—Ven aquí —me ordenó Archibald. No sé porque, pero, acepté que me abrazara. Necesitaba un abrazo, definitivamente... pero tenía que arruinar el momento, necesitaba saber quién fue el que casi me secuestra.
—Archibald —dije su nombre y me volteó a ver —, ¿tú fuiste el casi me secuestra? —me separé de él para verlo directamente.
—¿C-cómo dices? —frunció el entrecejo.
—Sí no fuiste tú —dije y me volteé hacia la puerta que la perilla trataba de girar para abrirse, con temor me apegué más a Archibald —... ¿quién es la persona qué está tratando de abrir la puerta?
—Ponte detrás de mí —me ordenó firmemente y eso hice.
Estaba pegada al escritorio, así que, agarré lo que más se acercaba a un arma; unas tijeras. Las agarré con fuerza, me aferraba a ellas. Mis manos sudaban por el miedo, el suspenso de quién es él que está detrás de aquella puerta, me mataba. Poco a poco, la persona dejaba de mover la perilla y la puerta se empujó sola, el chirrido de la puerta hizo que sudara aún más.
Deje de estar tensa cuando no había nadie. Teníamos la mirada fija en aquella puerta y nada, hasta que... la puerta salió disparada aún lado de nosotros para después romperse en trozos contra la pared, y me dió un buen susto. Ahora sólo se veía el oscuro pasillo. Otra vez estábamos alarmados. Y silencio total, sólo se escuchaba el latido frenético de ambos corazones. Y esto fue lo peor, que hizo que casi estuviese blanca. Una mano con dedos largos, y unas uñas asquerosas, agarró la orilla de la puerta y poco a poco se dejaba ver. Era un cuerpo alto y lánguido se empezaba a asomar, una ropa añeja alrededor de aquel cuerpo, hasta que por fin pude ver qué era. Era un BadBlood. Su gruñido se escuchaba por toda la habitación, yo estaba atónita, era la primera vez que veía uno y daba miedo.
—¡Archibald! ¡A un lado! —exclamé y lo empujé a un lado mientras yo me aventaba al otro. Pude ver como aquel monstruo partía mi escritorio en dos con un puñetazo.
Solté un gritito. El BadBlood giró su cabeza hacia mí, y soltó una especie de gemido ya que sus ojos empezaban a arder, se los tapó y comenzó a chocar torpemente contra las cosas que se le atravesaban por el camino. ¿Por qué demonios sus ojos empezaron a arder? Archibald, desde donde estaba tirado se levantó y aprovechó para quebrarle una silla en la cabeza. Y el BadBlood reaccionó ante aquel golpe y se giró hacia Archibald. Podía ver como se encorvaba para tomar del cuello a Archibald y alzarlo por los aires. Tengo que hacer algo. Como pude me paré, corrí hacia la espalda del BadBlood y me lancé sobre él. Lo agarré por el cuello y lo comenzaba a ahorcar, él, dejó caer a Arhibald al suelo, mientras que yo, seguía ahorcándolo. Podía ver como se sacudía de un lado a otro y como su piel comenzaba a arder. Sus gemidos se hacían cada vez más fuertes. Con fuerza, le encajé las tijeras en su cuello y justo en ese momento, me dejé caer y caí dos metros. Ahora, figurativamente, estaba cayendo. El BadBlood comenzó a tambalearse y agarró las tijeras con ambas manos mientras se giraba hacia mí y habló con voz grave y estridente.
—Definitivamente, tú eres la Unión.
Dicho eso, cayó al suelo y su cuerpo se incineró por sí solo.
—¡¿Pero qué demonios fue eso?! —exclamó Archibald mientras se ponía de pie.
—Un BadBlood —le respondí con normalidad, mientras me sobaba la cabeza. Duele caer dos metros.
—¿Te encuentras bien? —Archie, se acercó a mí para ver como estaba.
—Sí —le dije —sólo, que es doloroso caer dos metros —dije y reí un poco junto a él. Se pusó de pie y me tendió una mano, gustosa la acepté.
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Triangle: The beginning
Science FictionCreemos haber pasado por todo, cuando la verdad es otra. Creemos saber muy bien lo que sucederá después, cuando en realidad no es así. Supongo que, todos hemos pasado por una mentira pequeña o una demasiado grande que no podemos hacernos "los de la...