Aún estaba recostada en el frío suelo cuando empiezo a escuchar unas voces.
-¡Ya no puedo esperar más por ese delicioso pudín de chocolate!- escuché la voz de Melissa, creo.
-Yo tampoco, el pudín de Denisse, es simplemente...-hizo una pausa Addison.- Exquisito.
Pararon de hablar cuando no me encontraron en la cama, merodearon por toda la enfermería-gigantesca enfermería- hasta que Addison me vio en el suelo.
-¿Por qué demonios estás en el suelo? Te dará un buen resfriado.-dijo.
-Es que mientras dormía, caí de la cama.-dije e hice una mueca de incomodidad por explicar mi caída.
-Ven. Es hora del almuerzo.-dijo y me extendió la mano, la cual acepté gustosa.
Al levantarme pude ver la cara de preocupación de Melissa, era algo hilarante. Ella soltó un suspiro de alivio y corrigió su compostura de angustia. Ellas empezaron a caminar agarradas del brazo como buenas amigas, al seguirlas por la espalda, doblaron en una esquina, seguimos caminando y se pudo ver un enorme pasillo con una alfombra roja en el centro de este, caminamos por ahí y me sentí demasiado importante. ¿Quién no se sentiría así al ver una alfombra roja y caminar por el centro? Ya casi al final del pasillo se pudieron ver dos enormes puertas de maderas que dirigian hacia al comedor, o eso creo.
Al entrar a aquel comedor se pudieron ver varias mesas largas y con los demás chicos ahí. Addison y Melissa entraron y se sentaron junto con ellos. Al entrar yo, todos se quedaron en silencio y se me quedaron viendo como si fuera un fénomeno.
-Hola...-dije por lo bajo.
Ellos hicieron caso omiso a mi esforzado saludo, y siguieron masticando sus comidas poniendo la atención hacia a mí, hasta que alguien se paró y ese alguien era...
Chase.
-Hola, novata.- me saludó con una mano acercándose a mí.
-Ehh... ¿Hola?-dije devolviendole el saludo.
-¿No vas a comer nada o eres de esas chicas que no comen y vomitan?-me preguntó esbozando una media sonrisa.
Vaya descaro.
-Obviamante voy a comer.-dije algo molesta por su estúpido comentario.
-Y qué esperas? Deberías hacerme caso.-dijo con tono autoritario.
-Tú no eres quien para mandarme, grandísimo idiota.-le dije un poco enojada-mucho, en realidad-detesto las personas que son así de egocéntricas.- Gracias a la teoría heliocéntrica sabemos que la Tierra gira alrededor del Sol, no alrededor de ti, pendejo.-dije y todos hicieron el Uuuuu, yo di media vuelta dejándolo con la palabra en la boca y me fui a una mesa más apartada de la de ellos.
Fui hacia con esa tal Denisse-que no sé donde mierdas está, pero bueno- visualicé una puerta que decía COCINA en letras grandes y negritas. Al abrirla, pude ver a una señora de unos cincuenta años preparándo una mezcla de color café. Me acerqué a ella y aclaré mi garganta para que me prestará atención. Cuando ella volteó pude ver que tenía un ojo de color y el otro de otro color.
-¿Tú eres la srta. Denisse?-pregunté.
-Si, ¿y tú debes ser Lilianne? Fuiste muy valiente al enfrentarte a Chase.-dijo aún preparando esa mezcla.
¡¿Lo escuchó?! ¡Que vergüenza! Escuchó el peor lado de mi vocabulario.
-Sí.-dije tímida.
-Ese muchachito, jamás entiende.-dice.- Tienen una enorme habilidad para meterse en problemas el chico.-dijo esbozando una sonrisa.- En tercer año, elevó al profesor Finnigan por los aires...-dijo pero luego se arrepintió.- No debí decir eso.-se dijo a sí misma.
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Triangle: The beginning
Science FictionCreemos haber pasado por todo, cuando la verdad es otra. Creemos saber muy bien lo que sucederá después, cuando en realidad no es así. Supongo que, todos hemos pasado por una mentira pequeña o una demasiado grande que no podemos hacernos "los de la...