The Devil is Beautiful |H.S - A.U.| (+18) -Corrigiendo-

INTRUSO.

Capítulo 40.

Dejamos el caos detrás mientras nos acercábamos al auto. El alcohol aun controlaba parte de mi cuerpo y coherencia. Sentí un mareo pero se apagó en cuanto entre al auto y recargue mi cabeza.

— ¿Eso eran tus "negocios pendientes"? — le pregunté.

— Sí. — dice y me regala una sonrisa. Hay sangre manchando su rostro. La misma sangre que había salpicado la chica a la cual maté. — Eso era lo que tenía pendiente. —enciende el auto y lo pone en marcha.

— ¿Te puedo preguntar algo? — digo algo nerviosa.

— Claro. —me mira un segundo con el ceño fruncido.

— ¿Por qué le disparaste tantas veces? Ya estaba muerto. — formulé mi pregunta mientras lo miraba nerviosa.

El hombre murió con el primer impacto de bala que Harry le propinó. Pareciera como si Harry se estuviera desquitando de algo, o descargando ira al dispararle tantas veces. Sus dedos se apretaron en el volante y por consiguiente sus nudillos se volvieron blanquecinos. Apretó sus dientes mostrando la fuerza en su mandíbula, haciéndolo ver peligroso. Sus hombros se elevaron cuando tomó una respiración profunda y bajaron cuando exhaló el aire en sus pulmones.

— Tenía problemas con él. — respondió tajante.

No hablé más, él debía tener sus razones.

***

No parece que Harry este de buen humor. Esta mañana desperté escuchándolo en una calurosa discusión por teléfono. Estaba parado al pie de la cama, parecía acabar de despertar. Lanzaba groserías y maldecía todo, su tono de voz era elevado, ¿cómo no iba a despertarme?

Entre lo que escuche, había una clase de intruso, y eso simplemente no era de su agrado. Hablaba de lo que haría con el cuándo lo tuviera en sus manos. Nada lindo de escuchar debo admitir. Cuando la llamada finalizó se rascó la nuca con frustración y soltó un gruñido. Me acerque a él de rodillas en la cama y le pregunte si estaba bien, a lo que solo me respondió con un —No, pero lo estaré. — después de eso se fue.

Han pasado al menos tres horas. Me di una ducha y la mujer de la cocina me trajo un rico almuerzo junto a una pastilla que le pedí para el dolor de cabeza que tenía. No sé cuánto bebí anoche, pero algunas cosas estaban borrosas y me confundían, como por ejemplo la salpicadura de sangre en mi vestido, y unas pequeñas gotas de sangre seca en mi rostro cuando me mire al espejo esta mañana. Todo estaba borroso, sin embargo, la sangre no era mía y no sabía si estar tranquila o ponerme paranoica.

Me encontraba metida bajo las cobijas, mirando algo de televisión. Eran mis únicos planes de domingo. Nada en la tele llamaba realmente mi atención, algo típico en un día como hoy. La puerta del dormitorio se abrió y Harry entró por esta.

— Ven, bebe. Te voy a enseñar como tratamos a los invitados no deseados. — dijo y una sonrisa macabra se extendía en su rostro.

Achine mis ojos con duda, pero supuse que hablaba del chico que, aparentemente era "el intruso" Perezosamente me levanté de mi cómoda posición y lo seguí por el pasillo y las escaleras. Ver que íbamos hacia el sótano no fue mi parte favorita, aun así no dije nada. Pude ver que estaban todos ahí, Niall, Louis, Liam y hasta Zayn, además de algunos dos chicos que yo no conocía o quizá no recordaba haber visto antes. Al estar más cerca de ellos pude apreciar como un chico estaba encapuchado, sentado en una incómoda silla con cuerdas sujetándolo. Algo de sangre manchaba su ropa y no era algo nuevo para mí. Una capucha negra cubría su cabeza así que me era completamente imposible identificarlo o describirlo correctamente.