Capítulo 9

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Hyejoo la dejó en el salón, sentada en un sofá frente a Jiwoo, que dejó a un lado una revista para decir:

—¡Bienvenida otra vez!, ¿tan buena es en la cama?

Chaewon no contestó. Apenas podía mantener la calma. Se sentía fatal, sola y asustada. Y pensaba que se había metido en otro lío aún peor.

—No tienes buena cara, preciosa—comentó la de flequillo—¿Has estado llorando?, ¿se ha portado como siempre, como una sádica fría y cruel?

Chaewon la miró. No confiaba en ella.

—No, es que no me encuentro bien.

—¿Y eso?

—Mmm...no lo sé, no es nada.

—¡Vaya!

Jiwoo se acercó y se sentó a su lado. Chaewon sintió como si la temperatura del salón bajara un par de grados.

—Eh, que no soy tu hermanastra. Ya sé que a veces hablo demasiado, pero también puedo ser amable—añadió Jiwoo con una sonrisa maliciosa—¿Quieres tomar algo?

Chaewon sacudió la cabeza en una negativa.

—No es sangre. Créeme, si quedara algo de sangre por aquí, me la habría bebido. Pero hay jerez.

Jiwoo se puso en pie y se acercó a una mesa junto a la ventana. Sirvió el jerez ámbar en una copa, volvió y se lo ofreció a Chae.

—Bébetelo todo. Sea lo que sea lo que te pase, esto te animará. Yo misma solía beberlo antes.

Jiwoo volvió a sentarse a su lado y se estiró la falda de piel color fucsia. Chaewon suspiró profundamente. Olió el contenido de la copa y le dio un sorbo.

—¿Lo ves? Es jerez.

Chaewon dió otro sorbo y dejó la copa sobre un posavasos encima de la mesa. De pronto sus ojos se llenaron de lágrimas, sentía el pecho hinchado y sollozaba de nuevo. Jiwoo la estrechó, poniendo un brazo a su alrededor, y Chaewon se encontró a sí misma llorando sobre el hombro de una mujer a la que, solo unas semanas antes, detestaba. Jiwoo acarició su cabello.

—Eh, ¿qué pasa?

Chaewon lo soltó todo.

La castaña se quedó atónita.

—Hyejoo, ¿la progenitora? ¡Imposible! Escucha, niña, eso no puede ser. Quiero decir que Hyejoo no puede ser la madre. Simplemente, no puede.

—Lo sé—contestó Chaewon, sorbiéndose la nariz—Me lo ha dicho ella, pero es la única persona con la que he estado.

Jiwoo sacudió la cabeza incrédula.

—¡Dios, no puedo creer lo que estoy oyendo! ¿Estás segura de que estás embarazada?

—Sí, le pedí al médico que me repitiera la prueba.

—¡Otra concepción inmaculada!

La puerta se abrió y Hyejoo entró, seguida de Hyunjin. Chaewon no se movió, permaneció con Jiwoo. Había captado la expresión del rostro de Hyejoo, que interpretó como disgusto.

—Hola, Chaewon, ¿qué tal estás?—preguntó Hyunjin amablemente, con una sonrisa cálida y remota al mismo tiempo.

—No lo sé—admitió—Molesta. Y embarazada.

—Sí, ya me lo ha dicho Hyejoo—contestó Hyunjin mientras se sentaba frente a ellas dos.

Hyejoo se quedó al otro lado del salón como si su intención fuera guardar las distancias.

Descendiente de la oscuridad | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora