
- 547. Una por día por lo menos.
No pude evitar abrazarle.
- Gracias por no perder la esperanza- le dije, hundiendo mi rostro en su pecho.
- Nunca la perdería, tú me lo enseñaste.
- Yo la perdí hace años.
Hugo me apartó, se agachó y me enseñó una pequeña cajita.
- Feliz cumpleaños Roxy- me dijo con una sonrisa.
- Pensé que nadie se acordaría- dije sorprendida.
Cogí la caja y, al abrirla, encontré un collar precioso.

- Hace mucho tiempo, una eléctrica nos dijo que los poderes sólo son puertas abiertas a otros mundos con los que antes sólo podíamos contactar a través de los libros

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- Hace mucho tiempo, una eléctrica nos dijo que los poderes sólo son puertas abiertas a otros mundos con los que antes sólo podíamos contactar a través de los libros. - lo cogió y me lo puso con cuidado- ella hizo la esfera del centro, por eso brilla. Alimenta toda la luna. Dijo que se pondría del color de lo que más quisiésemos. Al ponerse azul la mía, pensé en ti e hice el collar.
- E-es precioso Hugo...- murmuré, asombrada, mirando el collar.
- Es tuyo, sólo tuyo. Me alegro mucho de que te guste. Feliz 16 cumpleaños.
- Gracias- sonreí.

Un Secreto PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora