La venganza más dulce

Capítulo 6: Una dama sabe negociar

Capítulo 6: Una dama sabe negociar

Una maraña de cabello azul estaba cubierta de barro y ramitas sueltas. El pequeño Yuse Wendsor, de solo siete años, poderos protector del imperio y espada del rey, un caballero de implacable y justo, hombre de la ley, fiel a los valores de su casa, leal a su familia, hijo prodigo. Míralo, cayéndose de su caballo en medio del bosque, un brazo roto y una escena patética. Llorando y gritando por ayuda, completamente solo en las profundidades de las oscuras fauces del bosque.

"Esto es lo que pasa cuando desobedeces a los adultos y te escapas sin decirle a nadie, Jesilet. Es por eso que no debemos alejarnos y siempre debes ser una buena niña, ¿Si?" le dije a la niña que me asintió suavemente, más interesada en el niño que en escucharme. Eso me irrito un poco, yo debería ser su centro de atención en todo tipo de situación, inclusive si el cielo se cae y la tierra se abre para tragarnos a todos, ella solo debería mirarme a mí.

Trabajaría en eso, después.

Puse mi mano en el cuello de Jesilet, mi calor reconfortándola del frio. Ella se inclinó más cerca y yo sonreí. Una pequeña manta la alejaba de la suciedad del suelo para que se pudiera sentar sin problemas, ese vestido era demasiado encantador para permitirle las manchas.

"¿Por qué no podemos ayudarlo?"

"Porque le dará carácter" dijo con demasiado descaro.

"¿Cómo le dará carácter tener un brazo roto y estar perdido en el bosque?"

"De la misma manera que sirvió como una lección visual para ti verlo, para que no imites sus acciones y termines en su misma posición, también le servirá a él para el futuro, puede que incluso ayude a otros niños y los guie para que no sigan sus pasos. ¿Todos ganamos, no?"

"¿Tú que ganas?" chica astuta.

Sonreí rodeándola con mis brazos, ella se acercó más, una respiración constante, sin miedo o repudio.

Cuando no respondí, ella lo hizo por mi "Te divierte" no una pregunta, un hecho.

"Si, me divierte. Es exquisito presenciar estos momentos de extrema debilidad, tan vulnerables y patéticos. ¿Crees que lo compartan fácilmente con alguien? Que hablen de la vez que fueron golpeados por robar un saco de monedas, terminando arrastrándose en un sucio callejón. O de la vez que su ego los cegó y se escaparon sin supervisión a la pare más oscura del bosque, de cómo el caballo los tiro al duro suelo de tierra y piedras, un brazo roto y muchas lágrimas y mocos, estar por horas solo, asustado. ¿Crees que lo hablen?"

Jesilet frunció el ceño "Estarían avergonzados"

"Si, su vergüenza se traduce a orgullo, y por lo tanto el orgullo les impediría hablar de eso. Es malo guardar por orgullo, al menos en cierta medida. La vergüenza y el orgullo nos hacen irracionales, por lo tanto cometemos errores, errores costosos. Para ocultarse el orgullo usa la ira, su más fiel aliado" hable con un tono sedoso, tan amable como una maestra atenta, palabras sabias, no destinadas a regañar, sino a enseñar "Se necesita un ser muy especial para atravesar las barreras de la ira. Un ser tan brillante como el sol, radiante, tan fuerte e insistente, que te consuele cada vez que te queme"

Los ojos de la niña reflejaron la luz. El marrón se tornó ligeramente más claro, nada se ocultaba en sus profundidades. Una niña pura, con el tiempo debería nacer algunas sombras que nadasen en el misterio de sus aguas.

Yuse sollozo, llamaba por su padre.

Jesilet solo me vio a mí, sin parpadear. Era perfecta mi niña.