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Al final, de despedirme, por una parte me sentí mal porque, probablemente, jamás los volvería ver a aquellos chicos, en especial Chase. Pero por otro lado, estoy feliz, porque por fin podré estar en casa, podré ver a las chicas y eso es algo genial. Pero lo peor de todo, es que, tendré que mentirles.

(***)

Al llegar a casa, Patricia me saludó con alegría.

-Hola, Patricia.-la saludé de igual manera.- ¿Mi madre ya está en casa?

-Sí, señorita Parker...-iba a seguir hablando pero la interrumpí.

-Lilianne, digame, Lilianne, Patricia.

Miró sus pies avergonzada para después seguir hablando-Bueno, Lilianne, su madre ya está en casa, pero por el momento fue al supermercado, para comprar los ingredientes para su pie de manzana.

-Ah.-fue lo único que dije.

Subí rápidamente, las escaleras hacia mi habitación y estaba...

Cerrada con llave.

- ¡Patricia!-exclamé pero vino una respuesta.- ¡Patricia!

Fruncí el ceño y fui a asomarme para ver si se encontraba, pero, ya no estaba, parece que se fue, y ella tenía las llaves. Extraño. Es realmente extraño que cerrarán mi habitación con llave, traté de empujarla pero era inútil. Así que lo hice por las malas. Pateé la puerta, pero no se abrió, lo hice un poco más fuerte y se abrió de golpe.

-Oh mi Dios.-susurré.

Mi habitación, fue ¡hallanada! Parece como si un tornado hubiese pasado por aquí, el contenido de todas mis gavetas estaban esparcidas por el suelo, junto con mis accesorios para el pelo. El colchón de mi cama, estaba en el suelo junto con las cobijas. Las cortinas rotas, y, esto da miedo. Me giré hacia la dirección de las escaleras, pero sentí pisar algo, levanté mi pie y pude ver una especie de collar, con una especie de dije. Otro collar, genial. Lo tomé y pude darme cuenta que tenía algo escrito.

Sarabeth Smith 1514.

Lo giré al otro lado y también tenía algo escrito.

De Arcturus, quien te ama.

Wow. Qué tiempos, ¿quiénes serán Sarabeth y Arcturus? El dije tenía un broche o algo por el estilo, lo abrí, y en la parte izquierda venía una foto de una joven hermosa, era rubia, con las mejillas sonrosadas, pecas y con una pequeña sonrisa. Y en la parte derecha, era como un papelito doblado, lo saqué del dije y tenía escrito.

Sara, ¿te casarías conmigo?

Escrito con una gran calígrafía y un poco manchado por algo naranja y rojizo, al igual que la foto de Sarabeth. Volví a doblar aquel papel, y ponerlo en su lugar, cerré el dije y decidí colocarme el collar.

- ¡Cariño, ya llegué!-se escuchó la voz de mi madre desde la primera planta.

- ¿Mamá?-pregunté incrédula, por fin la vería después de dos largos meses, bajé rápidamente las escaleras y corrí hacia ella.- ¡Mamá!-me avalancé sobre ella haciendo que se tambaleara un poco, la abracé fuertemente, y ella hizo lo mismo.

- ¡Me alegra verte!-dije eufórica.

Mi madre, era una mujer, muy bella, era rubia, con el cabello hasta debajo de la barbilla, sus ojos eran de un color verde, su nariz un poco respingada, y su hermosa figura que se veía entallada gracias a aquel vestido.

Hasta que recordé mi habitación.

- ¿Mamá?

- ¿Sí?-me dijo mientras sacaba los ingredientes.

Triangle: The beginningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora