Capítulo 11: Placer carnal.

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¡Advertencia de capitulo!

Material sexual grafico.

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Capítulo 11: Placer carnal.




Jesilet junto sus labios con rabia, decidida a probarse ante Ardelia.

Fue desordenado, labios y dientes chocando con demasiada lasciva. Su mano derecha se deslizo por el brazo del Ardelia, viajando por su cuello hasta la base de su cabello, ahí apretó, provocando un suave gemido en Ardelia. Jesilet lo trago, tomaría todo lo que podía obtener de ella. Su brazo libre fue a sus caderas, juntándolas pecho con pecho al ras. La cercanía envió un cosquilleo de excitación a todos los lugares correctos.

Jesilet nunca había besado a nadie en su vida, no es que hubiese tenido muchas oportunidades, pero este beso, este beso desordenado, duro y ardiente, estaba segura de que nunca experimentaría algo tan increíble en su vida.

El universo demostró que estaba equivocada cuando sintió las manos de Ardelia engancharse en su cuello, enjaulándolas aún más cerca. Luego abrió su boca para Jesilet, ¿y cómo podía negar tal invitación? Primero beso el labio inferior, chupándolo como lo haría con un brote de fruta dulce. Era algo tan suave, tan carnal. Ardelia la encontró a mitad de camino, como quien atrae a su amante a un baile. Amante, le gustaba como sonaba eso...

Dejo escapar suaves suspiros mientras se besaban, seguía siendo un beso desenfrenado, explorándose la una a la otra como si su tiempo fuese contado antes de tener que terminar, y quizás así era y por eso Jesilet estaba tan loca por esos labios, esa piel, ese calor. Estaba hambrienta, un hambre que nunca supo que podía poseer.

Eventualmente tuvieron que separarse para respirar, aunque se negaban a soltar un solo centímetro lejos de la otra. La sensación del cuerpo de Ardelia contra el suyo era un consuelo a su cuerpo vibrante.

"Mierda" dijo Jesilet entre bocanadas cortas de aire. Ardelia sonrió con picardía.

"Esa boca..."

"Cállate" Jesilet gimió, sus ojos oscuros como nunca Ardelia pensó verlos jamás, consumidos en el deseo apenas contenido "Solo... Solo dime que esto está bien. Que podemos continuar... Así sea solo un poco más"

La opresión en esas palabras ablandaron algo en Ardelia. Su pequeña tenía miedo, la había besado y Ardelia le correspondió, si, ¿pero eso realmente cambiaria algo entre ellas? ¿Entre Ardelia y su compromiso con el príncipe? ¿O una vez regresaran al gran salón del baile, sería como si nunca hubiese sucedido? Un momento de holgura y deseo juvenil, nada realmente serio. A Jesilet le aterraba, pero no tenía ni poder ni palabra sobre ello, solo podía tomar con uñas y dientes lo que sea que Ardelia esté dispuesta a darle.

Era tan difícil, estuvo tan acostumbrada a recibir tanto, hasta el punto de ahogarla en un mar de calidez y amor adorador, pero ahora esto, este deseo lujurioso, romántico... se enfrentaba a una sequía en la que tenía que conformare con barro y arena. Rezaba en silencio, con los dientes apretados, por la caída de la tormenta.

Jesilet trago fuerte cuando Ardelia no dijo nada por tanto tiempo.

Por supuesto, por supuesto...

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