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Lilianne

—¿Podrías contarme qué es lo que te sucedió, Parker? —inquirió dulcemente, la pelirroja que tenía a mi lado.
—No tengo ganas de hablar de ello —le respondí mientras sorbía de nuevo mi nariz.
—¿Fue algo con Chase?

Asentí. Ya que las palabras siempre se atascaban en mi garganta.

—¿Grave o leve?
—¿Grave? —musité dudosa.
—Oh, de acuerdo. Cuándo estés bien y decidas decírmelo, no dudes en venir a los brazos de la hermosa Rose Baxley —se aduló a sí misma, lo cual me hizo reír un poco.
—Ya veo porque Dave y tú hacen buena pareja —le dije y soltó tremenda carcajada, que de seguro, retumbó hasta en los oídos de los que estaban en la morgue.
—Sí, supongo que sí.
—¿Han visto a Jack por algún lado? —preguntó Ethan, mientras me daba una mirada de reojo, negamos con la cabeza —Ah, por cierto. Melanie quiere verte, Lil —me avisó Ethan.

Fruncí mi ceño. De acuerdo. Me separé del lado de Rose, mientras le decía que en unos momentos volvía. Caminé lejos de la recepción hasta llegar al ascensor. Pero luego me retracté, y decidí subir las escaleras.

Mala decisión.

Melanie estaba en el segundo piso, no me iba a morir de deshidratación subiendo las escaleras. Abrí la puerta que dirigía a las escaleras y comencé a subirlas. Estúpido Chase. Como te odia, y te amo al mismo tiempo.

Masoquista.

Gracias por aclararmelo, consciencia. Conté los peldaños. Uno, dos, tres... Ok, esto me aburre. Seguí subiendo los peldaños. A la única persona a la que quería contarle lo de Chase, era a Charlotte. Pero era una misión imposible, porque ella está enterrada tres metros bajo tierra. No podría escucharme. Al menos no aguantaría mis lloriqueos... ¡¿A quién engaño?! ¡Necesito a Charlotte de vuelta! ¡La necesito! ¡Necesito a mi mejor amiga como toda adolescente normal!

Tú no eres normal, Lilianne. Súperalo.

Quisiera serlo, maldita sea. ¡Lo único que quiero es que mi vida sea normal! Ya es demasiado. Comenzaron a salir lágrimas de desesperación por mis ojos. Maldición, lloraba por todo. Subí el último peldaño, y empujé la puerta, dándome paso al pasillo del segundo piso. Busqué la habitación de Melanie, entre todas las que había. Eran demasiadas, pero seguí buscando, hasta por fin encontrarla. Toqué tres veces.

—Pasa, pasa —sonrió Melanie e hizo un ademán para que me acercara a ella y lo hice. Me senté en la silla que estaba al lado de su cama —. Tengo que decirte algo. Muy importante —sus ojos se movían nerviosos a todas partes.
—Entonces dilo —la alenté para que siguiera hablando. Sus facciones se distorsionaron a unas de tristeza, dolor y odio.
—Ethan me dijo... —tragó saliva. Comenzaba a ponerme a ansiosa —Ethan me dijo qué...
—¿Qué te dijo, Melanie? —con desesperación inquirí. Clavé mis uñas en las palmas de mis manos mientras me sudaban.
—Me dijo que sabía quién asesinó a Charlotte.

La sangre me heló, mi cuerpo se paralizó y por un momento el recuerdo de la muerte de Charlotte regresaba a mi mente.

—Tengo unas ganas inmensas de ahorcarlo con mis propias manos al muy hijo de puta. No es tan bueno como él parece ser. Es un traidor, un mentiroso y un mal nacido —comenzó a escupir sus palabras llenas de odio y furia.
—Te he estado buscando por todas partes, Lily —Thomas se asomó por la puerta.
—¡TÚ, MALDITO IDIOTA! —en un movimiento rápido, Melanie se zafó de los cables y se abalanzó sobre Thomas.
—¡Melanie! —exclamé horrorizada.

El cuerpo de Thomas cayó al suelo y arriba de él estaba Melanie, la cual, se encontraba con sus manos alrededor de su cuello.

¡Haz algo, imbécil!

Triangle: The beginningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora