MI DROGA.

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Capítulo 12.

 — ¿A qué te refieres?— preguntó algo incomodo. 

Sabía que no debía haberle preguntado eso.

—Ah... A nada, solo, solo fue una pregunta.— contesté rápidamente con nerviosismo y evitando su mirada.

Sus dedos sostuvieron firme pero delicado mi barbilla, obligándome a mirarlo a la cara. Quería que la tierra me tragara.

—No sé lo que somos...— dijo mirándome serio. —Pero sé lo que eres para mi, eres mi maldita droga, cada vez que obtengo algo de ti necesito mas, nunca es suficiente y no se como pararlo.— abrí mi boca para decir algo pero no me dejó hacerlo.

Juntó sus labios con los míos saboreando tranquilamente, tomándose su tiempo, mordió despacio mi labio inferior y se separó solo unos milímetros para volver a hablar.

—¿Y sabes qué? No quiero pararlo.— susurró cerca de mis labios, su aliento haciéndome cosquillas.

Profundizó el beso y miles de mariposas revolotearon en mi estomago, por un segundo todo a nuestro alrededor desapareció, solo eramos él y yo.

—No sabes las cosas que te haría si no estuvieras lastimada.— susurró provocativo y mordió de nuevo mis labios.

Con sus manos recorrió mis piernas desnudas y un escalofrió en mi cuerpo chocó con la sensación cálida que me daba con su tacto. Subió lentamente la camiseta que llevaba puesta encima de la falda y el top, subió mi falda lo necesario acariciando cuidadosamente la parte interna de mis muslos, subiendo poco a poco a mi entrepierna y yo no lo detuve, separó solo un poco mis piernas y paso sus dedos por encima de la tela que cubría mi parte intima, acaricio delicadamente llevándose un suspiro de mi parte. Hábilmente hizo a un lado la tela y acaricio directamente, apreté mis manos en sus hombros y mi respiración comenzó a agitarse, se sentía bien, un cosquilleo se formaba en esa parte, el calor estaba subiendo intentando sofocarme. Cerré mis ojos y subí mis manos a su cabello y lo halé un poco sin lastimarlo, el gruñó en aprobación y dejó besos húmedos en mi barbilla, sus caricias se hacían mas rápidas y los jadeos de mi parte se escuchaban mas fuerte. 

Tensé mi cuerpo. Harry con su mano libre acariciaba mi pierna, mordía mi cuello dejando marcas en mi piel, se estaba sintiendo demasiado bien, mi cabeza colgaba hacia atrás para darle acceso a mi cuello y mi barbilla.

—Te haré sentir bien.— susurró con voz ronca sobre mi piel, su aliento me hacia cosquillas.

Separó un poco mas mis piernas e introdujo un dedo en mi interior llevándome casi al limite. Mordí fuerte mi labio hasta partirlo un poco y probar la sangre, entraba y salia de mi lento, sus caricias seguían en mi parte sensible, estaba llevándome al mismísimo cielo. De pronto aumentó la velocidad de sus caricias y sus envestidas, sentí una nube nublar mi mente, mi cabeza iba a explotar inundada en placer, estiré su cabello sintiendo su suavidad y un fuerte gemido se escapó sin que pudiera detenerlo. No podía pensar con claridad, todo lo que quería era esto, que no parar nunca. 

Mis ojos cerrados y mis dedos enredándose en su cabello era todo lo que quería, la idea de que alguien pudiera entrar y encontrarnos así pasó a segundo plano, eso ya no me importaba. Un calor intenso recorrió la parte baja de mi vientre y supe que estaba por llegar, intente moverme pero Harry estiró de mi piernas para que quedara un poco mas cerca de él y así tuviera más acceso a mi.

—¿Estas a punto bebe?— preguntó con voz ronca.

Asentí sabiendo que no podría hablar en ese momento, lo vi sonreír maliciosamente cuando abrí mis ojos un segundo. La velocidad de sus dedos en mi aumentó y el cosquilleo se hizo mas fuerte, me miraba atento y lo único que necesitaba en ese momento era pedirle mas, pero no caería tan bajo como para rogarle. 

The Devil is Beautiful |H.S - A.U.| (+18) -Corrigiendo-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora