Nubes de Papel

22- No importa cuántos desvíos tomemos, nuestra dirección sigue siendo la misma

By Devilrin

Capítulo 22- 不管千回百转，方向不会偏

No importa cuántos desvíos tomemos, nuestra dirección sigue siendo la misma

―Sigue siendo Navidad.―

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El viaje de vuelta al apartamento de los Jiang es extrañamente tranquilo. Jiang Cheng le había dado el número del antiguo director a Jingyi poco antes de que salieran del lugar, y su teléfono está ahora como un batería ardiendo en los bolsillos de su pantalón. Jingyi sabe que es una llamada que tiene que hacer pronto, y medita mucho la decisión mientras vuelven a subir al coche de Jiang Cheng.

Jingyi se sienta en el asiento del copiloto para ser cortés, y Jiang Cheng conduce en silencio. Es el día de Navidad, una ocasión no muy especial para los dos que han nacido y se han criado en China, pero no deja de ser extraño, piensa Jingyi, en retrospectiva. Incluso de niño, su madre se había asegurado de que creyera en Papá Noel y de que se despertara con un buen número de regalos bajo el pequeño árbol de su apartamento antes de llevarlo al banquete anual de Navidad de los Lan —al fin y al cabo, había sido lo correcto, porque Papá Noel es la parte más sagrada y emocionante del evento. Puede que China no comparta la religión de Occidente (ni mucho menos), ni lo celebre con una fiesta, pero los niños nunca tienen demasiadas excusas para recibir regalos.

Una mirada a la relación de Jiang Cheng con Jin Ling le dijo a Jingyi que, sin duda, Jiang Cheng había mantenido la misma tradición. Podía imaginarse, en su mente, a Jiujiu con un tigre de peluche en los brazos y a un diminuto Jin Ling extendiendo la mano hacia el juguete antes de que le salieran los dientes y lo babosease todo. La imagen mental le hace sonreír con cariño y se aparta para ahogarla en la palma de la mano mientras mira por la ventana.

"¿En qué estás pensando?" pregunta Jiang Cheng. Por alguna razón, a pesar de que Jiang Cheng parece un poco más rudo que Wei Wuxian, es menos intimidante. Más frío, quizás, de lo que parece Wei Wuxian—en parte porque nunca parece estar demasiado lejos de Lan Wangji, pero también porque Jiang Cheng es un poco más reservado. Si uno es reservado por la conducta imprevisible de Wei Wuxian y su comportamiento algo confusa en ocasiones, entonces Jiang Cheng es reservado hacia él mismo: no hay necesidad de que los que se cruzan con él sean más cautelosos. Así, Jiang Cheng es reservado porque no quiere abrirse, y quizá por eso deja de ser intimidante. No es menos imponente, de hecho, pero sí un poco menos... aterrador.

Jingyi se alegra sinceramente de haber podido conocer a Jiang Cheng. Y si tuviera que ser serio, absolutamente honesto consigo mismo, tal vez esté más contento de haber conocido a Jiang Cheng que a Wei Wuxian. Le gustan los dos, por supuesto, pero hay un lugar especial que Jiang Cheng ya ha ocupado en su corazón. Y con la audición para el drama ya lista, y el hecho de que va a tener que volver a casa en poco más de una semana, justo después de que termine el Año Nuevo, se da cuenta con una sensación de hundimiento de que tal vez no llegue a trabajar realmente con Jiang Cheng por un tiempo.

A menos, claro, que pase la audición para la Ópera Nacional.

"Nada", responde Jingyi, aunque sus pensamientos son todo lo contrario. Su mente vuelve a dar vueltas —realmente quiere volver a trabajar con Jiang Cheng. Y por primera vez desde su época escolar, se da cuenta de algo: ahora tiene un objetivo. Antes, había estado demasiado atrapado en su propia inferioridad frente a los amigos pródigos de Sizhui y el talento de Jin Ling como para intentar asistir a cualquier conferencia fuera de las que le obligaba el clan Lan. Más tarde, se quejaba de que ningún coreógrafo quería trabajar con él, de que todos habían renunciado a él por su falta de técnica y capacidad para hacer lo que le pedían. Ahora, no sólo ha conocido a un buen coreógrafo que ha corregido algunas de sus impresiones sobre sí mismo, sino que Jiang Cheng es capaz de sacar lo mejor de él.