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Después de cenar, subí a mi habitación con desgana. Me sentía un poco deprimida, vacía. Me coloqué mi pijama, fui hacia la cama y me acurruqué. Y pensé, en todo.

Sinceramente, extraño mucho a los chicos, extraño a Chase. Tengo unas inmensas ganas de abrazarlo, sentir su calor. Recuerdo cuando casi nos besábamos y Dave nos interrumpió. Me reí mentalmente de aquella situación. También, he pensado, que pasaría si veo el futuro, me da curiosidad; pero, por otro lado, no lo quiero saber, porque quiero que todo sea inesperado, totalmente. Si no, creo que no sería vida. Cerré los ojos para conciliar el sueño, lo cual, batallé un poco. Es más, no pude dormir ya que sentía la mirada de alguien sobre mí, me sentía...Vigilada. Me levanté sigilosa de la cama, tomé un bate de béisbol y me acerqué a la ventana con un paso cauteloso, retiré las cortinas, ya iba a dar el primer golpe pero me detuve por dos razones:

Ese alguien la detuvo con su Kinesis.

Aquella persona era Chase.

La mayor casualidad que he tenido en toda mi corta vida.

—¿Chase? —Bajé el bate de béisbol y me lancé sobre él para abrazarlo —Estas aquí, no lo puedo creer —susurré cerca de su oído.

Él me devolvió el abrazo de la misma manera que yo, nos quedamos así por minutos. Aspiré su colonia, la cual, olía deliciosa.

—¿Qué haces aquí? —pregunté en cuanto me separé de él.

—No tengo mucho tiempo, Lily —me dijo de inmediato —. ¿Viste a dos hombres en tu sueño?

Asentí, extrañada porque adivinó.

—Pues aquellos dos hombres, digamos, que es tu subconsciente y otro subconsciente de otra persona. El subconsciente de la otra persona esta controlando tu subconsciente, y el subconsciente de la otra persona es de... —se calló.

—¿De quién es, Chase?

—De tu padre. Y ya estamos dudando si él, verdaderamente, está de nuestro lado.

—¡¿Cómo no va a estarlo?! —exclamé molesta por aquella estúpida creencia de parte de Chase — ¡Si a ustedes los ha apoyado en todo! Es algo imposible, porque no sería capaz de ello y...

Me interrumpieron los labios de Chase sobre los míos. Por fin, puedo sentirlos. Gocé de aquel beso, ya que, nos separamos por la falta de aire.

—Por fin, pude besarte —me dijo aliviado, tragó saliva y volvió a hablar y se volvió nuevamente, serio —. Lily, tu padre, se desapareció del cuartel y nos dejó solos, siempre lo ha hecho, nos enseñamos por nuestra cuenta.

—Pero... ¿por qué haría eso?

—No lo sé —suspiró con pesadumbre —El punto es, que debemos sacar el subconsciente de tu padre de tu cabeza.

—¿Y cuándo será eso? —volví a preguntarle.

—Por el momento...tampoco sé.

—¿Algo que sí sepas? —Me crucé de brazos molesta.

Y negó con la cabeza. Nos quedamos en silencio unos minutos, podía sentir como se acercaba, yo había cerrado mis ojos, pero, en vez de sentir sus labios sobre los míos, me plantó un beso en la coronilla.

—Adiós, Lilianne.

—Adiós, Chase.

Se separó de mí, abrió la ventana de mi habitación y desapareció. Me dejó mucho en que pensar. Volví a mi cama frustrada, y esta vez, dormí de una manera muy incómoda.

Triangle: The beginningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora