Capítulo 17

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La fiebre bajó. Al día siguiente por la noche Chaewonse sentía débil, pero viva. Y la tensión en la casa disminuyó.

—Por un momento creí que morirías, preciosa —rió Jiwoo mientras arropaba a Chaewon, que estaba tumbada en un diván—. Bienvenida de nuevo al mundo de los vivos, o al menos a un razonable facsímil.

—Sí, me alegro de estar de vuelta —dijo Chaewon—. Estoy muy cansada, pero me encuentro bien.

—Aún tienes que cuidarte, no queremos que vuelvas a recaer —dijo Hyunjin.

—¡No, por Dios! —exclamó Jungeun—. Ya no sabemos qué hacer contigo, se nos han acabado las ideas.

Jungeun estaba de pie junto a Jinsol, y apoyaba un brazo sobre sus hombros. Ella la agarraba de la cintura.

Todas estaban nerviosas, felices y contentas de que Chaewon se hubiera recuperado. Y todas la rodeaban excepto Hyejoo, que permanecía un poco más atrás y apenas dijo nada. La expresión de su rostro era peculiar. Enseguida Chaewon la vio marcharse del salón y oyó un coche arrancar.

—Bueno, ya estás en el octavo mes —dijo Jungeun—. Todo terminará pronto. Debes estar contenta.

Chaewon había estado pensando en ello durante todo el largo proceso de ensimismamiento y luego, en la enfermedad. Pero no encontraba ningún modo de decirles lo que les tenía que decir.

—Quiero quedarme con el bebé.

El silencio invadió la habitación.

—Ya sé que resulta inoportuno, pero es mío. Me quedaré aquí, si quieren, o me iré. Pero quiero al niño.

Hyunjin se sentó y la miró.

Jiwoo silbó y dijo:

—Aquí, en el hotel Transilvania, no queda ni un momento para el aburrimiento.

—No creo que sepas lo que estás diciendo —dijo Jungeun—. Probablemente aún tienes algo de fiebre.

—Lo sabe perfectamente —dijo Jinsol , sin dejar de mirar a Chaewon con aquellos ojos aterradores.

Pero Chaewon creyó detectar algo más en esos ojos; algo que quizá no fuera aprobación, pero tampoco rechazo.

—Chaewon, eso es imposible —dijo Hyunjin, interrumpiendo sus pensamientos.

—Te hemos explicado por qué el bebé debe crecer con nosotras —intervino Sooyoung.

—Y además —añadió Hyunjun—, tu influencia solo serviría para tergiversar las cosas. Sería una tortura para el niño, se vería dividido en dos. Bastante difícil le será ya decidir qué camino tomar. Nuestro mundo es superior, y ese es el camino que queremos animarlo a seguir. Estás experimentando unos sentimientos maternales muy naturales, pero ya pasarán.

—¡No, no pasarán! —exclamó Chaewon con vehemencia—. No he tomado la decisión esta noche, llevo meses pensándolo. No me separaré de mi bebé, y ustedes no pueden hacer nada al respecto.

Todas volvieron a quedar en silencio, aparentemente incapaces de pensar en nada más que decir, excepto Jiwoo.

—Yo descongelaré el plasma.

Cuando volvió Hyejoo, Hyunjin la llevó aparte y le dio la noticia. Ella no pareció tan sorprendida como las otras ni, por extraño que pareciera, se lo tomó tan mal.

—Solo hay un modo —le dijo Hyejoo a Chaewon—, y ni siquiera sé si yo estoy dispuesta. Tendrás que convertirte en uno de nosotras.

—¿Convertirme en un vampiro?

Descendiente de la oscuridad | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora