Capítulo 1: Regresando al inicio.
Abrí los ojos. Todo a mí alrededor estaba borroso y sentía el cuerpo tan pesado como cientos de rocas. Por unos segundos no sabía quién era o en donde estaba, no sabía nada, luego toda una carga de información se estrelló sobre mi cabeza y un grito de dolor me entumeció.
Sentía que regresaba de los brazos de la muerte y era muy doloroso.
Mi alma protesto y mi cuerpo intento rechazarme, pero era mío, lo quería y lo obtendría. Pude sentir como un segundo ser quería tomar mi cuerpo, quería entrar sin ser invitado. Sonreí y me burle de sus esfuerzos. ¿A caso se creía con derecho de tomar lo que no le pertenece?
Me concentré en mi invitado y lo desgarre.
Un grito doloroso y al fin mi cuerpo me acepto. Solté un gemido victorioso y me levante renovada. A pesar de que estaba bastante segura de que me acababan de decapitar y debería estar muerta, eso no evito que saliera de la cama en la que estaba y probara mi entorno. Parpadee bastante sorprendida.
Era mi habitación, o mejor dicho, era mi habitación de cuando era niña.
La decoración más suave y los juguetes y dibujos en las paredes me desconcertaron un momento.
En un análisis más detallado pude notar que era la imagen que recordaba de mi habitación cuando tenía cinco años. Siempre he tenido una gran memoria y no dudaba de ella a la hora de ser mi apoyo. Solía tener, a pesar de las grandes cantidades, una habitación muy ordenada, sistematizada. Sabia en donde estaba cada cosa y si la tomaba la de dejaba de nuevo en el mismo lugar. Tenía veintisiete muñecas, doce bailarinas, tres caballos de madera, treinta peluches, cuarenta variaciones de barcos, dos casas de muñecas, un juego de té de plata y oro, y una pequeña colección de ciento dieciocho figuritas de animales hechas de cristal mágico. Las paredes tenían siete cuadros de paisajes hechos por mí, en los estantes había exactamente trescientos dos libros que iban desde criaturas semi-humanas hasta magia básica.
Si, definitivamente estaba todo tal y como era cuando tenía cinco años.
Una confirmación extra llego en cuanto vi mi reflejo en el espejo. Una niña de mejillas rojizas, unas pupilas grisáceas y un cabello tan blanco como la nieve. Mis extremidades eran cortas y la carne suave y regordeta, saludable. Estatura de cuarenta y dos pulgadas.
Oh, sí, tenía cinco años.
Ahora la pregunta ganadora era ¿por qué tenía cinco años y estaba en mi habitación y no partida en dos en medio de una multitud enardecida?
La respuesta más obvia podía ser que este fuera mi infierno personal y de alguna manera seria torturada con una especie de mensaje poético o irónico que me mantendría sufriendo por la eternidad, arrepintiéndome por mis pecados.
La verdad es que tenía curiosidad por esa posibilidad. Esperaría y miraría para después actuar.
Me tome la libertad de mirar un poco más mi pequeño cuerpo. Jugué con mis expresiones y estire la piel flexible. Ser niña otra vez era la cosa más inesperada que jamás hubiera podido imaginar. Seguí un rato más hasta que me aburrí y decidí regresar a la cama en cuanto escuche pasos en el pasillo. Por si acaso tome una de mis primeras dagas y la guarde debajo de mis almohadas. Lo ideal sería no usarla y obtener información, pero nunca estaba de más un seguro.
Espere pacientemente en la comodidad de mis sabanas. Los pasos, que pude notar que provenían de más de una persona, se detuvieron solo un segundo en la puerta, el tiempo ridículamente corto que le tomo al intruso irrumpir como un vendaval en mi habitación y pisotear ruidosamente los suelos de madera.
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La venganza más dulce
Aléatoire[Historia finalizada] Ardelia Mappther es la persona mas horrible que te puedas imaginar. Una hedonista cruel y que solo vive para su propio placer, capaz de manipular, torturar y asesinar con tal de divertirse. Una terrible villana en una historia...