Capítulo 13: Despertar y llorar.
La emoción que sentía fue como si las llamas se encendieran en mi caja torácica, hirviendo la sangre, el rencor vicioso, abrasando los huesos, contaminando el oxígeno allí dentro, llenándolo todo de humo espeso, un miasma retorcido, una renovación maldita. Oh, era reconocer que mi enemigo estaba ahí de nuevo, y ahora podía jugar.
El príncipe se retorció en su propia piel habiéndose visto expuesto. Su autocontrol le dictaba que debía controlar la situación, no debía verse afectado ahora, no sin primero efectuar sus planes, obtener información, sopesar sus preguntas. Ya no era un niño, y la persona frente a él era un peligro para todos. No pude resistirme al tierno deseo de atravesarlo.
"Dime, príncipe, ¿Te gusto la imagen que recibiste de tu madre? ¿Lo que tu reino hizo para castigar a los indignos que le arrebataron la vida? Los que te la arrebataron..." el príncipe no soporto la incitación, su mirada brillando de rabia y lágrimas amenazantes.
"¡Maldita zorra!" su mano agarro con decisión su espada, lanzándola hacia la tierna carne de mi cuello. El metal solo alcanzo unos pocos centímetros de la línea en donde se conectaba con los hombros cuando de repente el metal ardió al rojo vivo, no, un poco más. El príncipe soltó la empuñadura cuando el calor fue tal que atravesó el recubrimiento de cuero y tela dorada, quemando la piel de sus dedos y mordiendo la carne.
El príncipe grito.
"¡Tlheos!" Wendsor alejo al príncipe por los hombros para alejarlo de trozo de metal que ahora se consumía sobre el suelo de mármol, marcando su forma en la piedra y desintegrándose poco a poco. El caballero rojizo sostuvo al príncipe mientras este aun intentaba procesar su rabia junto al shock de ser traicionado por su propia arma. Con cautela poso su mano sobre su espada, atento a cualquier tipo de magia.
Negué con una sonrisa sabia, chasqueando la lengua como una madre a sus hijos traviesos "No olvide quién soy, valiente caballero. Recuerdo perfectamente que la última vez necesitaron ser más de dos para aplastar mi cabeza contra el suelo" aun podía recordarlo, la tierra arrasada, los pilares del palacio destruidos por el impacto de sus cuerpos contra ellas, cortinas, alfombras y emblemas devoradas por las llamas, tantos cuerpos, tanta sangre. Yo, atrapada con la mandíbula contra el suelo, los héroes sometiendo mis extremidades con cada uno de sus elementos, y ella, de hermosos cabellos dorados y mirada justiciera, aplastando su cuerpo con mis piernas, y con su mano dominante una aguja de magia directamente clavada en su columna, un movimiento, y estaría paralizada por un dolor de pesadilla.
El recuerdo del cuerpo de Jesilet, la bruja santa, presionando sus firmes muslos contra mi espalda baja, con todo su incontenible poder presionado en un arma mortal contra mi columna, tan, tan fácil de destruir, se entremezclaba con los sonidos de nuestra recamara privada. El príncipe ya no estaba ahí, tampoco el caballero y el mago, solo nosotras dos, mi vida atada con una cadena a sus manos.
Solo pensarlo dejo fluir un estremecimiento increíble.
La idea era más apetecible ahora de lo que fue en ese entonces.
Tlheos clavo sus ojos en mí, disgustado con compartir el mismo espacio. De no haberse perdido tanto en su rabia como para cegarse al atacar sin esperar que lo evitara, perdido como el niño necio que seguía siendo, quizás al hervir su espada hubiese soportado mucho más el dolor, sujetar un momento más a pesar de perder parte de la carne de su mano, y de verdad mi vida habría estado en peligro. Pero conocía a mi lindo chico, más de lo que él aceptaría jamás.
ESTÁS LEYENDO
La venganza más dulce
Random[Historia finalizada] Ardelia Mappther es la persona mas horrible que te puedas imaginar. Una hedonista cruel y que solo vive para su propio placer, capaz de manipular, torturar y asesinar con tal de divertirse. Una terrible villana en una historia...