Otra vez tú [Calle y Poché]

Decirte que sí

Decirte que sí ha sido la cosa más difícil y más fácil que he tenido que expresarte. No ha sido difícil decirte te quiero ni te amo, eso me ha salido del alma, sino que ha sido decirte que sí. Siempre he estado convencida de que te amo y que eres el amor de mi vida, pero el matrimonio para mí era miedo, caos, y sufrimiento porque así lo viví toda mi vida. Pero decirte que SÍ me ha hecho comprabar que NO, que a tu lado sería tranquilidad, claridad y deleite. Porque no me imagino casada con nadie más que no seas tú.

- María José

Poché's POV

Después de la propuesta de matrimonio que Daniela había organizado para mí, había decidido escribirle aquella cartita que había nacido de mi corazón y que sabía que ella apreciaría como un tesoro, Dani era de esas niñas que solía guardar las envolturas de los chocolates que le regalaba, así que tenía sentido que esa carta la guardara igual.

Finalmente luego de varios meses, el trabajo que tanto había anhelado había llegado a mí, y se lo debía al apoyo de tantas personas allegadas a mí, a Daniela por apoyarme a seguir intentándolo, a mi hermanita por estar aguantando ayudándome con las presentaciones en el Canva, con Juan por traerme comida cuando tenía que estudiar para exámenes, con mis amigas por traerme alcohol cuando aprobaba materias y conmigo misma por haber triunfado y concluir mis estudios luego de todo.

Durante el tiempo que Daniela había estado lejos, yo me había dedicado esos años a estudiar en la Universidad una Licenciatura en Derecho Penal pero me había quedado a más de la mitad de ésta porque había decidido dejarla para estudiar en una academia de baile, precisamente porque con el baile me sentía cerca de mí yo que era en el pasado, junto a mi ex.

Pensaba que si volvía a bailar, las cosas cambiarían y volvería a ser feliz, pero no, yo extrañaba las prácticas en los juzgados y estar recopilando la información necesaria en un caso para ayudar a personas inocentes a comprobar que no habían cometido algún delito. Eso era lo que me hacía feliz, así que luego de juntar en dinero suficiente para volver a la Universidad, lo había hecho y mi novia, amigos y mi hermanita habían sido un gran apoyo.

Fueron dos semestres, fue todo un año en el que mi novia me esperó, en el que todo dio un cambio fuertísimo. Lucía y Matu habían comenzado una relación, Kim había anunciado la llegada de dos bebés, Juan y Cristóbal continuaron de viaje, Valentina siguió saliendo con el chico con el que la había encontrado alguna vez, Mafe había decidido volver a vivir en Bogotá cerca de su hija y mi papá... lo de mi papá era complicado.

Tras haber hecho oficial el compromiso, yo ya me sentía casada con Daniela, éramos ya un matrimonio sin tener un papel ni haber hecho una fiesta. Un matrimonio con una hija adolescente que era mi hermana menor, quien luego de haber vivido con mi tía Olivia durante meses había vuelto a la casa porque ambas nos extrañábamos mucho. Ella regresaría luego de la boda a casa de la tía, mientras tanto ella viviría con Daniela y conmigo, pero Vale seguía siendo una adolescente que de repente tenía unos arranques que me sobrepasaban.

Aquella noche terminamos de cenar, el novio de Valentina recién se había marchado y Daniela y yo habíamos preparado la cena para las tres, en cuanto Valentina decidió hablar.

- He estado pensando que quiero ir a ver a papá a prisión. - abrí los ojos sorprendida, y la noticia también tomó a mi prometida por sorpresa, ninguna de las dos lo esperaba. No sabía qué era lo que sentía después de aquello, no era felicidad, ni gusto, pero tampoco era tristeza ni enojo. Simplemente no sabía qué sentir.

- Claro, corazón. Te apoyaremos en lo que tú quieras. - Daniela tomó la mano de mi hermana en la mesa como apoyo y sentí demasiado alivio al escuchar su respuesta. Si Daniela iba a ser así con nuestros futuros hijos, era muy afortunada por estar próxima a casarme con esa hermosa mujer.