Otra vez tú [Calle y Poché]

Cruda moral

(Calle's POV)

La había cagado y lo sabía, no tenía idea de qué estaba pasando mi mente cuando dejé que Lucía empezara esos jueguitos, yo amaba a Poché y de eso no tenía duda, pero había algo en Lucía que despertaba mi curiosidad, pero sólo eso, no tenía interés romántico con nadie que no fuera María José. Me sentía una mierda de persona por lo que había hecho, no tenía excusa y sabía que si fuera diferente y hubiera visto a Poché así de cerca a Mario o cualquier otra persona, la fiesta hubiera terminado al instante conmigo tras las rejas seguro por golpear tan fuerte a aquella persona.

Cuando Poché se puso a bailar con sus amigos y con Mario, yo salí de la casa a fumar un cigarrillo, y Lucía me siguió, poniéndose a fumar junto a mí. Yo tenía muchísimo sin fumar, pero joder, en verdad necesitaba un cigarrillo. A quien no necesitaba era a Lucía.

— ¿Qué vamos a hacer? - preguntó la mayor dando una calada profunda al cigarrillo y me reí mientras negaba con la cabeza.

— ¿Hacer? Tú y yo no haremos nada, la he cagado muy fuerte y me arrepiento. No sé en qué estaba pensando, Poché es todo lo que tengo. Es como si hubiera intentado destruir lo mejor que me ha pasado en la vida... ¿y sabes por qué? Porque no la merezco, es demasiado buena para mí.

— ¿Me vas a decir que ese beso no significó nada para ti?

— Te juro que no te entiendo. - murmuré y dejé salir el humo de entre mis labios. — Pensé que quien te gustaba era ella.

— Antes, cuando te conocí me volviste loca. - hizo una sonrisa irónica y me miró fijamente. — No he dejado de pensar en ti... en lo mucho que me gustaría tenerte en la cama. - acarició mi mejilla e intentó acercarme sin lograrlo a su boca. Volteé el rostro para negarle mis labios.

— Basta. Te he dicho que no sé por qué lo hice antes, no sé por qué acepté.

— Soy toda una idiota. Me da pena seguir insistiendo con esto. - tampoco quería dañar a Lucía, la consideraba mi amiga, me había ayudado bastante y siendo sincera me caía bastante bien, pero estaba enfadada de haber caído en su juego, ella no era una mala persona, para nada, pero sus sentimientos por mí la estaban controlando.

— No es mi intención que te sientas mal.

— ¿Si no te interesa nada conmigo por qué dejaste que te besara?

— Eres guapa, Lucía. Muy guapa, ¿a quién no le gusta que una chica bonita la bese? Pero eso no significa que esté interesada en salir contigo. - di una calada profunda al cigarrillo y lo tiré a la banqueta, pisándolo y apagándolo. — Yo tengo a mi propia chica bonita, la amo, tú lo sabes

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Me gustaría poder arrancar los sentimientos.

— No estás enamorada de mí. A lo mejor te gusto, te caigo bien....me estás idealizando, Lu.

— No te atrevas a decir que sabes lo que siento mejor que yo. Mejor vete a la mierda, Daniela. - tiró su cigarrillo a la banqueta y se fue de ahí hacia adentro de la casa sin apagarlo, de eso me terminé encargando yo.

Decidí entrar de nuevo al departamento, y lo que vi no me gustó nada, Poché seguía bailando con Mario pero esta vez de una manera más sensual, y me gustaba cómo movía sus caderas, las tenía que mover contra mí, eso deseaba. Me acerqué y la tomé por la cintura, sintiendo su trasero rozar levemente contra mi entrepierna, la sensación era deliciosa. Besé sus labios con ansias cuando vi cómo mandaba su cabeza para atrás.

—¿Me vas a perdonar? – susurré en su oído.

—Cállate, y sólo llévame a la cama. - me dijo con una voz llena de sensualidad, no pensaba en negarme, me excitaba tanto, y con ese movimiento era más grave la situación.