Miedo al compromiso

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(Poché's POV)
Cuando Kim nos habló sobre el tema de Sebastián, dándonos explicaciones acerca de por qué lo habían dejado, y me sentí muy identificada mientras ella hablaba sobre qué el matrimonio te quitaba vida, libertad, decisión, ya no era pensar individualmente, era pensar en pareja...o conjunto si es que ser poliamoroso era lo tuyo. Inclusivas, claro que sí. Yo asentí a todo lo que decía mi amiga, no la quise interrumpir porque ella debía de desahogarse, sacar todo lo que llevaba dentro. Cuando se echó a llorar, tomé su mano entre la mía, y pronto escuché a mi novia hablar.

— Kim estás dejando ir una oportunidad que te dio la vida. - todas le pusimos atención. — Eres una minoría de mujeres que logran encontrar al amor de tu vida, porque Sebastián lo es, ¿no? - Kim asintió. — Casarse es hermoso, debes pensarlo muy bien antes de rechazar esa etapa de tu vida.

— Ella no se quiere casar, Calle, no lo hará para tenerlo contento si ella no está contenta. Si es lo que quiere, lo hará sin pensarlo, y si tiene que pensarlo mucho para casarse... es porque no debe hacerlo. - opinó Matu, yo no sabía que decir, era complicado cuando mi pareja estaba ahí, pues ni Daniela ni yo habíamos hablado de boda, tal vez ella lo había mencionado alguna vez, pero lo veía tan lejano que no le daba cabida en mi mente. Pero ahora...la duda estaba latente.

No era que no la amara, esa mujer era todo para mí, mi familia, mi amiga, mi amor, mi confidente, era mi persona. No había nadie para mí a la altura de Daniela Calle, pero... casarse siempre había sido un problema para mí, desde que vi todos los matrimonios que me rodeaban fallar, mis tíos, los amigos de mis papás, la televisión y mis padres en sí. Antes de la muerte de mamá, ellos ya habían estado analizando la opción de un divorcio, pero cuando mamá enfermó, todo se canceló y mi papá decidió quedarse con ella lo que su enfermedad durara.

— Yo no pienso casarme nunca. - se escuchó la voz de Lucía.

— Cuando me sigas conociendo, cambiarás de opinión. - contestó Matu.

— ¿Me estás pidiendo matrimonio? - se rió Lucía tomando una actitud enérgica, fingiendo estar muy emocionada, aunque yo sabía que lo estaba en cierta forma. Lucía no era mala, cuando yo estaba dolida respecto a Calle, ella había estado ahí para mí, me había cuidado y durante el tiempo que había estado soltera, fue lo más cercano a una novia que tuve, jamás nos enamoramos, al menos no yo, pero siempre hubo una gran conexión.

Lucía se enamoraba fácilmente, así era ella, aunque no lo quisiera confesar, se inventaba historias de amor en la cabeza y todo lo transformaba en propuestas de matrimonio. Le habían roto el corazón tantas veces, que vivía en un constante fracaso amoroso, pero su actitud altiva hacía que lo ocultara muy bien, pero yo la conocía y cuando dormíamos juntas, la escuchaba echarse a llorar sin razón por las noches. Un llanto de soledad. Confundía la amistad con amor, la atracción con amor y el coqueteo con amor.

— ¿Aceptas? - le guiñó el ojo Matu, continuando su broma y todas nos echamos a reír, Kim también pero en un volumen más bajo, sin dejar de sollozar despacio, quitándose las lágrimas de los ojos.

— Chicas... ¿qué debo hacer? - Kim se acostó en la mesa sobre sus brazos, deshecha.

— Casarte.

— No casarte. - tres contra una. Todas íbamos en contra de Calle. Nuestras miradas chocaron, la mía y la suya. Me quede estática.

— ¿En serio piensas que no debe hacerlo?

— Creo que debe hacer lo que piense, - respondí. — Matu tiene razón, amor...si lo piensa demasiado es porque quizá en realidad no quiere hacerlo.

Otra vez tú [Calle y Poché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora