Videojuegos

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Lucía, Daniela, Kim y yo decidimos en el desayuno que ese mismo día más noche iríamos a algún lugar para bailar, distraernos y pasarla bien, pues aquel día teníamos todas cosas que hacer, Calle tenía que entregar unas cosas a una hora específica, diseños para una marca con la que trabajaba, Kim tenía planes con su novio, Lucía tenía que ver a un paciente para terapia y yo estaba llegando tarde para irme a la cafetería. No planeaba trabajar mucho en aquel lugar, sólo lo suficiente hasta poder juntar cierta cantidad para comprar un automóvil y transportarme con facilidad a cuando tuviera algún caso por resolver. Durante los años que se fue Calle de Bogotá yo seguí estudiando y justo lo que yo había querido desde que estábamos en preparatoria, para ser licenciada en derecho, abogada. Era algo que me apasionaba muchísimo, y sí, quería empezar a ejercer pero tenía otros planes antes, y Camila, mi jefa sabía previamente que el trabajo que yo hacía en la cafetería era sólo temporal.

Todas terminamos de desayunar y nos fuimos a hacer nuestras respectivas cosas. Me despedí de todas con un beso en la mejilla, pero cuando me tocó despedirme de Daniela sentí algo raro, no quería decirle adiós, quería que viniera conmigo y sabía que ella estaba en las mismas.

- El café está cerca, si termino antes los diseños voy para allá, ¿está bien? - me prometió y yo sonreí asintiendo.

- Nos vemos esta noche, chicas. - les dije a las demás y luego volví mi mirada a la mujer castaña que me traía loca y en las nubes. - Gracias por esta noche tan bonita... empezando desde la cena. - murmuré y me incliné para besarla con dulzura, ella correspondió con una sonrisa tierna y me acompañó hacia la puerta.

Todavía tenía que ir hacia mi apartamento porque mi plan no era quedarme a dormir ahí, así que tenía que ducharme, y cambiarme para ir al trabajo. Tomé un taxi que me llevo al departamento, en otras instancias hubiera caminado porque no estaba del todo lejos pero se me hacía tarde para llegar y era lo mejor. En menos de 10 minutos llegué al lugar y me encontré con Juan y Cristóbal en el sofá jugando video juegos, él era el novio de mi amigo, y se había convertido también en mí amigo así que salté en el medio de ellos y los abracé, haciéndolos quejarse porque los distraía, pero no me importó y los llené de besos.

- ¿Por qué no me avisaste que no llegarías? - preguntó Juan Pablo como un hermano mayor molesto y me reí.

- Lo siento, lo siento, fue algo totalmente inesperado.

- Oye, Poché, tú luces muy rara hoy. - me analizó Cristóbal y sentí que sus ojos se me clavaban por todo el cuerpo buscando respuestas.

Me comencé a reír nerviosa y feliz al mismo tiempo.

- Cuéntanos, sirena. - me seguía gustando mucho el mote de sirena, era tierno porque sabía que la película favorita de Calle era la sirenita, no sé, era tierno. Juan siguió insistiendo moviéndome en el sofa, sacudiéndome de un lado a otro. - Yaaaaa, ¿qué pasó? ¿Viste a Lucía, ya sientes algo por ella o sólo fue demasiado bueno el sexo?

- ¿Podrían no hablar de sexo ente mujeres? - me reí del comentario de Cristo y lo golpeé en el hombro.

- Deberías probarlo y te gustaría. - hizo una cara de asco y me reí más. Juan Pablo le dio un golpe a Cristóbal para que ya se callara y se rió. - A ver, ya. Compórtense, parecen niños chiquitos. - los regañé pero yo tampoco pude dejar de reír por la cara que hizo el más joven de los tres luego de que Juan lo golpeara.

- Confiesa que hiciste ayer, María José Garzón. - me jaló el cabello tan salvaje como siempre y me quejé.

- Es que no se lo van a creer.

- ¿Cogiste con Kim? Qué cerda, es tu amiga. - preguntó Juan y solté una carcajada enorme al aire.

- No, y lo peor es que tiene novio. No me la creo. - negó con la cabeza Cristóbal, de manera decepcionado.

Otra vez tú [Calle y Poché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora