Capítulo 5: Abraza al monstruo
Paso un tiempo para Dionio se pudiese levantar. Había sangre cayendo por su boca y tenía la cara tan hinchada como un pez globo, la forma en la que caminaba favoreciendo su lado izquierdo y los pequeños quejidos que soltaba mientras sostenía su costado eran una buena señal de costillas rotas, mínimo agrietadas.
El niño aguanto las lágrimas mientras levantaba la cabeza bien en alto, su orgullo magullado pero no permitiría que se rompiera. Tenía que reconocer que era fuerte, un digno heredero de la magia del más alto nivel y sus secretos.
Moví mi mano y una ráfaga de viento tiro al niño de cabeza al frio y sucio suelo.
Sonreí cuando el niño chillo adolorido, impotente.
"¿Tú hiciste eso?" pregunto Jesilet con una mirada preocupada.
"Si, ¿Quieres que lo vuelva a hacer?" antes de que respondiese ya lo estaba haciendo. Dionio intento levantarse a cuatro patas, solo para que su mano resbalara por un repentino charco de agua que no estaba ahí. Su hombro recibió el golpe, un grito escalo por las paredes del callejón, Dionio sufría y estaba solo, sin nadie para consolarlo.
Debía sentirse tan patético...
"¡Basta, por favor!" Jesilet me abrazo, sus bracitos rodeando los míos como si eso evitase que pudiese seguir usando mi magia. Suspire, puede que sea suficiente diversión por ahora. De todos modos molestar a un patético niño no es algo que me fascinara tanto, mucho menos si desconocía que yo era la causa de su tormento.
"Está bien... Perdón si te estoy asustando"
"¡No me asustas! ¡Solo no me gusta!" su boca estaba en mi cuello, por lo que su voz estaba amortiguada. Era adorable, no pude evitar acariciar su cabello.
"¿No te asusto? ¿Incluso si en el futuro hago cosas peores?"
"¿Por qué harías cosas peores?" al fin se separó de mi lo suficiente como para que pudiéramos mirarnos de frente. Sus mejillas estaban rojas por el frio de la noche. Tenía que calentarla y llevarla al marquesado pronto.
"Porque no soy una muy buena persona" sus ojos se abrieron como si de verdad no lo pudiera creer. Había sido la persona más amable y comprensiva con Jesilet, para ella yo debía ser un ángel.
"¿No le eres?"
"No, pero siempre lo seré contigo. Seré muy, muy buena contigo. Eres mi persona favorita y mi tesoro, quiero tratarte como te mereces"
"¿Por qué solo conmigo?"
"Porque solo tú me agradas"
"¿Y tu padre?"
"La verdad no me gusta"
"¿Y Dolla y Helga?"
"Solo soy educada con ellas. Si por mí fuera, solo seriamos tú y yo en un lugar aislado y bonito. ¿Eso te asusta?" estaba siendo muy atrevida aquí, confesando mis afectos retorcidos de una manera tan desvergonzada, pero no pude evitar querer saber cómo respondería Jesilet a estos, si escucharía a sus instintos y huiría, o caería en la dulce trampa.
"Yo..." Jesilet desvió la mirada, pude sentir sus latidos acelerarse, pero no parecían ser de huida "¿De qué tendría miedo? Estaríamos en un lugar bonito, ¿Quizás en el bosque?" asentí con una sonrisa. Jesilet pareció emocionarse "¿Y podremos jugar en el bosque? ¿Comer lo que queramos y dormir hasta tarde?" le di el pulgar arriba "¿Entonces podemos irnos ahora? ¡Será muy divertido!"

ESTÁS LEYENDO
La venganza más dulce
Diversos[Historia finalizada] Ardelia Mappther es la persona mas horrible que te puedas imaginar. Una hedonista cruel y que solo vive para su propio placer, capaz de manipular, torturar y asesinar con tal de divertirse. Una terrible villana en una historia...